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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
Drama. Romance Cècile (Sonja Richter) y Joachim (Nikolaj Lie Kaas) están a punto de casarse, pero ven truncado su futuro porque él sufre un accidente y se queda tetrapléjico. Sin embargo, lo más terrible es que Cècile se enamora del marido de la responsable del accidente, un padre de familia con tres hijos. (FILMAFFINITY)
21 de abril de 2012
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué ha quedado del Dogma 95? Seguramente muchísimo más de lo que la crítica cinematográfica es capaz de confesar en sus estudios y reseñas. Ha sido el último movimiento cinematográfico en lo artístico y en lo mediático, por lo que reducir el nombre del Dogma a los pies de página de la historia del cine sería una irresponsabilidad. Te quiero para siempre sirve para comprobar que el cine Dogma durante sus pocos años de actividad fue evolucionando hacia otras soluciones tanto estéticas como narrativas que vienen a derrumbar muchas ideas preconcebidas en relación al movimiento danés. Te quiero para siempre es la película Dogma número 28, e indudablemente eso se nota.

Finalmente lo que quedan son películas, no movimientos. Te quiero para siempre filma la historia desde dos ópticas: en la primera, vemos el discurrir de los cuatro personajes; y en la segunda, rodada con un vídeo casero que deja imágenes más borrosas y ennegrecidas, somos testigos de los deseos y pensamientos de esos personajes, aquella acción que solo tiene lugar en los fueros internos de los protagonistas y que presenta esa otra posible película utópica: véase los momentos en que Cecile (Sonja Richter) coge la mano a su novio Joaquim (Nicolaj Lie Kaas) cuando este está tetrapléjico en la cama de un hospital, o cuando Niels (Mads Mikkelsen) se imagina escenas eróticas con Cécile antes de penetrarla. Por ello, Te quiero para siempre puede considerarse una de las pocas películas que utiliza el Dogma como enriquecimiento expresivo de lo que se cuenta. Tal vez la única.

Te quiero para siempre, en definitiva, se sitúa como el antecedente directo de tragedias corales como En un mundo mejor o Brothers: la idea de que el azar une a personas dispares y que un hecho tiene múltiples repercusiones en muchos personajes está aquí como embrión de lo que posteriormente serían obras que, ya sin el peso del Dogma, tuvieron mayor suerte en lo comercial. Cuatro actores en estado de gracia, una trama en un crescendo admirable y un dominio del drama humano, nada manipulador ni sensiblero. Una joya a recuperar.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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