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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
8
Comedia Tras la I Guerra Mundial, Domenico y Umberto, dos soldados sin ocupación, se reencuentran en Emilia. Incapaces de encontrar trabajo, deciden integrarse en el movimiento fascista, en busca de una oportunidad de prosperar. Durante una huelga de barrenderos, en la que sustituyen a los trabajadores, golpean accidentalmente a un policía y son encarcelados. Mientras están en prisión, los fascistas toman el poder y liberan a los presos ... [+]
23 de abril de 2020
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las grandes de Dino Risi, a la que solo cabe achacar cierta previsibilidad en la culminación de algunas escenas, no tanto por ingenuidad de la película como por lo resabiados que estamos ya todos cerca de 60 años después.
Como en alguno de sus otros frescos de la vida italiana, está plagada de ruido y de furia, en el sentido de un fresco vibrante, conducido con una tensión y un pulso que siguen admirando, con una mezcla asombrosamente eficaz entre las escenas de multitudes y gritos (la mayor parte, obviamente, pues se retrata a la masa fascista) y las más íntimas reservadas a planos medios y primeros planos, con sabrosos diálogos, donde vamos conociendo mejor a los dos antihéroes, curiosa inversión de los dos personajes cervantinos, pues el alto y gallardo (Gassman) es todo tierra sanchopanziana; y el bajito y más rechoncho (Tognazzi) esgrime aún, de vez en cuando, ese programa de idealismo que le hace permanecer en las filas de sus camaradas. Aunque también diste de ser un Quijote, pues Risi no confía en la integridad de ninguna de estas dos criaturas del arroyo. Aunque los camisas negras avasallen la pantalla cantando a pleno pulmón GIovinezza, Risi, que era de convicciones de izquierdas, nunca avasallaba con sus tesis; es cierto que aquí ridiculiza el movimiento fascista con dos brutos que no saben ni por qué están en él, pero les deja unas briznas de conciencia (los fascistas son humanos). Tampoco dejaba en muy buen lugar a sus héroes políticamente concienciados, como el inolvidable Magnozzi que interpretó Alberto Sordi en Una vita dificile, solo un año anterior a esta. Como Risi era psiquiatra, y por tanto conocedor de la psique humana y sus contradicciones, supongo que no creía mucho en categóricos. Quizá por ello su cine no envejece, por esa inteligencia en los trazados psicológicos. Además, era casi siempre piadoso con sus personajes (y con su público),y solía dejarles una salida, un asidero moral, aunque no fuera muy creíble: tanto los dos despojos de La marcha hacia Roma como el periodista Magnozzi tienen ocasión de volver a la "conciencia", para que la amargura se disuelva un poco.
De suma eficacia dramática es, (al modo stendhaliano de La cartuja de Parma, con ese Fabrizio del Dongo en Waterloo corriendo de un lado para otro sin entender nada) ver pasar un monumental fresco de historia italiana a través de los ojos de dos seres que apenas alcanzan a comprender lo que ven, como así sería sin duda con muchos de los que engrosaron las filas de los camisas negras: por hambre , por falta de salidas., engañados por promesas populistas (como dice Sinhué en su crítica)... Los acontecimientos, sí, te envuelven absolutamente gracias al manejo impresionante de una puesta en escena que requiere muchísimo ruido y movimiento, pero será casi mejor si el espectador parte de salida virgen de Historia de Italia y del Fascismo, y se deja sumir en el torbellino como los dos desgraciados protagonistas. Se aprende historia igualmente, incluso más, y será más difícil olvidar la cara de asombro del oficial del ejército de Vittorio Emmanuel obedeciendo la orden de dejar pasar a la multitud fascista o la progresiva comparación que Tognazzi va haciendo entre la realidad y el "programa". Qué diferencia con el cineasta Luigi Magni, por ejemplo, que se puso a ejemplarizar un poco después con unas plúmbeas recreaciones históricas sobre el Risorgimento.
Unas últimas palabras para Vittorio Gassman y Ugo Tognazzi. Está casi todo dicho de ellos. Pero hay que quitarse el sombrero, dos de los más grandes bufones tragicómicos (cuando querían). Con más de una secuencia absolutamente magistral, la película es altísimamente recomendable.
berenice
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