Lástima que una posible buena película se quede en algo correcto que pasará sin pena ni gloria.
Una obra de submarinos donde la tripulación se asemeja más a la de un barco pirata, está capitaneada por un Jude Law que a la falta de cabello le suma talento.
El reparto es correcto, el ritmo igual pero su principal enemigo son dos.

Poco a poco como el submarino se sumerge en los clichés mil veces vistos y volviendo todo previsible. El otro es la falta de chispa, gracia o punto alto que te haga vibrar con lo que estás viendo.

Entretiene, es correcta, y sin dudas no es un tesoro a descubrir pese a que pudo serlo.