Misterio

Película inspirada en hechos reales sobre una niña que adopta un cachorro de "perrito" y todo lo que sucede conforme el animal crece y el problema que surge entonces. Muy en la línea de películas como "Belle y Sebastian", "Mia y el león blanco" o "El lobo y el león", tiene en común con ellas el importante mensaje sobre el respeto a los animales (incluso el poder sanador de nuestros amigos de cuatro patas en los niños) o el uso de la fotografía y los bonitos paisajes. El corte de cine francés que rezuma también suma y la película en general es bastante decente e interesante aunque la temática, como he comentado al principio, nos sea familiar.

La película de Denis Imbert aborda temas como la separación, el duelo, la tolerancia o la preservación. A su vez invoca implícitamente una parte de la nostalgia ligada a la infancia de todos, y al mito del "lobo feroz" tan cercano al miedo a la muerte que los adultos tienen por la pérdida de la progenie.

El secreto de Vicky (Mystère) es también una magnífica oda a la naturaleza, en la que la trama, sencilla y previsible, pero exquisitamente tratada, se mezcla con la belleza salvaje de paisajes y amplios espacios abiertos, en contraste con el miedo que genera el lobo.

Todo parte pues de un misterio: el regalo de un pequeño animal que desbloquea el trauma de la pequeña Victoria por la muerte de su madre. Así que entre el cachorro de un aparente perro pastor sin madre y ella huérfana también, se convierte en una relación casi fusional.

El secreto de Vicky no es una película para debatir la problemática del lobo. Otros cineastas galos han rodado sobre el tema con gran tino. Por ejemplo, Le Loup (2009) de Nicolas Vannier o Marche avec les loups (2020) de Jean-Michel Bertrand, se adentran en la relación atávica entre el lobo y el ser humano.

Esta es una película sobre el amor entre el lobo y la niña que lo cría con cariño. El film va repleto de valores como la tolerancia, el respeto y la apertura a los demás. Que no hay una actitud de mayor coraje que vencer los propios miedos y saber soltar incluso aquello que uno más se quiere.

La película nos da un mensaje claro: el acercamiento a la naturaleza es una buena forma de encontrar, de conocer y observarse a uno mismo. El film destaca tanto en la dirección como en la interpretación de todos los personajes.

El secreto de Vicky tiene como escenario natural los montes del Cantal en la región francesa de Auvergne (sin duda, filmados se forma suntuosa). Le acompaña una impecable banda sonora del prestigioso músico Armand Amara.

En Francia se publicó en noviembre 2021 como novela escrita por Nadia Coste (1979), autora de literatura juvenil e infantil. Llegará a las pantallas de cines el 13 de abril 2022 y en España se exhibió en el Festival de Sevilla 2021.

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La inocencia propia de la infancia permite a los niños ver el mundo de una manera más amplia y libre. Por esa razón, suelen tener más facilidad a la hora de acercarse y mostrar entusiasmo hacia los animales, quienes al mismo tiempo pueden convertirse en grandes compañeros de viaje para afrontar situaciones difíciles. Esta premisa no es nada extraordinaria, puesto que una gran variedad de títulos giran en torno a ello, como son ejemplos ¡Liberad a Willy!, El hombre que susurraba a los caballos o la reciente Mia y el león blanco.

En la misma tesitura, El secreto de Vicky recoge una estructura similar y forma un relato basado en hechos reales que sigue los pasos de Victoria, una niña de ocho años (interpretada por Shanna Keil en un rol tierno), que adopta y forma un gran vínculo con un lobo al que confunde por un perro. Su padre, encarnado por Vincent Elbaz, no se opone y trata de hacer feliz a su hija tras la muerte de su madre. Sin embargo, el rechazo del pueblo, mayoritariamente ganadero, hacia estos animales pone patas arriba la situación.

Mientras largometrajes como El Rey León recurren a los efectos visuales, El secreto de Vicky utiliza lobos y espacios naturales auténticos. Es, precisamente, su desvinculación con el artificio lo que hace destacar más al film. Unos paisajes montañosos de la región Auvernia-Ródano-Alpes en Francia, rodados en varias estaciones, y unas “bestias” cómodas frente a la cámara y con una estupenda química con la niña, erigen una producción exuberante en lo visual.

Sin embargo, es cierto que estamos frente a una película sencilla, sin muchas pretensiones y con la idea muy clara de hacia quién va dirigida. No tiene una trama especialmente profunda, ni aporta nada novedoso, pero es justo eso lo que la hace convincente. Un guion simple, con un metraje escueto y suficiente, construye una propuesta simpática, en ocasiones algo cursi y predecible, aunque con una narración agradable y emotiva que aluden a la importancia de los valores de la amistad, la convivencia y el amor.

En definitiva, El secreto de Vicky funciona en cuanto a que es una cinta infantil, encapsulada en el cine amable y comercial, perfecto para disfrutar en familia. Será especialmente regocijado por los amantes de los animales, pero también por quienes busquen una historia dulce, cautivadora e ingenua.

Es una buena apuesta para instruir a los más pequeños en la compasión hacia las criaturas que conviven en la Tierra y la naturaleza que nos envuelve, así como para plantear un relato sobre el desafío de la superación de un duelo y la curación de las heridas.

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Bonita y tierna película, que deja varios mensajes de la vida.
No es un peliculón, pero es de esas películas que mientras las estás viendo dejan esa sensación agradable.

Uno de los peros que sí le pongo a la película es que solo se da la versión de la niña y se pasa muy de puntillas por la opinión de los ganaderos, me hubiese gustado un debate más profundo que le hubiera dao un mayor toque.

‘El secreto de Vicky’, último largometraje del director francés Denis Imbert, comienza con un rebaño de ovejas pastando junto a un campo vallado. Seguidamente vemos a un grupo de cazadores adentrarse en el monte, ataviados con sus amenazantes escopetas. Es la presentación de la idea que permea la toda la cinta: la compleja y difícil relación (prolongada durante milenios) que existe entre el hombre y el lobo. Otra cuestión es si el enfoque de la película acierta en plasmar alguna idea novedosa, o en sobreponerse a la mediocridad a partir de valores de producción, interpretaciones, localizaciones, entorno.

Nada de nada. Todo se viene abajo cuan castillo de naipes, ante un guión pobre, cuyos elementos dramáticos responden, sin excepción, al estereotipo. Cierto que la temática propuesta no resulta fácil de abordar. Corre el riesgo de abrazar la ñoñería. Pero en el cine español reciente tenemos el ejemplo de Gerardo Olivares. El cineasta cordobés consiguió en ‘Entrelobos’ (2010), que la peripecia vital de Marcos Rodríguez Pantoja (niño que vivió 12 años asilvestrado en el monte con una manada) resultara creíble, a ratos emocionante, dando imágenes de gran belleza.

Un padre (Vincent Elbaz) y su hija (Shanna Keil) se dirigen hacia un pequeño pueblo, dónde residirán en una apartada casa. Este hombre, cirujano de profesión, ha perdido a su mujer. La niña, traumatizada por la ausencia materna, no ha pronunciado palabra desde entonces. Su estado cambia radicalmente al recibir de un lugareño un cachorro. El problema aparece al constatar que el supuesto perro es en realidad un lobo. Circunstancia problemática en una aldea que vive de la ganadería.

‘El secreto de Vicky’ transcurre sin sobresaltos. Plana y lineal, sus decisiones se intuyen a leguas de distancia. Un producto destinado al público más pequeño de la casa, con el que dudo se escapen las lágrimas de rigor. Si de esos soporíferos partidos amistosos, dónde no pasa nada interesante, lo mejor que se puede decir es que por lo menos nos ahorramos la prórroga, aquí se agradece igualmente lo escueto del metraje.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para http://rockandfilms.es