Para llegar a cualquier "match point" hay que tener talento, para ganarlo hay que tener suerte, la vida se escapa del control, la pelota da en la red y expone a un delicado límite entre la victoria y la derrota, para conseguir la ansiada vida social hay que saber escalar en el día a día, las diferencias de Londres o Leeds, la cultura cambia, establece contacto con la familia donde se mueve directamente, como jugando ante su público.

La sensualidad no es agresiva pero contrasta con los paseos por la ciudad, el espectador elige a la rubia explosiva, qué le entre a quemarropa!, algún diálogo sobre escalones y sin rodeo!, una vida romántica y laboral asegurada, entrega y fidelidad, responsabilidades y ganancias, todas las puertas se abren, pero el espectador ha preferido la tensión, las rachas iban a favor pero la existencia depende del azar, el fracaso viene opinado en cada monólogo, cada toma frena el empuje recibido, se convierte en trágica, un adicto a los vinos franceses y Ralph Lauren, y a quedar los cuatro, encuentros en los que se dibuja el roce. ¿te sientes culpable?...¿y tú?...

Un punto de partido clásico pero moderno sobre la infidelidad, soportorla y afrontarla, la pasión y el compromiso, un nuevo pez gordo en el mar juega con fuego e incita al espectador a hacerlo, a no parar de bailar con el diablo, pero hay que huir del estrés, el Jaguar y las Asprinas, la atracción ya no seduce, es la historia de la búsqueda del fracaso, la enfria y la calienta, ya no hay elección, mientras escucha el momento del mes y la temperatura adecuada, la desgracia conduce cada vez a callejones más estrechos, más miradas fatales, más atrasos de compromisos, desear escapar.

No escandaliza pero incita a comprobar todos los pasos de una infidelidad, ligeras conclusiones sobre el problema de la fertilidad en una sucesión de escusas y mentiras, la angustia de la necesidad de una vida cómoda, maneras de querer, amor, deseo y celos, engaños que no permiten relajarse ni a golpe de Valiums (raro que no hiciera referencia a ellos, como si los ricos no los tomaran...), el plan se hace intrigante, un realismo que combina varios elementos, algunos no cuadran, pero el ritmo es exigente, la ópera y la tragedia, como arruinar vidas, para escapar a la derrota hay que tener suerte.

El crimen de la moral, un delicado estado con el que sobrevivir: "No haber nacido nunca puede ser el mayor de los favores".