Última miniserie protagonizada por un espectacular Pepe Sancho, en uno de sus papeles más aclamados por el público y la crítica, Rubén Bertomeu, promotor inmobiliario que entiende que es el dueño y señor de toda una parte de la costa mediterránea.

Miniserie grabada en 2011, que refleja fielmente la corrupción urbanística española, tanto desde el punto de la Administración como desde el del promotor y constructor privado que genera un halo de endiosamiento devenido del control absoluto de un territorio, un control dirigido no por el dinero, sino por el poder.

Se trata de un compendio de capítulos muy completos en cuanto a la trama y también en cuanto a los personajes, no falta nadie, abogados, directores de sucursales bancarias, porteros de discoteca reconvertidos en obreros, mafiosos rusos que blanquean su dinero negro en la costa, etc. No puedo dejar pasar los papeles femeninos más importantes, y que me recuerdan a situaciones actuales que se están dando a conocer, Juana Acosta, amante y pareja del protagonista, joven e ingenua que “desconoce” a qué se dedica Rubén Bertomeu y Alicia Borrachero, hija del gran promotor, que como en todos sus papeles interpreta con gran intensidad un supuesto desconocimiento de unos hechos que siempre había conocido que existían, y que en el momento cumbre de desesperación de la serie ella entiende que se aprovechó de lo bueno y ahora ha llegado lo peor.

Miniserie valiente, fiel y moderna, basada en la novela de Rafael Chirbes, que sin pelos en la lengua critica una situación permitida durante muchos años en nuestro país, y que ejemplifica a mi entender casi a la perfección. Galardonada con el Primo Ondas 2011 a la mejor serie española, premio de la crítica en el Festival de Vitoria. ¿quién dijo que en España no sabíamos hacer series de calidad?