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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
3
Drama Bud Clay (Vincent Gallo) se dedica a correr en motocicleta y emprende un viaje de cinco días hasta California, donde tiene la siguiente carrera. Cada día, a Bud le asaltan los recuerdos de la última vez que vió a la mujer de su vida. Él desea que esos recuerdos desaparezcan, por lo que durante el viaje tiene encuentros con diversas mujeres. Busca un nuevo amor que le haga olvidar a Daisy (Chloë Sevigny). Pero Bud no puede sustituirla, a ... [+]
24 de mayo de 2007
20 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo esta película me pregunto si la concepción que el "señor" (por llamarlo de alguna manera que no sea estafador) Gallo tiene del cine de calidad es que hay que gastarse el dinero ajeno filmando lo más banal que a uno le pase por la cabeza. La película no es que sea aburrida, es que sencillamente es el paradigma de lo insulso, no tiene NADA. Actuaciones sin ningún tipo sustancia, un guión que cabe en un papel de fumar, tiempos muertos eternos... ¿es eso el auténtico cine? Pues menuda birria porque resulta que en el fondo se está explicando una historia requetesobada: la historia de un hombre que sufre la pérdida de su amor. Oh, originalidad. Pero espera, que la gracia está en el lenguaje cinematográfico empleado. Claro, claro: planos fijos sobre la cara de su director (también guionista, productor, montador y chico de los cafés ocasional) que se descuadran continuamente, unos planos que, dada la pésima capacidad interpretativa de Gallo, son un chiste por lo ridículo que resulta tener que ver continuamente a un tío que actúa tan mal (la escena final, en la que se pone a lloriquear es para descacharrarse de la risa). ¿De verdad que alguien es capaz de creerse que esa cara de estreñido que pone durante toda la película, esa actuación tan afectada y falsa realmente puede colar como el sufrimiento interno que atraviesa su personaje, que es el millonésimo corazón roto que se ve en el cine? Lo que parece esta película es una fábula onanista, una oda a sí mismo.
Aunque la idea que aporta de la soledad es bastante realista e interesante, me parece que no da para hacer una película entera solo con eso. Y por eso queda lo que queda. Es tan tonta que cuesta creer que alguien se la pueda tomar en serio, porque la verdad no sé que interés puede tener ver a Vincent Gallo como va en furgoneta y se liga a las felatrices (viéndolas actuar da la impresión que el único casting que han hecho es pasarse a Gallo por la piedra) de la manera más patillera posible (llega, las mira y ya eres mía) y menos aún cuando la catarsis ha de ser esa escena pornográfica. Y lo de pornográfica no lo digo porque de verdad le haga una limpieza de sable, lo de pornográfica me lo parece por lo gratuita que es la escena, por la forma tan cutre de ponerla ahí en medio, ya que, como sucede en las pelis porno, basta con que una mujer se encuentre en la misma habitación que un hombre para que tenga unas ganas locas de cepillárselo.

Si es verdad que este truño es la vanguardia del cine y en el día de mañana todas las películas son como ésta, yo dejo de ver cine. Una película mala le sale a cualquiera pero si encima tiene estas infulas, entonces apaga y vámonos.
Jean Ra
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