Haz click aquí para copiar la URL
España España · BARCELONA
Voto de DIEGO:
10
Ciencia ficción. Drama. Aventuras Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer vi la última película de Cristopher Nolan, "Interstellar". Ya han pasado casi 24 horas desde que salí del cine y aún la estoy digiriendo, o mejor dicho, se está cocinando en mi cabeza a fuego lento para conseguir ordenar todas las ideas y emociones que me transmitió, que son muchas. El cine de Nolan siempre ha sido muy rico, aunque en ocasiones se le haya tildado de artificioso, lo cual no comparto. No debería confundirse lo complejo con lo difuso. Acaso sea esta una reflexión para mí mismo.
Lo primero que puedo decir, es que tuve la sensación de tener ante mí algo muy grande, y no lo digo porque a priori las películas espaciales puedan resultar grandilocuentes o que, por su despliegue de medios y efectos, así concluyan habitualmente (salvo pocas excepciones), sino por la magnitud y el peso de la historia que está detrás de lo que se trasluce a la pantalla. No es una película espacial con héroes dispuestos a salvar el planeta. Esta podría ser una lectura muy simplista de la realidad de la trama, y esta es una película que puede ser cualquier cosa menos simple y, aún menos, simplista.
Como antes he indicado, mi cabeza está en proceso digestivo, y es que me cuesta analizar este explosivo cóctel de ideas, sensaciones y emociones. El argumento es más asequible, pero la densidad y complejidad del cine de Nolan ya no tanto, y en esta película se ha esmerado. Una vez más recurre al concepto tiempo como pilar del guion, pero aquí está enriquecido con otras ideas que plantea sin explicitarlas, tales como la vida y la muerte, la tierra, el espacio, la extinción de la humanidad y del planeta, la supervivencia, la memoria, la gravedad, la ciencia, la familia, el sacrificio, el individualismo, la solidaridad, quizás Adán y Eva. La búsqueda del territorio, y el final y comienzo de la raza humana fuera de nuestro planeta, mueve a un elenco de actores y actrices difícil de reunir; el reparto es impresionante. Todo este grupo de estrellas desarrolla la historia a un gran nivel, y, con sus magníficas interpretaciones, plantean a los espectadores ese collage de conceptos que acabo de enumerar, y seguro que me he dejado alguno.
Ya he comentado que, al ver la película, había sentido tener ante mí algo muy grande, y me reafirmo ahora diciendo que "Interstellar" va a ser objeto de muchos libros de análisis y estudio cinematográfico, y añado que quizá lo haga desde la categoría de las grandes obras de la historia del cine. C. Nolan me hizo viajar por la película a una velocidad de vértigo, tanto es así que aún creo estar flotando por el espacio, y mi capacidad de análisis anda un tanto mermada. Necesito más de ese tiempo que él tan bien maneja para aterrizar en su mundo y adaptarme a esta nueva composición. De todo ello, y a pesar de mi desorientación, quiero darle las gracias. Está bien que movilicen a uno en la butaca del cine, y ya puestos, conseguir que además se lleve la pantalla a casa, aunque sea sin digerir del todo su contenido, demuestra un mérito sobresaliente.
La narración visual, ya sea en la tierra como en el cielo (!), en otros planetas o en el espacio, es realmente portentosa, y la dirección de Nolan es un acierto constante en cada lugar elegido para colocar la cámara, utilizando después en el montaje el material rodado en las localizaciones exteriores y en los platós, como si se trataran de tomas realizadas en habitaciones contiguas, y por si fuera poco, mezclándolo todo con diferentes momentos temporales en la acción. A esta epopeya contribuye una esmerada producción, una impecable dirección artística y una gran dirección de fotografía. Y por si fuera poco, Hans Zimmer ayuda con su música a conseguir el ritmo de cada secuencia al compás que interesa al director. Las imágenes son espectaculares, y lo son también en la estrechez de una nave espacial, e incluso en el interior de una habitación repleta de libros, lugar clave para la película, de una casa cualquiera, aislada en un gran campo sembrado de váyase a saber qué lugar de EEUU. Y todo ello en perfecta armonía con la magnitud de los elementos visuales con los que trabaja Nolan, y con la profundidad de las emociones y sentimientos que intenta transmitir, algunos casi sucintamente. En casi tres horas de metraje, nada se le va de las manos. Me quito el sombrero, señor Nolan.
Pero, insisto, estoy en uno de esos agujeros negros que aparecen en la película, y no sé aún dónde acabará este intento de análisis.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow