Gestada en cuatro años, dos de rodaje y un hermetismo total sobre el final, que de hecho tuvo otros dos alternativos, Fincher tuvo a su criatura lista.
Después de haber trabajado junto a George Lucas en ILM, David Fincher inexplicablemente se halló dirigiendo al legendario monstruo espacial.
Una producción sufrida. Con un guion modificado en varias ocasiones, lo que incrementó considerablemente el presupuesto inicial.
Rodada en los estudios Pinewood del 007 para reproducir unos altos hornos, “Alien 3” es recordada por muchos como una pobre y mísera película de ficción. Yo no estoy de acuerdo.
A pesar de que todo el mundo vió esta película en que se cuidaron todos los detalles en un trabajo extenuante, casi a nadie gustó el argumento. Como que esperaban grandiosidad y escenas espectaculares. Es más, Sigourney Weaver puso una serie de condiciones para volver a interpretar a la aguerrida Ripley. Con todo y esto el publico que acudió a ver “Alien 3” en cantidades industriales, considero un resultado pobre el de Fincher.
Y decía que yo difiero de la opinión de estas masas, ya que en esta película volvemos al origen, a la esencia del terror que provoca el bicho, porque nos mete de nuevo en ese mundo claustrofóbico en el que no nos queda otro camino que enfrentar al salteador rapaz galáctico. Nos confronta a enfrentarnos a ese miedo brutal que ya habita dentro de cada uno de nosotros, aunque todavía no tengamos el hedor de la bestia cerca de nuestros rostros. Y en la figura de la heroína rapada, Ripley, enfrentamos nuevamente ese peligro, ese asqueroso animal que nos ha seguido a otro planeta, a otra cárcel de nuestra mente en algún lugar del universo infinito.
Estoy de acuerdo en que en Fiorina 161 se abusa de las persecuciones y esto nos agota, nos deprime y sabemos que el aspecto del monstruo es menos terrorífico que la idea de este en las mentes de los presos. Y es que si algo le falta a Fiorina 161 es la calidad de las relaciones humanas que no cuajan y esto evita que la idea del engendro haga resaltar el verdadero interés de deshacerse de su amenaza en ese lúgubre y oscuro planeta. Esto decepciona al espectador y lo confunde. Aun así, yo siento que el salió Alien bien librado de Fiorina 161 y en cuanto a mi dependencia, Sigourney Weaver parece que la veo en la fría Londres en donde la apariencia de ella pasa casi desapercibida, con su cabeza rapada y su ropa Armani y ese gran sombrero que le da un toque de distinción. Porque la gente de esta ciudad esta acostumbrada a la gente extravagante. Incluso si Alien apareciera una noche en Picadilly Circus.
Y mi querida Sigourney me halaba de David Fincher:
“David era un joven de 27 años, de poca experiencia y de ideas locas y visionarias. Es una persona simpática y brillante, aunque un poco cínico, y fue el que me dio la idea para que saliera totalmente rapada”