Cuerpo abierto

Vista en la reciente Seminci 2022, dentro de la gala de RTVE y patrocinada por ella, no en vano, según uno de sus directivos, "vieron el enorme potencial que tenía", pero no producida, se trata de una película en principio interesante, siempre digna y honesta pero no convincente.
Se puede ver tranquilamente pues no se puede decir que aburre, pero según van pasando los minutos tampoco interesa mucho que digamos.
El ritmo y la narración en sí no son los apropiados y es una pena por cuanto la historia tiene evidente potencial dramático y el esfuerzo interpretativo de Tamar Novas es indiscutible. Pero algo no termina de funcionar, dejando un tanto frío al respetable tras su visión.
Mejorable a todas luces, se agradece el esfuerzo emprendido pues esta clase de historias (en este caso adaptando el relato de Xosé Luis Mëndez Ferrín) no se suele ver demasiado en el cine español.

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Resulta interesante esta nueva generación de directores y directoras que buscan cambiar el paradigma, que han decidido no mirar hacia el cine más allá de nuestras fronteras para copiar sus esquemas y, en cambio, dirigen su mirada hacia el interior de nuestras propias mitologías e historias. Al nombre de Paul Urkijo podemos añadir el de Ángeles Huerta con Cuerpo Abierto.

Galicia 1909. Miguel, un profesor, llega al lejano pueblo de Lobosandaus, en la frontera con Portugal. Aunque en este lugar busca algo que no encuentra, si es capaz de ir descubriendo las historias que allí acontecen: el amor posesivo de Turelo por su mujer Dorinda, el magnetismo del portugués Mauro, el encierro de la joven Obdulia debido a un “mal de cabeza”. Tras una muerte violenta, con la incógnita de quien fue el asesino, algo sobrenatural se va adueñando del pueblo.

Xosé Luis Méndez Ferrín es un interesante escritor poco conocido mas allá de las fronteras gallegas aunque estuvo cerca de conseguir un premio nobel. El relato de género fantástico Lobosandaus forma parte del libro de historias cortas Rayanos. La propia directora, junto con el guionista Daniel D. Garcia, decidieron ampliar este universo e ir más allá del final del relato. Como se decía en la entradilla, Huerta reivindica la identidad propia en su narración, y por ello hay mucho clasicismo en la forma de contar: elipsis, sin estridencias narrativas y secuencias que parecen no tener solución de continuidad y, sin embargo, son piezas de un puzle que respira romanticismo trágico y grandes dramas. Al tono gótico marcado desde el principio, cuando el carruaje que lleva al protagonista surge de la niebla, la directora añade gotas de costumbrismo y western con las referencias a cruzar la “Raya”, la frontera con Portugal, y que es como un sueño inalcanzable para muchos de los personajes.

Cuerpo Abierto está muy cuidada a nivel formal, con la música de Mercedes Peón y la hermosa fotografía de Gina Ferrer que transita entre lo siniestro, lo romántico y lo sobrenatural. Interpretativamente la película es más que correcta, y aunque el protagonista Tamar Novas acertó con su retrato de Miguel el maestro, es María Vázquez como Obdulia quien se lleva la palma con un personaje que sufre una transformación física y espiritual debido a las fuerzas sobrenaturales. Atención a la química que surge en la única secuencia que comparten Victoria Guerra como Dorinda y José Fidalgo interpretando a Mauro el portugués.

El espectador impaciente chocará de frente con Cuerpo Abierto, ya que la historia puede resultarle lenta, sin interés, ya que lo sobrenatural va surgiendo lentamente hasta devorar la historia, resultará perfecta para aquellos que busquen películas que apuestan por lo clásico, hagan reflexionar y no den todo mascado.

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Es una película para un público muy concreto que tenga interés por la brujería de principios del siglo pasado. Un film extraño de inicio a fin. El guion no está bien entrelazado. Deja muchos vacíos a la interpretación del espectador, sin saber exactamente lo que transmite Ángeles Huerta, si es que nos quiere decir algo.

En cuanto a los personajes, no sabes bien quiénes son, salvo Dorinda. Hay un espíritu libre, que está en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia. Va cambiando de corporeidad y es el público quien deberá ir intuyendo si el personaje es él mismo o el espíritu. Además, no tiene reparo en si el cuerpo es masculino o femenino, hecho que trae ciertas contrariedades y escenas desagradables.

No llega a crear miedo, pese a que el terror pretenda ser psicológico, sino más bien desconcierto y perplejidad. Quizá destacar que, a medida que la oscuridad se apodera del alma de Miguel, la película también se va oscureciendo y el único aporte de luz son las velas y las antorchas, facilitando así entrar en el sufrimiento del maestro.

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Está bien que apoyemos lo nuestro y todo eso, y veo las buenas intenciones en las críticas y... en fin, pero es que la película es muy mala.

El guion no se sostiene, y termina siendo un mero pretexto para que la dirección "demuestre" lo que quiere demostrar que sabe hacer, como pasa en muchos cortos de iniciación.

Y esa es la sensación que transmite y que deja la película después de verla, que es un ejercicio de iniciación, donde todo está muy verde y parte de un guion llenito de huecos y de parches, que alguien debería haber revisado mejor antes de llevarlo a producción.

*Cuando un profesor es superado por las circunstancias

Cuerpo abierto, es una película que nos sumerge en un pequeño pueblo gallego de nombre Lobosandaus (lugar imaginario) justo a las fronteras de Portugal. Hasta allí recala un joven profesor llamado Miguel (Tamar Novas), para enseñar a los niños y sacarlos de su analfabetismo. El joven maestro cae prendado de una mujer cuyo nombre es Dorinda (Victoria Guerra). Tras el aparente suicidio de un hombre portugués, y muy popular en esos lares, la cosa empieza a tomar visos extraños. La película toma referentes del terror gótico, pero su naturaleza es sin duda el drama, ese de pequeños y apartados lugares dónde la idiosincrasia de sus habitantes y costumbres superan a los visitantes foráneos.

*Cuerpo abierto presenta una buena puesta en escena, pero no remata en su trama

En esta nueva propuesta que muchos están tildando de terror, cuando solo toma parte de la ambientación, y poco más hay al respecto, nos ofrece un relato oscuro y algo misterioso que nos sumerge con escepticismo en pilares cinematográficos que no termina de cuajar. Su directora tiene toda la buena intención del mundo en revelar algo evocador, pero la conjugación se le escapa entre los dedos, o más bien entre las páginas del guion.

Los actores están bastante bien, y el ser una coproducción fronteriza enriquece el dialecto. Tres son los que tenemos en pantalla, el español, gallego y portugués. Sin duda lo mejor junto a las actuaciones, la puesta en escena. Tanto la ambientación, la fotografía seca y algo tenue, con esos colores con sabor a campo, ayudan a contar la historia, que por otra parte se revela como algo confusa y dispersa.

*Conclusión

Cuerpo abierto, nos deja ver varias cosas interesantes, folklore gallego, hoy en día tan de moda, nos ofrece el punto de vista del machismo en esa época y lugares tan apartados de las grandes ciudades, y a su vez una gotas de elementos de terror para disfrazar este drama rural. El problema es que la cinta no termina de ir en una dirección concreta, cayendo al final en un guion poco definido.

Con todo, creo que el esfuerzo tanto de la parte técnica como de los actores, hacen un producto que merece por lo menos un visionado por parte de nosotros. Su directora tiene mimbres, pues este es su debut, tras realizar un documental llamado Olvida Monelos en 2016. Veremos que le depara el futuro a Ángeles Huerta, porque sensibilidad para la dirección parece tener.

Escrito por Víctor Vega Cuervo