Aventuras visualmente impactantes sobre un personaje que parece susurrar algo así como por la presencia de un ángel, un videoclip estilo gótico cargado de desafios y luchas, donde se cae en la decadente del humano pero donde nunca hay un mínimo de seriedad para hablar de la locura, todo es pura imaginación de dibujos, si se pregunta dónde está mi cabeza, simplemente la han perdido, personajes y creadores.

La historia se complica con extrañas conexiones entre mundos, personjes aplastados por lo ridículo y escenas de frikis que pasan horas y horas para encontrar la forma de derrotar a criaturas del más allá, o del más profundo de la mente enferma, se busca una salida, se habla de libertad y de un misterioso quinto elemento, algo así como el sacrificio personal, pero todo es confuso como cualquier representación visual de videos de heavy-metal, hay bailes, sueños y revelaciones apocalípticas, con algunas ideas como los soldados máquinas de vapor, pero en lo estrictamente humano es una total provocación, en determinado momento vienen a decir ya estamos muertas, y es que nunca tuvieron vida.

Un equipo de oscuras aventuras inerte, algunos productos de consola ofrecen entretenimiento durante horas y horas y en "Sucker Punch" uno se aburre rápido, porque está desordenada, no atrapa ni mucho menos tiene la chispa de la lucha por la vida, la paralelidad con lo real la termina por hundir y queda una especie de "Los ángeles de Charlie" pero de "golfillas bastardas", la falta de sangre por un lado y de magia por otro le cierra otros campos estimulantes para el tipo de público que pueda disfrutrar de estas películas con mayor facilidad, la primera fase sorprenda, vale, pero alguna es penosa, dejando a la protagonista como una asesina de crías, normal que la "mamá-dragón" se las "cargara" a todas, yo estaba de su lado, cada baile fué un intento de subir el telón de la adrenalina, pero la inyección de nuestra hormona se quedaba con las ganas de más, gana la batalla otros componentes como la melatonina o la serotonina, vamos que no hay nada de drama social que transmita algo de odio o de sed de venganza, ¿dónde está el padrastro?.

Un manicomio donde las "putillas menores" bailan y juegan a la fantasía de la libertad pero donde no son capaces de expresar traumatismos ni presentes ni pasados, sólo que el espectador no se crea nada porque carece de verdadera agresividad, una oportunidad desaprovechada para conseguir un producto diferente, lo es, pero que valga la pena de verdad, sólo dan ganas de que se baje el telón de una vez por todas, cuesta mucho verla entera y claramente, no es un buen viaje.