Ya viene otra de Marvel, van muchas en poco tiempo, saturación de seres de otros mundos y en este caso con decepción incluída, reinos eternos demasiado informatizados, pero lo peor es la sobrecarga de humor-pop, los escenarios son superiores a unos vestuarios que no sé son fieles, pero que dejan a los personajes fuera del montaje, la historia del complemento del rey, el martillo para destruir y para construir (no se construye nada material, la historia tampoco fué construída con él), basada en la envidia, como casi todas, un hombre que tiene que demostrar que es lo suficientemente maduro ante los gigantes de hielo, éstos si que están bien logrados, aún así, todo queda extralimitado porque no hay capacidad para hablar de la diplomacia, la guerra o la muerte.

Para ser el rey hay que actúar con paciencia, no valen para mucho ni el orgullo ni la vanidad, por lo que la solución es el destierro a la tierra, el camino para ser inmortal es pasar por verse entre los mortales, donde entran en juego los humanos, los que presencian extraños huracanes espacio-temporales, y las fuerzas secretas, los paramilitares también son algo ridículos, comediantes, lo mismo que el protagonista que queda ante todos como un indigente chiflado e inflado de esteroides, comparaciones entre tipos de vida sin fondo, sólo queda algún detalle entre los límites de la ciencia y la magia, pero en general los viajes a través de puentes arco iris son mareantes, para la segunda, si me atrevo, ya tengo Biodramina, con cafeína.