Empezaremos por el final, áspero. Estamos ante el enésimo intento del cine español de demostrar lo mal que se vive en algunos lugares y la agonía que sufren, igual como las injusticias. Cuando sales del cine te preguntas el por qué de muchas, pero sobretodo, por qué he ido a ver esta película que me deja tan mal cuerpo. Luego dirán que el cine español no vende, pero esto es lo que hay, y aquí está la respuesta. Al final te acabas preguntando qeu por qué has visto ya esta película muchas veces.

Si en Francia, por ley la mitad de la cartelera tienen que ser películas francesas es por que se lo han ganado a pulso, y por que tratan los dramas como dramas y no como angustia (que no tienen por que ir de la mano). El problema de esta película es que es un "callejeros" a gran escala, y lo quieren dramatizar tanto que pierde la chispa de la película.

Eso sí, notables los papeles de Vero Echegui, Candela Peña, Blanca Portillo y Violeta Pérez y muy deficientes y difíciles de creer la crudeza de lo que hay entre rejas. El resto es hablar por hablar.