El arte del buen thriller combina una buena historia con la forma de contarla.
Está claro que a veces un argumento que no tenga demasiados artificios ni enrevesados giros de guion puede convertirse en un acierto si cuenta con el respaldo de un buen reparto y un buen director. Fincher lo es, y hace de una historia que al principio parece muy insulsa, un buen título que resulta interesante.
El primer tramo de la película es muy convencional, pero poco a poco vamos descubriendo que el caso de la desaparición de esta famosa escritora no es tan fácil de resolver, ni mucho menos. En la segunda mitad de la historia, ya nos encontramos con las sorpresas y el interés que todo título de este género debería tener.
Ben Affleck demuestra que es mejor actor de los que muchos piensan, pero la que se sale es Rosamund Pike. No se puede desvelar mucho de una película como esta, pero desde luego su actuación es impresionante.
Fincher dirige muy bien. Aquí no desbarra con paranoias ni las formas surrealistas que a veces ha utilizado. Tan solo hay un manejo muy inteligente de los flashbacks con el diario de la protagonista, que nos meten de lleno en la relación matrimonial de esta pareja.
Yo creía que me estaban dando gato por liebre con un ritmo lentísimo y escenas de relleno, pero como en todo buen thriller que se precie, todo va cobrando sentido según avanza el metraje, y comprobamos que eran escenas necesarias para entender todo el conjunto.
Yo destacaría que la fotografía es excelente.
Con todo, creo que su duración es un poco excesiva. En mi opinión, David Fincher ha hecho cosas mejores y peores, quedando como un título medio en su mas que interesante filmografía.
Por cierto, aunque no tenga la más mínima importancia a la hora de valorar el film, la banda sonora es absolutamente pésima.