Bruce Willis protagoniza esta película hasta que es asesinado y un tipo genérico que no le importa a nadie es el dueño de ese avatar que ha sido brutalmente destrozado.
Por lo que la trama casi al completo se desarrolla en torno a un personaje que ninguno de los espectadores atraídos por la publicidad de la película quiere ver, pues nos cambian a nuestro protagonista de película de acción por un tipo genérico con el que no conectamos y de repente, además, la película cae en picado en los medios audiovisuales que se utilizan en su metraje como si ya no tuvieran dinero para hacer algo a la altura por lo menos.
Una pérdida de tiempo y una tomadura de pelo por parte del marketing de la película. Si se vendiera como lo que realmente es, no vendería casi nada pero al menos tal vez la podríamos valorar como lo que es sin tener que contener las ganas de bajarle la nota porque el engaño hace que los fallos pesen más.