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Tiempo después

Comedia. Fantástico En el 9177, mil años arriba, mil años abajo -que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero (y según algunos, el universo también) se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados está José María, un tipo que decide que salvando ciertas dificultades, y mediante la venta en el Edificio ... [+]
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
4 de diciembre de 2018
118 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ayer acudí al preestreno de la película en Madrid, entusiasmado ante la nueva película de José Luis Cuerda, pero con las expectativas calmadas por las críticas no excesivamente positivas. Y mis expectativas se superaron con creces. Película muy divertida, en la que al humor surrealista (o inclasificable) y brillante de Amanece, que no es poco se suma un excelente retrato de la lucha de clases. De sobra es conocida la ideología de Cuerda, que quiso exiliarse a la URSS en su juventud, y en esta película consigue caricaturizar a los elementos representativos del orden establecido hasta el extremo, así como destapar las vergüenzas de la izquierda (y de la juventud), dejando reflexiones políticas y referencias a la historia de España de gran calado (ver Spoiler).

En el último edificio en pie del planeta, el sistema capitalista sobrevive, liderado por un Rey que impone su ridícula voluntad haciéndose valer de las fuerzas vivas: Iglesia, Benemérita, Marina, Policía Municipal y alcalde. En las afueras, un poblado chabolista donde se juntan los parados de todo el mundo bajo una constante locución de megafonía alienante y clerical. Un parado entra en el edificio a vender su limonada, y un conflicto en el interior del mismo desencadenará una guerra entre clases.

Las actuaciones principales están a gran nivel. Miguel Rellán sobresaliente (sin llegar a ser, pero aproximándose, a José Sazatornil en su papel de guardia Civil), Roberto del Álamo (parado líder) y Blanca Suárez (jefa de gabinete) resuelven sus papeles protagonistas con excelencia, y actuaciones muy destacadas como las de Antonio de la Torre (cura), Manolo Solo (alcalde), Gabino Diego (Rey), o Carlos Areces (conserje del edificio). La trama principal de la película se centra en el confrontamiento entre clases, alternada acertadamente con subtramas como la de los barberos o los eclesiásticos, y sketches efectivos. El primer tercio de la película se carga excesivamente de lenguaje filosófico y retórico, que junto con el habitual surrealismo de Cuerda puede resultar excesivo para el espectador que desconoce su obra, como han expresado en una crítica anterior, es necesario ver la película con la mente abierta y sin prejuicios. Sin embargo, a medida que avanza la historia el tono se relaja y se acopla perfectamente al desarrollo. La banda sonora es extraordinaria, sosteniendo el ritmo de la película y retomando la trama principal y el tono cómico después de los discursos de más calado y las reflexiones más ácidas. Aunque la película no destaca por su imagen, la estética del edificio y sobre todo la del poblado están muy acertadas.

Se aprecian referencias cinematográficas a películas como Dr. Strangelove de Kubrick, en la que ni un escenario postapocalíptico supondría la eliminación del sistema, y unas marcadas referencias visuales a Plácido de Berlanga, con los parados entre el polvo o la subida de las escaleras.

En comparativa con el tótem Amanece que no es poco, a la que se dedican algunos guiños, la filosofía humorística y la forma principal se mantienen, pero la carga política aumenta en explicitud y peso en Tiempo Después por la propia naturaleza del argumento. El ya mítico “En resumen, hemos ganado los de siempre” se convierte en el mensaje principal, derrotista y subyacente, del global de la película como analogía de la situación política actual, aunque con un hilo de optimismo al final.

Película llena de matices, al igual que Amanece, que no es poco, en la que en cada nuevo visionado captaremos algo nuevo. No dejen de verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alex Ciges
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2 de enero de 2019
67 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nota: 3,5
Veo una sucesión de situaciones extrañas que pretenden ser originales, graciosas, pero la gran mayoría no nos han hecho gracia ni a mí ni a mi pareja y se nos ha hecho larga y pesada.
Yo creo que con una selección de 15 ó 20 minutos de las mejores escenas de la película (que creo que hay algunas buenas e ingeniosas) y las numerosísimas parodias que se hacen de diálogos aparentemente solemnes y supuestamente graciosos se podría hacer un corto al que daría una nota de 8. Al resto de la película le daría un 2. (Como alguien más ha dicho "los personajes de la pantalla que se ríen y aplauden mucho deben de tener mucho más sentido del humor que yo" ).
Creo que hay críticas inteligentes a la sociedad actual, pero también hay mucha paja innecesaria.
Nada qeu ver en nuestra opinión con esa gran película con que se la compara "Amanece que no es poco" también de J.L. Cuerda (en ambas es el director y guionista).
javiert10
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9 de diciembre de 2018
66 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta el cine con humor absurdo, unos guiones disparatados que comenzaron los hermanos Marx en los años 30 y que gracias a las películas de los hermanos Zucker y Jim Abrahams "Aterriza como puedas","Top Secret","Agarralo como puedas" o "Hot Shot" que cosecharon mucho éxito en los años 80 parodiando films taquilleros, con gags muy divertidos y elaborados, consiguieron revitalizar un género durante aquella época. Hoy en día se producen menos, salvo algunos directores como Quentin Dupieux, Jim Hosking o Yorgos Lanthimos que continuan en esa línea del absurdo.

Fue en aquella década de los ochenta cuando José Luis Cuerda estrenaba "Amanece que no es poco" logrando captar la atención del público y la crítica con una comedia loca y disparatada, han pasado treinta años y vuelve nuevamente a contarnos una historia distópica y delirante con su nueva película "Tiempo después"

La idea loca de que toda la sociedad vive en un edificio (el de la avenida de América) en pleno desierto de Monument Valley, gobernado por un rey imbécil y un par de guardia civiles tontorrones. Cuando el proletariado, por así decirlo (que son los parados) malviven en un bosque cercano. Y que todo se revolucionará cuando uno de los parados va a vender limonada a los que viven en la torre... Me lo cuentan así y me parece una historia divertida, pero cuando ya llevo quince minutos de película y no me rio en absoluto, sino que asisto a continuos diálogos de lo más estúpidos empiezo a tener verguenza ajena.

El despropósito de ver a actores tan buenos como Blanca Suárez, Roberto Álamo, Antonio de la Torre, Carlos Areces o Miguel Rellán diciendo esa sarta de idioteces sin gracia ninguna, ha conseguido que no entre para nada en la historia y exceptuando un par de gags que pueden resultar graciosos y lo demás es bastante penoso.
Destino Arrakis.com
videorecord
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29 de diciembre de 2018
52 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca lo llegué a entender: puedo comprender que ciertos chistes pueden tener su gracia, entiendo la (relativa) ironía...pero de eso a convertir "Amanece que no es poco" en una película de culto, me parecer demencial. Porque no tiene estructura, ni forma, ni fondo, no es más que una sucesión de chistes -algunos buenos y brillantes, pero la mayoría mediocres, sin gracia y con mucho aire de pedantería e irritante superioridad intelectual...- mal hilvanados. Lo peor del asunto, es que si no conoces ni entras en ese peculiar sentido del humor, la película resulta realmente insufrible. Y encima hay que aguantar a los "iluminados" que se supone que han entendido perfectamente el mensaje de la película, que la consideran la quintaesencia de la modernidad, de la locuacidad y la imaginación. Tócate la peineta...

Bueno, pues exactamente en la misma clave, exactamente la misma, esta "Tiempo después" intenta replicar todo lo sucedido en "Amanece que no es poco", pero con la estructura de "Así en el cielo como en la tierra", sólo que en un remotísimo futuro: el mundo entero se condensa en un único edificio en medio de la nada, y el resto del planeta está inhabitado, con la única excepción de los parados, que malviven en unas chabolas. Ese frágil "equilibrio" existencial se quiebra cuando un parado entra en el edificio para vender limonada, y todo se lía.

El microcosmos que tan acertada y divertidamente encajaba Cuerda en "Así en el cielo como en la tierra", representando el cielo como un pueblo español de los años 50, ahora tiene una traslación realmente chirriante en ese futuro distópico (hablamos del año 9000 de nuestra era, aproximadamente...). El problema es que volvemos a los chistes sobre el particular universo de cuerda, sobre la Guerra Civil, sobre la monarquía, la democracia, el capital, la revolución... otra vez sobre el proletariado, los sindicatos, la guardia civil y los funcionarios. Un ejercicio agotador, sobre todo porque exige que el espectador entre por narices en esas claves y si no es así, resulta literalmente insoportable. Chiste tras chiste, tras chiste, buscando una complicidad que o la tienes o no la tienes. Yo sinceramente, no la tengo. No pertenezco a la generación de Cuerda, ni me importan la mayoría de reflexiones que tiene, ni tengo sus influencias culturales, políticas o filosóficas. Y muchas de esas "gracias", no solo no me resultan graciosas, sino que me provocan una gran nostalgia, cuando no, una gran tristeza. Más que nada, por comprobar que tanto el tono como el fondo, no ha cambiado nada. O sea, que si no eres amigo de Cuerda, o conoces perfectamente las claves (muy particulares) de su sentido del humor, te quedas como el convidado de piedra, con una sonrisa forzada esperando a reírte... cuando nada tiene gracia.

Me sorprendió sobremanera que al final de la proyección -que por cierto, estaba llena a reventar- algunos espectadores aplaudieran. Me sentí, sinceramente, como el niño del cuento de "El Traje del Rey", en el que un sastre convenció al Rey en hacerle un traje de un tejido invisible, y todos por no contradecirle le decían que estaba elegantísimo, cuando en realidad estaba desnudo y un niño fue el único en decir la verdad y destapar al farsante. ¿Es que nadie se da cuenta de la estupidez que supone y que es esta película, por muy bien que esté arropada por un reparto estelar (y mediático) dentro del cine español? (desde Roberto Álamo a Blanca Suárez, pasando por Miguel Rellán, Arturo Valls, Carlos Areces, Andreu BuenaFuente...).

En serio, fui esperanzado y con la intención de hacer "tabula rasa" a todos los prejuicios que ya tuve en su día con "Amanece que no es poco", pero por más esfuerzos que hice en entrar en la historia (y en los chistes) me fue materialmente imposible, porque esta película es pedante, los chistes son muy malos, las reflexiones filosóficas son de todo a cien y el ridículo no solo está usado para fustigar las estructuras sociales (y económicas) sino que es lo que provoca esta película, desde el primer al último fotograma. Y encima, para rematar la faena, con una voz en off que intenta explicarnos todo.
Federico_Casado
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8 de octubre de 2018
27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continuación, al menos en cuanto a filosofía y coherencia interna de la obra maestra "Amanece, que no es poco".
Se puede decir que se trata del mismo tipo de humor y sus personajes son primos hermanos en cuanto a espíritu interno. Sin embargo, me temo, que los tiempos han cambiado y el humor interno, que prácticamente es el mismo, al menos en lo que a mi respecta, no tiene la misma contundencia.
Para comenzar creo que su ritmo es harto irregular y las escenas son arrítimicas en cuanto a interés se trata.
Hay gags y diálogos felices que hacen reír y sobre todo sonreír, y otros que dejan bastante indiferente al personal.
En líneas generales está bien, sin más, se ve con respeto y sin duda simpatía, pero no convence, dejando un aroma a cierta decepción, que sería mayor, creo yo, si el realizador no fuera el maestro Cuerda, un hombre de cine al que debemos trabajos simplemente soberbios. En esta ocasión no acierta del todo, pero al menos lo intenta, a su edad además, lo que ya merece un respeto e incluso admiración.
Ahora bien, como peli, no le doy mucho valor, la verdad.
Como se suele decir con frecuencia, y en esta ocasión, con más motivo, para gustos.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Constancio
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