El campeón de Auschwitz

Por norma general, la gente no suele ser adicta al cine independiente y os aseguro, que hay cine de mucha calidad, pero menos conocido. Ocurre lo mismo con los futbolistas que destacan mucho, pero juegan en ligas menos conocidas. Exactamente igual. La calidad está, pero no se conoce.

La producción polaca de El campeón de Auschwitz nos trae la historia verdadera del boxeador Tadeusz Pietrzykowski durante el periodo de cautiverio en el campo de concentración del mismo nombre. Los que se han molestado en leer un poquito acerca de estos sucesos, recordarán que al llegar a los hombres y mujeres se les solía preguntar por su profesión para aprovecharlos en diferentes labores dentro del campo. Cuando "Teddy" comenta que es atleta, lo separan. Al principio no tendrá privilegios, hasta que descubren que es boxeador, a partir de ahí formará parte del espectáculo de los allí presentes y será premiado con comida extra y mejores trabajos. No todo será positivo, pero la situación se hace más llevadera.

Estamos ante una de esas historias duras, hay escenas que recuerdan a La lista de Schindler por su crudeza y su inhumanidad. Hay formas de asesinar, pero cuando lo haces con ese desprecio...es todo más duro.

El director se permite las típicas licencias y se inventa cosas que no ocurrieron en la realidad, para agarrarse a varias subtramas dentro de la misma historia.

Lo que no cabe duda es que no dejará indiferente a nadie.

La película cuenta la historia real de Tadeusz "Teddy" Pietrzykowski, un joven campeón de boxeo de peso gallo de Varsovia que en 1940 fue capturado por los nazis cuando intentaba unirse al ejército polaco en la Francia ya ocupada. Fue uno de los primeros prisioneros enviados a Auschwitz para trabajar como mano de obra esclava y reconfigurar los antiguos cuarteles del ejército polaco en un campo de exterminio. Pietrzykowski sobrevivió a la guerra boxeando contra una serie de prisioneros y guardias para el entretenimiento de los oficiales y tropa del campo.

Ya en 1989 Willem Dafoe interpreto al boxeador Salamo Arouch en "El triunfo del Espíritu" que sobrevivía también en Auschwitz, fue un judío griego que gracias a sus dotes como boxeador logro también no morir gaseado. 

La ambientación de la película es muy buena, la música y también la fotografía, algo que ayuda mucho para meterte en esta cruel historia donde veremos las atrocidades que se cometieron en el famoso campo. El guion y la dirección es de Maciej Barczewski, con una gran producción polaca resaltando claramente lo que sufrió el pueblo polaco tras la invasión nazi.

Piotr Glowacki, un gran actor polaco, logra con una gran destreza física y mucha pérdida de peso interpretar a este superviviente rodeado de horror. Tampoco falta cierto toque sentimental como cuando se encariña de un pequeño chaval que reconoce sus hazañas de Varsovia y al que ayuda dándole algo de comida. 

Una interesante película que narra una parte nefasta de la historia en Europa.
Destino Arrakis.com

Basada en hechos reales, la historia de este boxeador polaco ha sido llevada a la pantalla por el director Maciej Barczewski, quien considera a Pietrzykowski un símbolo del triunfo sobre el terror nazi.

Es una ópera prima que no parece tal. Ni la planificación ni las interpretaciones son de principiante. Película con escenas impactantes; y lo hace en un solo plano, sin cortes, con una sequedad que apabulla, transmitiendo lo que aquella gente podía llegar a sufrir en aquel horrible campo de exterminio.

Bien captado el dolor infinito de situaciones de un horror palpitante. Apuntalando con realismo y buen ritmo narrativo los pliegues de una historia cargada tanto de sordidez como de humanidad.
Retrato sosegado y comedido del protagonista, no es un héroe o un loco, tiene los pies bien asentados en la tierra. El actor Piotr Glowacki (Marie Curie) crea sin grandes alardes, casi de manera minimalista, un personaje callado que sufre hacia adentro y del que casi no sabemos nada, salvo que fue un boxeador de cierto prestigio.

El guion no maltrata la historia dedicándole demasiado tiempo a lo que suelen hacer las películas deportivas, en especial las de boxeo, y es el mostrar en una catarata de escenas el entrenamiento del protagonista, cosa que aquí se resuelve con cierta ligereza. Prefiere dedicar su metraje a mostrar la relación de Pietrzykowski con otros presos, en especial con el joven Janek, con el que tiene una relación padre-hijo. Muy entretenida. Un 6,5.