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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
3
Intriga Película inspirada en las novelas del escritor inglés Arthur Conan Doyle. El célebre detective Sherlock Holmes y su fiel compañero Watson viajan a Madrid para investigar unos crímenes que parecen estar relacionados con el mítico asesino Jack el Destripador. Severa denuncia de la corrupción que anida en todos los centros de poder. (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2012
17 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Garci, con mayor o menor fortuna, ha contado historias de todo tipo con ciertos ecos del melodrama clásico que, suponemos, ama. Con Holmes & Watson, Madrid Days la obra de Garci llega al peor tramo de su trayectoria. La nueva película del oscarizado cineasta es una película de ideas: no tiene ninguna historia, y de tenerla esta carece del mínimo interés. Con Holmes & Watson, Madrid Days su cine llega a la cúspide de lo petulante, pomposo, cínico y relamido: nadie se cree los diálogos dieciochescos ni el retrato del famoso detective y su compinche como conversadores y pensadores, nunca como hombres de acción, más ensimismados en sus discursos que verdaderamente atentos por resolver el mínimo misterio que sustenta la trama. Garci es como ese Holmes que se pasea por El Retiro, que habla y que se escucha, lanzando una oda rancia al cocido castizo, al mantón de manila, a la porra, al chulapo de turno y a la guitarra con castañuelas de fondo.

Holmes & Watson, Madrid Days es una película muy consciente de su cutrez, como si Garci, tras la desorbitada financiación que recibió con Sangre de mayo, hubiese parido su obra más insoportable, hecha por y solo para Garci, haciendo honor a esa idea tan cañí de 'para lo que me queda en el convento, me cago dentro'. Porque Holmes & Watson, Madrid Days parece y debería ser la última carta de Garci, su despido, la necrológica adelantada de un cine que nunca fue ni contemporáneo ni interesante. Este viaje por los salones y los locales de la capital es una sucesión de planos que se difuminan hasta dar otros planos, seguidos de la contemplación de un objeto y de un fundido a negro. Así hasta dar los 140 minutos más agobiantes que recuerdo haber sufrido este año en una sala de cine. Él es el culpable. Garci, el destripador. Lo peor de todo es que antes de verla la cosa ya olía a doble ración de naftalina y mucho morro zarzuelesco. Elemental, querido lector.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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