Me pareció una gran película, o en todo caso, una gran documental sobre la diversidad, el tabú y la búsqueda tortuosa de una identidad propia. Imagino que a muchos y muchas les habrá resultado incómodo (y hasta agresivo) ver primeros planos de genitales masculinos, sujetos con discapacidades espantosas y señoras de edad madura mostrando su cuerpo desnudo como si nada. Pero ahí vamos...la directora nos recuerda todo el tiempo que la sexualidad es parte constitutiva de todas y todos, sin ningún tipo de excepción. Acostumbrados como estamos a que en el cine los cuerpos desnudos sean siempre de mujeres, siempre jóvenes, siempre perfectas, no es extraño que muchos hayan abandonado la sala sin darse la oportunidad de la reflexión y el disfrute de un film exquisito, con un guión notable y actuaciones extraordinarias.
Verla como un documental sobre la sexualidad, creo que ahí está la clave para abordar este maravilloso trabajo.