Instinto

Anthony Hopkins en su salsa y un Cuba Gooding Jr. que me ha sorprendido para bien. La película está realizada de manera convencional pero efectiva, con buen ritmo y una trama con la que me siento identificado, sobre todo con lo concerniente a Hopkins y esa parábola sobre el ser humano y la naturaleza. La verdad que me convence la historia con los gorilas, aunque el fondo resulte utópico y el final... bueno, no diré nada del final. Buena película para divertirse y reflexionar sobre la condición humana y el sistema, pero que no llega a arriesgar en su propuesta quedándose sólo con las buenas intenciones. Banda sonora de Danny Elfman, que se agradece durante la proyección.

Como bien dice el título, esta película es una sátira a la sociedad controlada en la que vivimos, un suspiro de esperanza de salir de ella y ser realmente libres. El protagonista encarnado por el gran Hopkins, acostumbrado a recibir papeles de hombre culto y formado, se convierte en un hombre que no acepta el sistema ni el control al que estamos sometidos, desea la libertad de la que nuestros antepasados disfrutaban. Una fusión con la naturaleza, con el equilibrio propio. Unas breves apariciones de Sutherland y un elocuente Gooding Jr. hacen que esta película sea recomendable a aquellos que deseen plantearse el tema, aunque eso sí, la idea de la película es muy buena, sin embargo no son capaces de mostrártela tal y como se debería.

Hopkins ha caído embelesado de los gorilas ya que le han hecho desenterrar en su mente el estado de bondad originario de la humanidad hace 10.000 cuando eramos cazadores y recolectores. Sin embargo, psiquiatra y médico recuperan en su relación en un entorno hostil y supercomplejo -como el de la cárcel de alta seguridad donde se desarrolla gran parte de la película- esta bondad y la libertad que la civilización -los saqueadores- nos ha arrebatado.

Esta película tiene algo para casi todos. Si disfrutas de las historias de África y del increíble Gorila, ahí está. Si te gustan las historias de asesinatos, la codicia y la inhumanidad del hombre hacia el hombre. Está ahí. Si te gusta un thriller psicológico, ahí está. Si disfrutas de la experiencia del corazón, adivina qué hay también allí. El amor de un padre por su familia, el amor de un hombre por su prójimo, el amor de un hombre por una mujer. Esta magnífica película incluye casi todas las emociones humanas buenas y malas. Cada papel es interpretado a la perfección por este elenco bien elaborado. Nunca hay un momento aburrido, por lo que la película de casi 2 horas pasa rápidamente. La dirección es excelente al igual que el rodaje. Para mí, esta película se encuentra entre mis películas favoritas.

Cinco años después de “El silencio de los corderos” (1991), Anthony Hopkins seguía encasillado en papeles de tipos trastornados y peligrosos. John Turteltaub aprovechó la ocasión y, en su “Instinto”, hizo de Powell, el personaje de Hopkins, un maníaco salvaje que ha vivido con gorilas en la selva durante muchos años y ha asesinado a personas. Es encerrado en una prisión de enfermos mentales y sus psiquiatras lo consideran intratable y peligrosamente violento, hasta que Theo Caulder (Cuba Gooding Jr.) toma su caso. Es entonces cuando descubre su problema, y sigue un tratamiento al que Powell parece reaccionar.

El filme de Turteltaub no se despega del desarrollo convencional típico de estos thrillers, diseñados para la taquilla y para el lucimiento de sus actores. Pero aquí no se intenta imitar el éxito que llevó a Hopkins a inmortalizar a Hanibal Lecter, sino que se aprovecha ese rebufo para crear un personaje que lo recuerda, pero que no lo es en absoluto. Turteltaub pretende mostrar cómo un ser humano puede involucionar hasta dejar que sus instintos primarios dominen sobre la razón. Partiendo de ello, la civilización para él está llena de lugares y personas hostiles, que son igual de salvajes que él pero visten uniformes de carceleros y trajes de corbata. Es, en realidad, una crítica al comportamiento del ser humano como especie depredadora tanto para el resto de animales como para sí mismo, que construye una civilización a su alrededor para contener a la bestia interior, pero a pesar de ello sigue matando e imponiendo su sangriento dominio solo por el placer de hacerlo.

Se ve una clara evolución en la relación entre Powell y Caulder que también hace descubrir los secretos del primero, del por qué de esa violencia y del por qué su familia no quiere saber nada de él. El guion resulta interesante pero su desarrollo es un tanto irreal, ya que se dan muchos clichés y la mayoría de las veces es inevitable que el espectador piense en un “lo sabía”. Cuba Gooding hace de Cuba Gooding, esto es, su interpretación siempre es la misma sin registros especiales, salvo que esta vez ha cambiado su traje militar por uno con corbata. Anthony Hopkins no puede evitar estar encasillado pero intenta separarse de su inmortal Hanibal Lecter haciendo una interpretación interesante, aunque demasiado viciada por lo convencional del tono general del filme.

“Instinto” es, pues, una propuesta interesante pero cae en el conformismo de un drama al uso.