Charlotte (Stephanie Leon) una joven que es detenida luego de un intento fallido de suicidarse llega a un centro para chicas que han tenido problemas en sus vidas, ahí conoce a Barbara (Malou Reymann), Stef (Julie Grundtvig Wester) y Nadia (Honey Shain).

Problemas de drogadicción, prostitución y abusos sexuales son los elementos que las tienen en ese lugar buscando sanear sus mentes y cuerpos para reinsertarse a la sociedad. Aunque como es evidente, la estancia de ellas ahí no es del todo reconfortante.

Durante un viaje que el centro de rehabilitación hace las chicas escapan en un automóvil, convirtiendo el film en una road movie, las jóvenes impulsadas por Charlotte emprenden un viaje hacía Fanø, un lugar donde ella vivió en un centro de adopción.

Se min kjole busca retratar el drama de estas chicas, sus complicadas vidas que en algunos casos no eligieron y en otros por errores están donde están. Sin embargo, no queda a qué punto quiere llegar la directora, porque los desmanes continúan en buena medida, con un final un tanto escabroso.

El film se sostiene con buenas actuaciones y una dirección correcta, se deja ver pero queda corto, tiene buenas intenciones pero no sabe qué hacer con ellas.