Porque "Pearl" hace que viajemos precisamente a "su" Joker/Joaquin Phoenix en 2019 que produjo e ideó con Todd Philips: un personaje absolutamente desgraciado, a ratos ingenuo, a veces siniestro... a veces tan infantil. Ambos personajes quieren triunfar. Se sienten legitimados de crear algo en sendos mundos artísticos. La comedia trágica aquí es el cine clásico, el teatro, el vodevil, las letras de los créditos, el Technicolor, el musical... LOS SUEÑOS.

Pero los sueños son sueños, y esto no es "El Mago de Oz" o "Sonrisas y lágrimas" por mucho que quiera Pearl. Ella también es Norman Bates con su madre en la casa de Psicosis, ubicada en la América profunda vintage, repleta de campos de cebada y caminos interminables en la que todo estaba lejos de todo. Un mundo que conocía la primera gran epidemia de siglo.

Mia Goth y Ti West nos regalan un personaje conmovedor, patético, triste e ingenuo. Un grito desesperado en un monólogo afligido que pasa ya a la historia del cine de terror. Y ella es malvada, si. Algo pasa con su cabeza. Pero nos emociona.

Película de CULTO.