Clásico del cine fantástico, mezcla los géneros del terror, ciencia ficción y thriller. La película es muy buena en su estructura narrativa y tiene ese ¨algo¨ que la hace especial.

La idea de una invasión silenciosa que sustituye casi imperceptiblemente a las personas es de por sí terrorífica. Pensadlo bien, darse cuenta de que una persona que conoces, de alguna forma, no es esa persona. Se comporta igual, tiene los recuerdos intactos, pero carece de sentimientos. Es un autómata. Otro ser. Y no existe solución posible. Aterrador.

Al film se le ha adjudicado un simbolismo político/social, patente en el miedo al cambio, a una nueva ideología que transforme a la sociedad en seres conformistas, privados del libre albedrío, donde las decisiones individuales impulsadas por sentimientos como el odio o el amor no serían un problema. Humanos privados de su humanidad. Un cambio promovido por el enemigo de forma silenciosa.
¿Miedo a enfrentarse a una nación ajena, a la conquista, a lo desconocido?, ¿Histeria promovida por el temor de un futuro incierto?. Es una interesante lectura. Aunque creo que es un error tratarla como simple propaganda anticomunista, sería demasiado superficial y exagerado, y sinceramente no creo que esa fuera la intención del director.

Otro tema sería el de la desesperación, no solo por la imposibilidad de detener la transformación, sino ante la certeza de tu propia condena, pues el cambio de produce al dormir, y antes o después el sueño ganará la partida. Un destino anunciado e ineludible.
La última media hora está impregnada de un horror propio, muy angustioso y tenso. Con el corazón en un puño.

Sin embargo no me gusta el final y tampoco el inicio. No los habría cambiado, directamente los cortaría. El prólogo resta misterio y suspense a la película, mientras el epílogo me resulta forzado al verse obligado a enlazar con la escena inicial, dando un desenlace no del todo satisfactorio. Desde mi punto de vista la película debería de iniciarse con la llegada del médico al pueblo, y terminado con la escena de la autopista.

De todos modos no empaña la calidad de la película (aunque le impide ser una obra redonda), que posee muy buen ritmo, es original, entretenida e inquietante. Tiene merecido su carácter de película de culto. Ver esto en los años 50 debía de ser toda una experiencia.