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De hombre a hombre

Western Los pistoleros que mataron a cinco personas indefensas cometieron un gran error: tenían que haber matado a seis. Bill Meceita (John Phillip Law) vive para un propósito, vengar la masacre de su familia por los cuatro bandidos que ocupan puestos de autoridad en el nuevo oeste “civilizado”. Ahora, quince años después, se entera que uno de la banda, Ryan (Lee Van Cleef) va a ser liberado de prisión y que está buscando a los hombres que lo ... [+]
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
21 de marzo de 2010
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy estimable muestra prototípica de la reinvención del género que Leone había propiciado los tres años anteriores con su trilogía del dólar (su influencia puede palparse en cada fotograma)

No falta de nada; bandidos capaces de los ultrajes más reprobables, una trama sustentada sobre sentimientos de venganza puros y duros (con interesantes apuntes sobre las distintas motivaciones/actitudes de los dos protagonistas obligados a entenderse, el joven impulsivo y el perro viejo), descontextualización histórica, castigos ejemplares (los malos dejan al protagonista enterrado de cuello para abajo en la arena a merced del sol y las hormigas... no sin antes obligarle a tragar un puñado de sal...!!!)

Para acentuar las referencias a Leone ahí está la música de Morricone, el gran Lee Van Cleef (con su sombrero negro de ala ancha habitual) e incluso un duelo musical: "pianista... toca tres notas..."

Como pegas pueden achacársele a la película algún que otro salto en la fluidez, cierta confusión en algunos momentos (el ataque al pueblo mejicano, el duelo final...) y algunas salidas de tono peligrosas, como esos flashes que le vienen al protagonista (como si de Marnie la ladrona se tratara) cuando se va topando con cada uno de sus targets, pero el resultado final no se resiente mucho...

Puede que el spaghetti-western estuviera abocado al exploit mas oportunista, pero aquí aún hay mucho que rascar...
daCapo78
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19 de octubre de 2011
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada en año 67 cuando el espectador todavía no se había recuperado del impacto de la genial trilogía de Leone, el realizador Giulio Petroni demostró haber aprendido bien la lección del maestro con una historia cuyo trazos principales bien hubieran podido salir de la mente del propio Leone. Además, Petroni consiguió hacerse con uno de los actores de la famosa trilogía, Lee Van Cleef (actor que incluso estaba semi-retirado cuando recibió la llamada para interpretar "La muerte tenía un precio" y que vivió una segunda juventud grácias a su participación). Y no sólo consiguió algunos de los secundarios habituales en la trilogía (como Mario Brega o Luigi Pistilli), sinó además la banda sonora corrió a cargo del gran Ennio Morricone.

El film nos cuenta fundamentalmente una historia de venganza. La del joven Bill (John Phillip Law), en busca de los asesinos de su familia cuando era niño. En su camino (que se irá sembrando de cadáveres a medida que vaya avanzando el metraje), se encontrará a Ryan (Lee Van Cleef) un misterioso personaje, que parece buscar lo mismo que él aunque sus motivos no parecen demasiado claros.

Petroni basa el film en la confrontación de ambos personajes, que tiene más de un guiño (por no decir otra cosa) con la famosa "La muerte tenía un precio". A veces, la historia parece recrearse más en los vaivenes de los dos protagonistas que no en la venganza en sí, la cual a veces parece que no va a llegar nunca. Pese a que el personaje de Lee Van Cleef se limita a repetir el cliché que le hizo famoso, el realizador intenta evitar el plagio dibujando un personaje más típico del western clásico como el que interpreta John Phillip Law, muy alejado de la habitual ambiguedad que caracterizó el spaguetti-western, y que asume a la perfección Lee Van Cleef manteniendo el cliché que le hizo famoso.

Por otro lado, pese a que a Clint Eastwood siempre se le tachó de actor limitado, Law no consigue ni acercarse, componiendo un personaje excesivamente rígido y más soso que el palillo que se empeña en masticar a todas horas. Y es que incluso para adoptar una postura hierática es necesario saber algo de actuar.
manulynk
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24 de enero de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para todo aquel que disfrute de un buen spaguetti-western aquí tiene otra oportunidad para hacerlo de nuevo. Un género que hoy en día está completamente abandonado y que apenas se hacen películas del oeste, e ignoro el motivo, ya que son las mejores. Hay gente que afirma ser un género aburrido, lento y monótono, pero fijándose en las críticas de la mayoría, en la crítica especializada o en sus notas medias se puede comprobar que son las que más gustan a la gente. En mi caso en particular opino lo mismo, que son las mejores y me duele que no se sigan haciendo igual.
La película que hoy nos ocupa pertenece al año 1967 y por si alguno no se ha dado cuenta ha sido rodada justo a continuación de la famosa y brillante trilogía del dólar de Sergio Leone (''Por un puñado de dólares'', ''La muerte tenía un precio'' y ''El bueno, el feo y malo'') y un año antes que la también espectacular ''Hasta que llegó su hora''. Bien es cierto que esta no alcanza el nivel ni la calidad de las anteriormente mencionadas, eso salta a la vista, pero igualmente está bien hecha, tiene nivel y desde luego engancha como cualquier otra.
Su historia gira entorno a dos hombres, cada uno por su camino y sus motivos personales, pero con un objetivo en común. La cinta empieza con un flashback para meternos en materia y contar la historia del personaje de John Phillip Law de niño, a partir de la cual se sucederán los acontecimientos. Al poco rato ya nos presentan al personaje de Lee Van Cleef, Ryan, el cual hace acto de presencia de la mejor manera y de un modo que será familiar para los amantes del western en particular. Mantiene interés durante todo el metraje, sin puntos muertos ni escenas sobrantes y esto hace que no aburra en ningún momento.
En cuanto a su reparto debo decir que es gracias a Lee Van Cleef (1925-1989. Descanse en paz) por el cual la cinta mejora muchísimo más, de hecho sin él ya no sería lo mismo. Consagrado en su día como uno de los mejores actores del género, Lee Van Cleef lo hace genial interpretando a un personaje solitario y forastero, algo así como en otros westerns anteriores. Para mí es lo mejor de toda la cinta, es algo evidente el gran trabajo que realizó. Junto a él está John Phillip Law, el otro protagonista de la función. Este, aunque ya no tan conocido y sin tanto renombre, también lo hace bien y es el que acompaña en el viaje, al menos en cierto modo, a Cleef. Los demás no son conocidos, al menos para muchos de nosotros, y representan los típicos personajes de este mundillo, los clásicos bandoleros y pistoleros.
Otro aspecto muy importante y que muchos olvidan en sus reseñas es el apartado musical. Cuenta con una banda sonora más que digna y buena perpetrada por un genio en la materia: Ennio Morricone. Si juntamos un spaguetti-western y a Morricone en una misma obra solo nos puede salir una genialidad. Ya demostró todo lo que tenía que demostrar con Leone, esto lo sabemos todos, y para mí es uno de los mejores (si no el mejor) compositores de bandas sonoras del mundo. El tema principal de la película me ha gustado mucho y nada más oír unas notas ya nos hace pensar en el salvaje oeste. Sensacional.
En resumen ''De hombre a hombre'' es un western que recomiendo especialmente a los amantes del género y a quienes disfrutaron de las cintas de Leone. Como decía no alcanza dicho nivel pero merece la pena ser vista, os lo aseguro. Una lástima que a día de hoy y con los presupuestos que tienen las películas no se hagan más como esta.

Lo mejor: Es entretenida en todo momento, la banda sonora y Lee Van Cleef.
Lo peor: Nada importante.

* Buena *
John Kramer
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8 de octubre de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por un Puñado de dólares (1964), película de Sergio Leone que adaptaba de manera libre la película mítica de Akira Kurosawa, Yojimbo (1961), fue un auténtico Boom dentro de la cinematografía mundial. La película rompía con las leyes tradicionales del western más clásico, que ya estaba de capa caída en los últimos años, para crear un subgénero específico que hoy conocemos como Spaghetti Western. En estos films, la moral y la ética de las películas clásicas del género se diluyen para formar otro tipo de películas en las que muchas veces el protagonista principal es un antihéroe. Precisamente como lo era el personaje que interpretaba Clint Eastwood en la trilogía del dólar (las tres películas que Leone dirigió junto a él). También la violencia era trata de una manera mucho más cercana al espectador, haciéndose eco Leone de las nuevas liberaciones y el pensamiento que el público estaba recibiendo en aquella época de los años sesenta. Formalmente, las películas de Leone supusieron una auténtica ruptura que muchos otros directores trataron de seguir.

Desgraciadamente, sólo Leone llegó a ofrecer una serie de películas que fueron capaces de marcar una antes y un después. Porque si analizamos películas que pertenezcan al subgénero Spaghetti después de Leone, nos daremos cuenta de que si hay alguna que otra obra puntual que merezca la atención, pero de ninguna manera encontramos una filmografía tan sólida como la que nos ofrece el director romano.

Una de estas excepciones notables se trata de la película de Giulio Petroni, dirigida en el 1969 (cinco años más tarde de la película clave de Leone) conocida como De hombre a Hombre. Seguramente sea una de las obras que mejor calidad contenga después de las obras ya citadas. La influencia de Leone es tan grande, que Petroni cuenta dentro del reparto con uno de los actores míticos del Spaghetti Western, como es Lee Van Clef, un hombre que se liga de manera indisoluble al género. De hecho, el argumento de la película tiene bastante parecido con otra en la que Leone y Van Cleef se unían, como era La muerte tenía un precio. En ella, Tanto el personaje de Clint Eastwood como el de Van Cleef formaban un equipo a regañadientes (como también sucede en De hombre a hombre) que se oponía al enemigo. En realidad, como muchas de las otras películas del subgénero, el eje principal de la película es la venganza. Mediante la excusa de la venganza (casi un Mcguffin para poder enseñar escenas de acción) se tejieron la mayoría de películas, en las que muchas veces se contaba con una historia que carecía de un guión mínimamente estructurado. Siempre en este tipo de films un personaje queda marcado por un hecho traumático que hará que la película gire en torno a las consecuencias finales de la venganza del personaje martirizado hacia sus acosadores. En este caso, el asesinato de la familia por parte de una cuadrilla de asesinos.

Normalmente en los Spaghetti que no forman parte de la dirección de Leone, la puesta en escena acostumbra a demostrar una ineptitud total detrás de las cámaras. De hombre a hombre sorprende precisamente porque Petroni sabe disimular muy bien sus carencias, logrando adoptar un estilo camaleónico que intenta imitar las pautas de Leone. No consigue más que en escenas contadas lograr su nivel, pero es cierto que en níngun momento de la película, la dirección desentona (cosa que no sucede en la gran mayoría de películas de Spaghetti, donde la dirección acostumbra a ser una montaña rusa, con momentos de bajo nivel unidos a otros más estimables). Petroni elabora una planificación que no deja cortes hechos de manera aleatoria, sino que demuestra la más que correcta organización. El raccord no sale maltratado involuntariamente, y se sigue un montaje que no se puede considerar estridente, más allá de la estridencia propia que va ligada de manera intrínseca al subgénero.

Los elementos que creaba Leone están allí, y lo que Petroni hace es una interesante síntesis de ellos. Encontramos pues en la película todos los elementos formalistas prototípicos, como la esencia de cómica tan propia de estos films, los barridos de cámara de abajo hacia arriba que pretenden ensalzar la figura del protagonista, los primeros planos de los personajes protagonistas en los momentos en los que la acción está a punto de pasar de secuencia, los agresivos zooms con los que se muestran objetos o personajes, e incluso la manera de rodar los tiroteos, que se aleja de la forma en que lo hacía el western clásico para elaborar una nueva identidad.

Los personajes también resultan arquetípicos. Por una parte tenemos a la víctima de toda la trama, el personaje interpretado John Phillip Law. Interpreta al típico personaje duro pero joven al que le arden las ansias de venganza. Hay que decir que Law cumple, pero no de manera sobrada, estando no sólo a millas de distancia de la interpretación magistral del hombre sin nombre que consiguió Clint Eastwood, sino también de Franco Nero, el segundo actor más famosos después de las películas de Leone, siendo conocido popularmente por ser el actor que dio vida a Django (película de la cual Taranino hizo un homenaje). Brillante sí está Lee Van Cleef, que realiza una interpretación magistral muy acorde con el veterano personaje que pide el guión.

Y como no, una más que digna mención a Ennio Morricone, el mítico compositor de tantos temas Spaghetti que elaboró para las películas del subgénero más cruciales, y que aquí pese a no estar a su máximo nivel, si se comporta de una manera notable, creando una partitura variada que da mucha diversidad narrativa a la película.

http://neokunst.wordpress.com/2013/10/08/de-hombre-a-hombre/
Kyrios
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12 de julio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito de mis westerns tuvo consecuencias desastrosas. La marea de engendros que provocó en Italia fue horrible. Vi todo estos subproductos, o casi. Y al principio me hacían cierta gracia. El hecho de que el público manifestara interés por ellos al menos reveló que el Oeste seguía cargando de magia y que el hombre de la frontera era un héroe todavía vivo en el corazón de los espectadores.

Pero lo cierto es que eran bodrios a cual más absurdo. No habían entendido nada de mis películas. Incluso los más respetados me parecen horribles, como los de Sergio Corbucci y Sergio Sollima. Conozco muy bien a Corbucci, trabajamos juntos en varias ocasiones. Es un hombre que domina la técnica, pero hacer westerns no es cuestión de técnica. Hace falta espesor, verdad y profundidad, y nada de esto se encuentra en los westerns de Corbucci. Menos en ese tan prestigioso para los franceses de Il grande silenzio (1968). Es tan falso como pretencioso, con esa idea gratuita de que transcurra en la nieve. Y Sollima es un falso intelectual. Antes de dirigir ejercía la crítica de cine y escribía anónimamente diálogos, corregía sinopsis, en films de todo tipo. “El halcón y la presa”, tenía una historia maravillosa, que le escribió Sergio Donati, mi guionista. La rivalidad entre un cazador de recompensas y un fuera de la ley injustamente reclamado, que acaba convirtiéndose en amistad. Pero Sollima la desaprovechó del todo.

Del western europeo salvaría “Yo soy la revolución” (1968) de Damiano Damiani, protagonizado por dos de mis estrellas en “La muerte tenía un precio” Gian María Volonté y Klaus Kinski. Y no sé yo si algo más.

Por eso me disgusta que todo el mundo me señale como el padre del Spaghetti –western. Porque soy el padre, si, pero de un montón de hijos de puta.

Y desde luego comparto en todo lo dicho por Sergio Leone.
Juan Nadie
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