A simple vista podría parecer que Bayona he elegido un tema demasiado espinoso para los tiempos que corren: evocar el tsunami que todavía sigue en nuestras retinas no parece ser la mejor estrategia para continuar el prometedor camino que inició El orfanato. Pero Lo imposible es contra todo pronóstico una película que habla de la vida, de la supervivencia, de la unión en momentos difíciles. La película es técnicamente irreprochable, atractiva, apabullante. Y además tiene la capacidad de conseguir lo imposible (o no tanto): que salgamos del cine conmovidos a la par que contentos, llenos de energía y al mismo tiempo aterrorizados. Lo imposible es un canto a la resistencia y un cuento precioso que nos enseña la humanidad que acompaña al desastre. Y contar en plena crisis y pérdida de fe una historia alentadora sobre el género humano es todo un acto de valentía.

Hay una ola física y otra emocional que nos moja y arrasa, nos toca y conmueve. Algunos dirán que es una película sensiblera, manipuladora en su espectáculo. Pero en realidad Lo imposible es una de las propuestas más honestas, francas, transparentes y sinceras del año. Va de frente. No busca los tres pies al gato. Y se sirve del sentido de la técnica y la sensibilidad del drama para ofrecernos un producto puro que navega entre el blockbuster y lo intimista. Busca ser una experiencia y lo consigue. Bayona no debe pedir explicaciones, aún menos perdón, por contar su historia desde la empatía y la emoción a flor de piel. En las imágenes de Lo imposible se intuye un autor apasionado que domina el arte cinematográfico y que además se atreve a meternos en el túnel de las emociones encontradas. Bayona, más consagrado que debutante, consigue la catarsis. Y además confirma su interés por las relaciones maternofiliales.

Cine de vocación popular totalmente capaz de dejar una huella indeleble en su audiencia, y al mismo tiempo un puente que nos ayuda a comprender el horror que se vivió y que se vive ante una situación tan extrema como la expuesta. Se recuerda y se lleva a cuestas, se retienen fotogramas de forma involuntaria. En definitiva, una obra rotunda, otra más, que engrandece nuestro cine y nuestras almas. Pedir nominaciones a los Oscar, varias, bastantes, para su equipo técnico y artístico no es una osadía. No hay nada imposible. Una de las mejores películas del año.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com