David Brent: Life on the Road

Que me aspen si David Brent no ha logrado aquí consagrarse como epítome de la decadencia entrañable.

Un personaje patético, que en su búsqueda de aceptación solo consigue acabar aún más alienado; un perdedor con quien nadie en su sano juicio querría compartir un minuto de su vida, pero que, al mismo tiempo, acaba inspirando ternura; un cantautor destinado al fracaso, incapaz de no minar su dignidad con sus pésimas, pero hilarantes letras; un hombre al que querrías abrazar por compasión, pero al que tampoco te acercarías sin una orden de alejamiento preparada bajo el brazo.

Esa es la dualidad emocional que inspira el oficinista de Gervais, cuya motivación es el anhelo (tan humano) de sentirse querido. En última instancia, es fácil empatizar con ese sentimiento, por mucho que la persona que lo posee no merezca cariño alguno.

David Brent vuelve y lo hace con una historia simple y previsible, rematada con un final apresurado escasos minutos antes de que se acabe la película.

Todo se reduce a la frase sobre estas líneas, pero con hincapié en un matiz: David Brent. Ricky Gervais hizo una película para fans de The Office en la que somos testigos de como David Brent se estrella a la par que él es la estrella que hace gravitar hora y media de película.

No va a aportar nada a The Office ni a tí personalmente, pero logrará que disfrutes con las bromas a las que nos acostumbró el personaje, y simplemente con eso es capaz de llegar al suficiente.

Pues sí, es una tragicomedia, algo que es capaz de levantarte una carcajada y más tarde de sacarte una lágrima. Aunque no tenga mucho que ver en el estilo de humor, esto es lo que hacían Chaplin y Cantinflas en sus películas; no simplemente se limitaban a hacerte reír, sino que también querían hacerte sentir y transmitirte un mensaje.

Me encanta el personaje de David Brent, para el que no conozca la serie, en ella se utiliza un tipo de humor que se denomina "cringe", que es algo así como un tipo de comedia que genera risa pero a la vez vergüenza en el espectador. Justamente el personaje protagonista se ajusta muy bien a esta definición pues en su búsqueda constante de aceptación y de sentirse querido y valorado por los demás, se dan las situaciones más "cringe" (o frikis diríamos aquí) que nos podamos imaginar. Para que os hagáis una idea, cuando ves a David Brent en acción sientes ganas de llevarte la mano a la frente, resoplar y pensar "madre mía, ¿qué haces?", pero eso sí, siempre con una sonrisa en la boca. Son como sentimientos encontrados.

El personaje que ha creado Ricky Gervais es difícil de entender al principio. Cuando conocí "The office" recuerdo que pensé: "¿Qué demonios es esto? Vaya aburrimiento..." Más tarde me empezó a hacer gracia, y finalmente, terminé pensando que el personaje de David Brent es una genialidad. Es algo que nunca había visto, algo tan bien elaborado que solo alguien con el talento de Gervais puede llegar a crearlo.

La película no dura mucho y se me hizo muy amena, pues constantemente están cantando hilarantes canciones compuestas por el protagonista, que, aunque absurdas, he de decir que suenan genial (incluso me llegado a bajar la BSO al completo), y, sinceramente, no tienen nada que envidiar a muchas de las canciones pop/rock que escuchamos en el día a día...

He de decir que este tipo de humor no es para todo el mundo, que hay que dejarlo digerir y hay que darle varias oportunidades (yo tuve que darle 2 o 3 hasta que empecé a cogerle el gustillo). Personalmente a los que no hayan visto la serie les recomendaría empezar por esta peli justamente, pues la serie a veces se puede hacer un poco pesada.

Por último, recomendaría ver esta película con algún amigo como yo hice. Siempre se divierte uno más, y muchas veces es muy gracioso los comentarios que surgen de uno mismo. Es el tipo de película que no solo disfruta uno con ella, sino con lo que uno crea de ella.

Antes de nada tienes que tener en cuenta que para ver esta película es muy recomendable haber visto la serie "The Office" (la original, no la americana) de donde proviene el protagonista. Tambíén te tiene que gustar el humor de Ricky Gervais.

Me ha parecido una buena película, toda ella gira sobre el personaje de David Brent, y en ningún momento se te hace pesada. Consigue que sientas por él un sentimiento doble de antipatía y lástima, algo que es muy raro que pase con un personaje. Y que ya pasaba en "The office".

Las letras de las canciones son David Brent en estado puro.

Después de disfrutar durante años sus chistes vergonzantes, su falsa modestía y hasta cierto punto su ignorancia en la serie The Office, tenemos a un David Brent que vuelve con todo su respertorio. Buscando más que nunca ser aceptado, esta vez como estrella de rock, sus delirantes ideas no tienen límites. Es una maldita máquina de lanzar comentarios inapropiados e intentar reparalos con otros mas cuestionables aún, que lo hacen a uno sentir esa mezcla de verguenza y ternura por el personaje. Pero por sobre todas las cosas, y eso es lo importante, genera muchísima risa. Buena secuela de este entrañable personaje. Te extrañabamos David!!!