Olvidar Venecia

Las relaciones entre las personas que viven en un ambiente limitado y cerrado a las relaciones sociales, como puede ser un caserón de campo, suelen ser complicadas y difíciles, sobre todo cuando no son lazos familiares directos los que les mantienen allí. Si además hay una relación homosexual entre ellos que tienen que guardar en las apariencias, la relación se hace aún más difícil. La llegada de otro componente de la familia al que hace tiempo que no ven, y si además este familiar viene acompañado de su propia relación homosexual y profesional, puede hacer que todo se altere. La película tiene un excelente guión del cual el director ha sacado muy buen provecho. Los tiempos están muy medidos para que ninguna escena se haga pesada y solo falla, un poco, la interpretación, salvando, claro esta, a la tía Marta que en su juventud fue una famosa cantante de ópera. La ambientación es muy buena, pasando con toda naturalidad desde unos aposentos y salones limpios y bien decorados, a dependencias de la casa menos nobles y donde existe un caos controlado. Como es lógico, los recuerdos juegan un papel fundamental en esas circunstancias y es la inclusión de esos recuerdos lo que hace que la película tenga mucho más valor. El director pasa de la realidad a los recuerdos de una forma sutil, y el espectador no se pierde en ningún momento.