Amor

Amor de Michael Haneke es la historia de un matrimonio de personas mayores, ella enferma y el la cuida. Nada más. Simple.
Contada sin apenas adornos y sin ningún tipo de sensiblería.
Tiene en la interpretación de sus dos actores principales su mejor baza: Emmanuelle Riva, se llevó una nominación y su interpretación de la esposa enferma, con su deterioro físico y mental duele por su realismo. Pero creo que por encima de todo está Jean-Louis Trintignant, el marido. Su interpretación es totalmente maravillosa, sobre todo cuando muestra toda la impotencia que siente al ver que todos sus cuidados son inútiles.
Pero escenas como la de la paloma entorpecen bastante su conjunto. Posiblemente fuese una metáfora pero yo no pille su significado.

Cuando hablamos de Michael Haneke, muy seguramente lo hacemos de uno de los realizadores más importantes y de más calidad de la actualidad. Y cuando hablamos de "Amor", muy posiblemente hablamos de una cinta superior eincluso emotiva, una obra cumbre en toda regla. Haneke sabe como nadie ahondar en lo más profundo del ser humano, y sacar nuestros temores a relucir. Temor a la muerte, temor a la soledad, temor a la incomprensión. Y todo ello lo hace mediante un film que llega a lo ms profundo del espectador como una droga silenciosa y letal.
Pero todo ello no quita que hay una cosa que me gustaría decirle a Michael Haneke, contar el desenlace de tu historia al principio de la misma es un tremendo error. Y más todavía cuando dicho desenlace no es ni mucho menos predecible. A mi como espectador me gusta ir encontrando cada cosa en su momento, y esta vez Haneke al darme la conclusión al principio me estropea buena parte de la película.
"Amor" es una gran historia con un punto débil (el anteriormente citado) que a mi, personalmente, me ha dolido en el alma.

Un tema harto sensible, desgarrador y controvertido, es elevado a un acto sublime de amor, con un lirismo tal, que quedamos sin aliento y a la vez llenos de paz y agradecidos. Su factura y actuaciones impecables hacen de esta obra algo digno de ver y recordar.

Haneke tiene un estilo único con el cual me identifico mucho. Básicamente retrata vida, o muerte, o lo que sea. Pero en términos generales, más que un cineasta es un retratista diría yo, y eso es lo que me gusta especialmente de él.

En esta película retrata el desenlace de la vida para una pareja de ancianos en la cual ella queda predestinada a un final anunciado. El director no nos lleva de la mano a conclusiones, ni a preguntas, ni a nada, todo surge espontáneamente por pura introspección del espectador, es fantástico. Así, uno acaba haciéndose preguntas como... ¿en qué momento comenzamos a morir? ¿qué es realmente la muerte? ¿se puede morir estando vivo? ¿es el amor un elixir/placebo para vivir esta vida más placenteramente? ¿y qué papel juega ese amor en una pareja cuando un desenlace como éste aparece súbitamente volando por la ventana en una habitación vacía?

Desde mi punto de vista y tras ver la película, y reflexionar... el amor es indispensable para la vida, para la supervivencia. Pero hay un punto en el cual el amor puede convertirse en un ancla y, desde un punto de vista vital, deja de tener sentido, o mejor dicho: "utilidad". Una vez se activa la maquinaria de la muerte, de la decadencia, todo es inevitable, y entonces podemos querer aferrarnos al amor pero de qué sirve, no dejaría de ser algo puramente romántico. Existe una distorsión clarísima entre lo que nos gustaría creer que podemos conseguir y lo que en realidad está sucediendo. El amor se diluye en su finalidad para dar cabida a la moralidad, al compromiso, a lo humano.

Haneke plasma con una exquisita sobriedad la muerte desde que hace click hasta que se consuma pero quizás no cuenta todas las caras del prisma. No todas las personas se comportarían igual y no debe de tomarse la narración de la película como una afirmación, sino como una realidad posible. Quizás otros se aferren más en esos momentos a lo romántico, a lo utópico... habrá muchas formas de vivirlo, mas la cruda realidad será la misma para todos.

Hay poco que decir sobre Amour que no esté dicho ya. Es cierto que la parte técnica es impecable. Que los planos están magníficamente escogidos, que la atmósfera que crea es sobrecogedora, que las actuaciones son estupendas y que es probablemente el retrato más fiel sobre la vejez y la enfermedad que ha visto el cine.

¿Pero? Pero el retrato es tan fiel que resulta mortalmente aburrido. Constatemente se apela a la lágrima fácil, a ese drama familiar que casi todos hemos vivido alguna vez. Al final, toda la película es una sucesión de clichés, silencios y planos fijos, eso sí, magníficamente rodados. No me cuenta nada, no me aportada nada.

La único que nos deja al acabar es el convencimiento de que la vejez y la enfermedad son una mierda. Como si no lo supiéramos ya.