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España España · BARCELONA
Voto de DIEGO:
7
Drama Una mujer, después de perderlo todo durante la recesión, se embarca en un viaje hacia el Oeste americano viviendo como una nómada en una caravana. Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, Fern toma su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional, como nómada moderna. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2021
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de "The Rider", Chloé Zhao nos devuelve con "Nomadland" a la América profunda y a los grandes escenarios abiertos y desérticos, donde por ahora nos ha demostrado que mejor se mueve en su cine, o que más le interesa mostrar. Rehuye los entornos urbanos y cualquier otro signo representativo de la actual modernidad occidental: la avanzada tecnología que nos inunda, la sobreinformación que nos sobrepasa, y las conductas que hoy en día caracterizan, desgraciadamente, a parte de las relaciones humanas civilizadas, tales como la insolidaridad, el individualismo, la feroz competencia, el materialismo, la agresividad, la incapacidad de compartir, y el consumo más allá de lo necesario ("Acabo de leer lo que he escrito y me planteo modificarlo; no obstante, me cercioro de que he señalado que caracteriza solo a parte, y voy a dejarlo así. ¿Tan mal vamos? Quiero pensar que me estoy refiriendo solo a la clase política en general, y a las fuerzas e intereses económicos que rigen nuestro destino. Y que el individuo, la gente de a pie, los peones, no somos así; sería mi deseo, pero me sumerjo en la duda). El caso es que esta reflexión, quizá disparatada, me viene muy al hilo de la película que comento. Y es que las personas que en ella aparecen, tomadas individualmente, o como movimiento social o comunidad que existe en la realidad, con una mínima organización incluso, son todo lo contrario a lo dicho (y lo voy a volver a repetir): solidarios; independientes pero grupales; sin competencia entre ellos; nada materialistas; pacíficos; con afán de compartir y ayudar; generosos; y consumistas en exclusiva de lo que precisan para vivir. Y es que estamos ante una película que supura una tierna humanidad. No es de extrañar que la cineasta se interesara por esta historia basada en el libro de Jessica Bruder, que no conozco. Los personajes que desfilan en la pantalla son gente mayor que en la recesión de 2008 fueron excluidos de la sociedad (en el caso de la protagonista, se cerró la mina de su pueblo y se lo llevó a él detrás, las típicas colonias industriales que aquí también hemos conocido) y adoptaron una nueva forma de vida: nómadas que con sus camionetas hogar se movían por el país subsistiendo con trabajos de temporada. También se unió al colectivo otra gente que prefería, incluso antes de la crisis, esta forma de vida, autoexcluidos en este caso por su temperamento. El caso es que lo que vemos es real y sigue existiendo en la actualidad. La película, aunque es pura ficción, se podría haber rodado o planteado como puro documental, y así en parte nos llega. Subrayaría una frase que dice la protagonista: "No soy una persona sin hogar. No tengo casa, que no es lo mismo". Con esto pienso que está todo dicho sobre esta comunidad que, a modo de road movie, aparece en cualquier punto del territorio norteamericano en el que pueda realizar algún trabajo eventual que le permita subsistir.
Otro punto que quisiera destacar de la película es el mimetismo que se produce entre el ser humano y la naturaleza en que se integra. Con un tratamiento diferente, en ocasiones me recordó el cine de Terrence Malick en este sentido estricto. La naturaleza hace libre al ser humano y le mantiene en equilibrio, como si formara parte de su ciclo vital. Es un referente de Malick que aquí veo representado por la directora. Y pienso que estos nómadas, como los de todos los tiempos, son los más arraigados en bosques y desiertos, lagos y ríos, montañas y planicies. Se dice en la película que son los continuadores de la cultura de la colonización americana (la hermana de la protagonista), de caravanas de paz digo yo, de la conquista del oeste, de la sobrevivencia.
Está rodada la película con una naturalidad que se agradece, con ese ritmo lento que requiere la historia para ser contada, con dulzura y sensibilidad; y dando al paisaje en todo momento el protagonismo que merece. Una buena dirección.
Y creo que ya está todo, ¿o se me olvida algo? ¿Jueguecitos a esta hora? Pues sí. Aparte de otra gente interesante, de la profesión o no, aparece en cada plano de la película una señora que es actriz y se llama Frances McDormand. Posiblemente, sin ella y sin su estelar interpretación, esta película no sería lo que es. Otra actriz sin duda lo habría hecho muy bien, pero es que "Nomadland" es Frances McDormand.
DIEGO
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