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Voto de Cinemagavia:
8
Drama Stéphane decide mudarse a una bonita región montañosa del centro de Francia para retomar la relación con su hija de 8 años, Victoria, que ha perdido el habla desde que murió su madre. Durante un paseo por el bosque, un pastor le regala a la niña un cachorro llamado "Mystère". Con este regalo, la niña empieza a abrirse al exterior. Pero, en seguida, Stéphane descubre que el cachorro es en realidad un lobo... A pesar de las advertencias y ... [+]
28 de abril de 2022
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El lobo y la niña

La relación entre los lobos y los seres humanos ha adquirido un significado muy distinto con el paso del tiempo, donde se afrontan diversas tesis, sobre todo en el mundo rural. Mathieu Oullion, Denis Imbert y Stéphanie Vasseur abordan esta temática a través de una historia llena de familiaridad, luminosidad y optimismo, combinado con una dosis de emoción pura. Gracias a ello, construyen una historia donde se le da una importancia imperiosa a la naturaleza y al mundo animal, señalando la necesidad de reformular los espacios ocupados por los seres humanos en el medio natural. Aun así, no peca de juzgar y de establecer una ideología, sino que apuesta más por la humanidad y la ternura que desprende el propio relato. Por tanto, el espectador conecta fácilmente con los acontecimientos que se muestra.

También se ve la superación personal en sus personajes, exponiendo distintas aristas en las relaciones paterno-filiales entre Stéphane y Victoria. Por lo cual, hay suficiente profundidad para no quedarse en una capa más superficial. Con lo cual, el tratamiento de los distintos conflictos se resuelven de una manera coherente y en sintonía con el tono familiar que adquiere El secreto de Vicky en su compendio global. Por otra parte, se aplaude que no caiga en recursos redundantes como posibles romanticismos innecesarios, lo que hace que no sea previsible y obtenga una frescura estupenda. Ese canto a la amistad se convierte en la principal atracción del film, que se sostiene sobre una base feel-good con tintes suficientemente dramáticos para elevar su resultado. El final es un auténtico colofón de sentimientos, que logran cumplir con la emotividad que se espera, sacando una sonrisa al público de forma instantánea.

*Una familia unida

El reparto principal de El secreto de Vicky está liderado por Vincent Elbaz y Shanna Keil. Tanto padre como hija en la ficción plantean una química espectacular, viéndose en los detalles más pequeños. Por un lado, Elbaz completa con éxito su reto interpretativo, no lanzándose a la oscuridad del trasfondo de su personaje de una forma dramática, sino de una manera realista y veraz. Así, se puede observar en su rostro una expresividad contenida, a la par que preocupada, adaptándose a los momentos en los que desprende ternura y alegría. Por su parte, Keil, pese a su corta edad, comprende perfectamente el lenguaje de la cámara y se muestra cómoda, sobre todo una vez aparece Mystère en escena. Lógicamente, Keil aporta ese granito de ingenuidad e inocencia que acerca al film hacia un público más familiar y dedicado a la infancia.

Marie Gillain interpreta a Anna con una soltura muy bien llevada. Sin embargo, al no medirse desde el guion una presencia más concreta, hay momentos en los que se pierde más en el fondo. Aun así, Gillain sabe cómo mantenerse en la mente del espectador, luciéndose en las últimas secuencias. Después, Eric Elmosnino es el desahogo cómico en algunas partes de la película, aunque también formula su trabajo interpretativo desde una vertiente cotidiana y cercana. Por ende, no se convierte en una caricatura, lo que permite que no perturbe su labor ante la escena. Para terminar, mención especial a Tchéky Karyo y Eric Savin, el ying y el yang de la historia. Los dos, en sus particulares caminos, remueven y obtienen actuaciones memorables para el espectador por la carga e importancia que tienen en la trama y lo bien ejecutados que están.

*Familiar y emotiva

Desde el principio se puede ver que el trabajo artístico y visual toma la naturaleza como principal escenario de El secreto de Vicky. Las grandes montañas y el espacio rural conquistan la acción desde el primer momento, lo que hace que el espectador ya se oriente hacia este lugar. Por lo cual, hay que aplaudir a la dirección de arte y a la selección de localizaciones, ya que de por sí tienen un poder extraordinario. Ahí es donde se puede ver la fuerza arrolladora que dibujan lugares de esta índole. Asimismo, la fotografía del film sabe sacar partido a cada uno de ellos y no abusa de interiores, sino que hay esa simbiosis con el medio que activa distintos estímulos entre el público. Además, como detalle, da su lugar a la “civilización”, pero sin perder conexión con la atmósfera creada.

El ritmo de la película es dinámico, se disfruta en su totalidad y se convierte en una experiencia muy acertada para disfrutar tanto en familia como solamente entre adultos. La manera en la que plantea esa unión, crea un sello de identidad fijo que se amplía a todo el film. Por lo cual, Denis Imbert ha hecho un trabajo de dirección más que notable, al saber elegir las intenciones y cómo desea expresarlas para llegar hasta ahí. Basada en una historia real, sorprende el magnetismo animal que desprende la película al haber sido rodada con lobos reales. También se debe mencionar el trabajo de sonido, que tiene una calidad totalmente definida y experimenta esos silencios que dan paso al espacio sonoro de la naturaleza. Únicamente, hay que hacer autocrítica de la elección del título en español, al ser una opción poco acertada.

*Conclusión

El secreto de Vicky es una oda a la amistad, al respeto por el mundo animal y la naturaleza, cargada de emoción y luminosidad. Asimismo, hay que destacar que sepan abordar diferentes problemáticas desde una vertiente humana, sincera y sin maniqueísmos. Gracias a ello, es perfecta para el público familiar, pero también para adultos que se verán envueltos en una historia con matices y una afectividad desarrollada de una forma muy acertada. A nivel interpretativo, cuenta con un elenco notable, liderados por unos estupendos Vincent Elbaz y Shanna Keil. Por otra parte, la dirección técnica y artística saben sacar partido a los exteriores y al medio natural con una simbiosis cautivadora. La unión de lazos familiares a distintos niveles que hacen nadar al espectador entre sonrisas, empatía, sensibilidad y amor emotivo.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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