Martyrs

La finalidad básica del cine es provocar sensaciones (o al menos lo era), y creo que esta película cumple sobradamente esta premisa.

Por lo que he leído y escuchado, ha provocado angustia, asco, irritación, tensión, pena, etc... pero creo que han sido muy pocos los casos de aburrimiento.

Guste o no, al parecer no estamos delante de un producto "olvidable", ni "predecible" (como les gusta decir a muchos sabios), sino que provoca de todo menos indiferencia.

Un servidor es del grupo al que le ha parecido una buena película, dura, escalofriante en algunos momentos y desesperante, pero si hubiera querido ver una comedia hubiera visto alguna payasada estilo Epic Movie, o la de los hamsters espías, pero seguro que no hubiera visto Martyrs.

Como nota, este dirctor hizo "El Internado", una película muy interesante, de la que se habló poco, pero 2 o 3 años después, apareció "El Orfanato", y de esa sí que se ha hablado, pero lo curioso es que a mi me parecieron casi calcadas. Espero que dentro de un tiempo, si sale una película muy parecida a esta ( se diga o no que es un remake o copia), española o americana, se cree tanta polémica y tanta diversidad de opiniones, ya que es lo interesante del cine, que no todos pensemos lo mismo como borregos, sino que podamos compartir opiniones tan diversas.


Wolf.

Por si acaso, lo mando todo al spoiler.

Primera parte de la película:
Una niña pequeña, encerrada en algún lugar, es torturada por sus captores, pero un día aprovecha una ocasión y logra escapar.
Años más tarde, entra a su casa y los asesina a ellos y a sus hijos.
Ella, Lucy, es perseguida por una "persona" deforme, manifestación de su culpa por dejar atrás a otra niña capturada a la que podría haber ayudado a escapar, pero por miedo, no lo hizo.
La amiga de Lucy, Anna, va a buscarla y al ver el desastre que había hecho allí, se queda con ella a pasar la noche, e intenta ayudar a una integrante de la familia que estaba mal herida pero no muerta, hasta que Lucy lo descubre y termina su trabajo.
El monstruo que la atormentaba psicologicamente la hería fisicamente, aunque claro, era la misma Lucy quien se lastimaba y luego, en total desesperación, se suicida.

Segunda parte de la película:
Anna se queda en la casa y descubre un lugar oculto bajo la casa en el que había una mujer encadenada, llena de cicatrices, flaca y en muy mal estado (la niña a la que Lucy no había ayudado a escapar). Anna la lleva arriba, pero entra un grupo armado y asesina a la mujer. Anna es capturada y llevada abajo, y sometida durante días a lo mismo que habían sufrido Lucy y la otra mujer. Se trataba de un grupo secreto, una secta, que sometía a la gente que apresaba a terribles torturas, para que al llegar al límite del sufrimiento, pudieran ver qué hay después de la muerte (se convertían en mártires).
En el final, se verá si Anna llegó a ser mártir, o no.

Todo en esta película ocurre bajo un manto de violencia explícita que no muchos aguantarán. Golpes, cortaduras, escopetazos, maltrato... el que se anime, adelante. Pero prepárese, porque la tensión y el dolor son algo constante.

Impactante terror aliñado con un acertado toque de gore high tech a cargo del prometedor Pascal Laugier.
"Martyrs" consta de dos partes claramente diferenciadas. La primera, algo tópica, comprende ítems habituales del género; a saber, familia burguesa brutalizada sin razón aparente, china pasada de rosca, y apariciones grotescas en alambicado retorcimiento. Es en la segunda, ciertamente meritoria, donde radica el interés de la película. Se nos presenta a una secta de alto standing que hace suya la máxima de ciertos anacoretas, según la cual, la privación y el dolor son el camino de la contemplación. Como en la variedad está el gusto, el castigo no es autoinfligido, que para eso está el mar lleno de peces y de frescas mozas prestas- o no- al martirio.
Un diseño de producción muy cuidado, cromado como casi todo el atrezzo que aparece en pantalla, recrea la cortante frialdad de una atmósfera opresiva hasta la náusea, e incluye un muy logrado maquillaje, justamente premiado en Sitges.
Los aullidos desgarradores no ocultan unas interpretaciones bastante convincentes de las dos jóvenes protagonistas. Si bien es cierto que la enturbantada suma sacerdotisa puede resultar un tanto de coña.
Recomendable cinta, en fin, cuyo visionado probablemente haría a Shakira replantearse su concepto de "La tortura".

Pascal Laugier realiza una película probablemente no apta para todos los públicos ni para todos los estómagos. Mucha casquería para llegar a un fin de difícil digestión perfectamente entendible. No se repara en explicitud gore sin un cartel de aviso previo, dicho en modo irónico. Esa podría ser la principal tara a afrontar para más de uno. O tal vez alguien que la vea no simpatice con ella porque se llegue a cuestionar sobre la necesidad de mostrar la tortura como el camino para lograr un fin determinado. Por supuesto bajo el signo de la locura más perversa.
Pareciendo, tal vez, lo contrario, no esta en la obra el afán de enseñar la tortura por la tortura, el sadismo por el sadismo, con el único objeto de ser sensacionalista, de crear controversia y con ello ganarse la popularidad, para causar el rechazo más absoluto o el gusto por lo más morboso, según los ojos del que mire. Es lo que tiene el gore siendo llevado a su vertiente más extrema, como es éste el caso: que en el pecado lleva la penitencia. El pecado de enseñar sin tapujos acarrea la penitencia de no obtener la misma respuesta de todos. Pero es algo más compleja que todo eso. Más siniestra. Y eso es lo que la hace más rotunda, más respetable en límites puramente cinematográficos.
La frialdad, esa frialdad en apariencia impune, con la que se persigue un objetivo colectivo tan perturbador y perturbado como las mentes que tratan de alcanzarlo. Haciendo por enseñar la capacidad retorcida a la que puede llegar la psique humana mostrado con rectitud impertérrita. Y eso, en el fondo, asusta aún más.