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La marcha sobre Roma

Comedia Tras la I Guerra Mundial, Domenico y Umberto, dos soldados sin ocupación, se reencuentran en Emilia. Incapaces de encontrar trabajo, deciden integrarse en el movimiento fascista, en busca de una oportunidad de prosperar. Durante una huelga de barrenderos, en la que sustituyen a los trabajadores, golpean accidentalmente a un policía y son encarcelados. Mientras están en prisión, los fascistas toman el poder y liberan a los presos ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
26 de setiembre de 2011
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendentemente descubro que el territorio de las críticas de esta buenísima película de Dino Risi está sin hollar y de inmediato me pongo a la faena de clavar mi bandera en tan señalada e inesperada conquista.
El hecho de que el director, entre otras, de "Perfume de mujer", "Pan, amor y..." y "La escapada", realizara esta agridulce comedia hace ya cincuenta años, no es razón para considerar anticuada esta hilarante cabalgada fascista hacia Roma; máxime cuando la lectura, que se desprende de su hora y media de metraje, atesora verdades incombustibles que tienen que ver con el populismo, el hambre, la ignorancia, los políticos sin escrúpulos, las promesas incumplidas y el borreguismo de quienes se entregan a aquellos que se ofrecen a pensar por ellos; plena actualidad.

En clave de humor, pero de un humor que supura tristeza y resignación, dos pobres ex-combatientes:Domenico y Umberto (Vittorio Gassman y Ugo Tonazzi) nos llevan en volandas, camisas negras al viento, por una Italia sin control en la que hace tiempo que suenan las angustiosas voces del "sálvese quien pueda". La picaresca y la relajación de los principios les permiten comer algunos días y viajar en viejas tartanas, colocando en Roma la meta o el punto de partida para una vida mejor, aunque la ilusión se vea cada vez más amenazada por la falta de cumplimiento de los mandamientos de los profetas del Fascio.

Inolvidables las caracterizaciones de dos grandes del cine italiano, Vittorio y Ugo, y más que preocupantes esos momentos que, aún sazonados de comicidad, reflejan lo fácil de convencer que es el pueblo necesitado de nuevos horizontes.
Tomo posesión de esta primera crítica y hundo mi pacífica pica, enarbolada de blancos colores, sobre un oscuro, ridículo e inquietante gorro fascista.
Sinhué
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25 de abril de 2014
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la I Guerra Mundial, se reencuentran dos soldados: Domenico, interpretado por Vittorio Gassman y Umberto interpretado por Ugo Tognazzi. Sin poder encontrar trabajo formaran parte del creciente movimiento fascista italiano participando en La Marcha sobre Roma (1922).

Mientras Domenico es oportunista, canalla, Umberto es honesto, crédulo y solo quiere un trozo de tierra para cultivar. Frente a estos Mitraglia, militante fascista y "sansepolcrista", papel interpretado por Mario Brega.

Dino Risi nos muestra en forma de comedia el ascenso al poder del fascismo, la polarización creciente de la sociedad italiana y las bases de apoyo del movimiento (clase media proletarizada, clase urbana de profesiones liberales y pequeños propietarios, nobles y aristócratas) aunque esto no se puede sintetizar de manera breve ya que es bastante más complejo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
benetash
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30 de octubre de 2014
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia representa no solo un período histórico importantísimo en la historia italiana del último siglo, sino que además nos muestra en clave de humor ácido el modo en que los italianos se enfrentaron a los cambios políticos y sociales de entreguerras. El mensaje principal de la cinta refiere a las condiciones sociales y políticas en las que triunfo el fascismo, que se desarrolló rapidísimamente gracias al desempleo y el hambre. Muy similar al modo en que sucedió después en Alemania, pero con una variante a mi entender: mientras en Alemania quizás no hubo alternativa y el país se encontraba al borde de la revolución, en Italia el movimiento se nutrió en gran parte por el carácter "menefreguista" (individualista) de los italianos. Si el fascismo me ayuda, entonces será bueno. La propia expresión "menefreguismo" no se puede traducir a ningún otro idioma en una sola palabra, por ejemplo: "me-importa-una-mierd-ismo" o "I-give-a-shit-ism". Ellos sin embargo la usan continuamente como verbo, adjetivo y adverbio, y hacen bien, porque refleja de veras un aspecto importante del carácter italiano. El propio Risi usa este menefreguismo como estructura de su historia y apoyo para la mayoría de sus gags.

Maravilloso guion en el que participa, entre otros, el gran Ettore Scola, que con el tiempo se convertiría en uno de los directores italianos más importantes e influyentes, aunque con piezas más dramáticas y duras.

Y verdaderamente excepcionales Tognazzi y Gassman, que demuestran una vez más que formaban una pareja estupenda de actores y amigos. Por algún motivo preferían trabajar juntos ellos o con Manfreddi pero no tanto con Sordi, quizás porque el humor de Sordi no admitía pareja. Gassman, en su estilo, es el truhan, charlatán, embustero y buscavidas capaz de casi todo para conseguir comida o dinero. Tognazzi, también fiel a su modo de hacer humor, representa al paleto, al ignorante y perdedor que sin embargo no se siente responsable de su infortunio. Los dos juntos, conforman en mi opinión el catálogo de defectos que aquejan al pueblo italiano.

La película es una de las mejores comedias que he visto en mucho tiempo (mejor aún en V.O.) y sea por el buen rato que me ha hecho pasar, riéndome a carcajadas, sea por las sensacionales interpretaciones del dúo protagonista, sea por el mensaje y el momento histórico que describe y cómo lo hace, sea por el maravilloso final... para mi obtiene inmediatamente el título de obra de arte cinematográfica. No llega al 10 porque la fotografía y la cámara eran muy mejorables.
Giorgio
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20 de marzo de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue algo terrible. Después de aquel acontecimiento, el monarca Víctor Manuel III, escaso defensor del parlamentarismo, llamó a formar gobierno a Benito Mussolini, líder del Partido Nacional Fascista de Italia, un grupo extremista que en 1925 protagonizó la marcha sobre Roma. Una medida de presión que, la investigación histórica ha sido clara, pudo ser barrida por el ejército sin ninguna clase de problema. ¿Qué sucedió?

Este tema daría para una reflexión sesuda y un film con aire trágica. Pero Dino Risi es un genio que sabe del poder de la comedia. Coge dos intérpretes tan queridos para el público como Vittorio Gassman y Ugo Tognazzi para hablarnos de aquel episodio, de una Italia que acuñó la frase "victoria mutilada" para evocar su participación en la I Guerra Mundial.

Cuando José Luis Cuerda pensó en 1492, decidió hablar de dos pobres diablos que querían hacer negocio con una marrana. Risi hizo lo propio al reflejar a estos oportunistas, alguno incluso con coqueteos marxistas, que se verán abocados a afiliarse a estos camisas negras. La capacidad de la obra de pasar del humor grueso a los trascendente es totalmente admirable.

El nivel de actuación es excelso. Los mitines, las oficinas chusqueras, los estúpidos y precisamente por ello peligrosos agentes, la miseria. Risi sabe que su país no podía olvidar aquello. Nos deja por el camino una gran cantidad de carcajadas que, de repente, nos hacen pensar en lo estúpidos que somos y cómo permitimos que figuras como el Duce terminen logrando su objetivo.

No dejen de verla. Es una lección de Historia con una sonrisa grande y un punto amargo.
El Libanés
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6 de enero de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
405/16(20/12/22) Vigorosa comedia italiana, se satiriza el advenimiento fascista en la Marcha sobre Roma de los camisas negras de Benito Mussolini desde el punto de vista de dos ingenuos recién reclutados por estos, dejando al aire las motivaciones espurias de sus objetivos. El 28 de octubre de 1922, la suerte política y civil de Italia cambió drásticamente debido a la llamada Marcha sobre Roma, la insurrección organizada por el Partido Nacional Fascista para obtener el poder por la fuerza. Objetivo que Benito Mussolini, cabeza del partido, logrará oficialmente el 30 de octubre, cuando el rey Vittorio Emanuele III instruya al Duce para formar un nuevo gobierno.

Con motivo del 60 aniversario de su estreno el 20 de diciembre de 1962 (estrenada 40 años después de los hechos narrados), me he visto esta notable película dirigida por el gran Dino Risi, que adapta un guion escrito nada menos que por cinco manos, y con la dificultad de solidez narrativa que esto podría entrañar, no se resiente, seguramente por su estructura episódica que hace que cada escritor se haya podido encargar de un tramo diferente (es mi suposición), son los guionizantes Agenore Incrocci (“Rufufu”), Ruggero Maccari (“Una jornada particular”), Sandro Continenza (“El viudo”), Ghigo De Chiara (“No tengo miedo” o “Por el amor de Cesarina”), y Ettore Scola (“ Una mujer y tres hombres”), abordando este hecho histórico con un tono de cinismo y acidez puntiaguda en como diseccionan la marcha.

La película está ambientada en Italia en 1922. Dos amigos que regresan de la Primera Guerra Mundial, Domenico Rocchetti y Umberto Gavazza, se unen al Partido Fascista en Milán. Mientras que el primero es un oportunista, el segundo es un católico romano que es persuadido por su amigo para unirse al partido y está convencido por el programa revolucionario emitido en Piazza San Sepolcro. En octubre, los dos amigos se unen a un grupo de fascistas que marchan a Roma para tomar.

Una radiografía a través de dos pobres desgraciados, encarnados de modo excelente por dos mitos de la actuación transalpina como son Vittorio Gassman (Domenico) y Ugo Tognazzi (Umberto), dos antihéroes que se convierten respectivamente en una especie de Don Quixote y Sancho Panza, el primero un arrogante y aparentemente seguro de sí mismo, el actor genovés imprime su habitual garra, carisma indómito, esa fuerza intratable característica suya, dejando traslucir tras su coraza sus fragilidades, Magnífico; Y el segundo un manipulable y cobardón, al que el actor cremonés da vida con peculiar estilo de inseguridad, volubilidad, tipo rural que intenta sobrevivir sin trabajar mucho (la forma en que es expulsado de la casa de su cuñado), cuya aspiración es tener un poco de tierra, y parece encontrar en el fascismo (al menos lo que le cuenta de él su amigo) la respuesta a sus plegarias católicas (esto sirve a Risi para arremeter contra la connivencia apostólica en el fascismo), muy buena encarnación de como las dudas le asisten pero sus ansias de sueños de revolución del proletariado le nublan; Ambos con una química chispeante a lo largo del metraje, regando la historia con una mezcla de humor, candidez y (por momentos crudo) drama en su radiografía del veneno del fascismo.

Retrato hiriente de como el fascismo se apoyó en analfabetos y vividores para sus metas. Con ellos en su viaje seguimos como los ideales de la Revolución Fascia iban cayendo uno tras de otro como hojas de un árbol, quedando al final al descubierto el esqueleto pernicioso de sus lacras, ello representado de modo majestuoso en la hoja con las promesas del programa del Partido Nacional Fascista que llevaba uno de ellos, y como tras cada traspiés (choque de bruces con la realidad soterrada de este movimiento) la sacaba y tachaba una de las promesas. Hay que tener en cuenta que Mussolini provenía del Partido Socialista y sus ideales provenían de la izquierda, en sus primeras etapas, el fascismo fue un movimiento republicano radical, desconfiado de las grandes empresas, la nobleza y la Iglesia Católica, pero acabó pragmáticamente sostenida por ellos

Es la odisea de la evolución de como unos inocentes y volubles personajes fueron seducidos por el discurso demagogo fascio, y tras lo cual fueron tomando, a medida que se involucraban más y se acercaban a Roma el despertar de conciencia conforme asistían a las tropelías fascias en modo de crueldades, violencia, despotismo, las ansias de imponer el poder por la fuerza. Risi no hace un análisis desde arriba del fascismo, lo hace desde lo llano, desde cómo como atraer a ignorantes perdedores con su palabrería fina. Apoyándose en el sentimiento de que en la Gran Guerra Italia formó parte de los vencedores y sin embargo no pilló cacho en la victoria.

En la película se dan continuamente el enfrentamiento entre trabajadores y fascistas (el exuberante tramo del intento de linchamiento por parte de ciudadanos como de campesinos de los dos protagonistas es prueba de ello), cual, si los obreros supieran de lo tóxico de este movimiento, esto claramente influenciado por las ideas de izquierdas de Risi, ya que en realidad al principio no fue así en Italia.

Se aborda el movimiento fascista analizándolo en muchas de sus facetas. Desde cómo se embauca a un vividor como Domenico vendiéndole su capitán, las bondades del fascio, los mítines esperpénticos por la indiferencia general en plazas vacías (jocoso cuando Domenico pide salir a la plaza a aplaudir el discurso fascio, pues hay nadie escuchando), la bravuconería de estos (el poder de la violencia represora representado por el físico de Mario Brega), su propio modo de tomarse la justicia por sus manos (la excarcelación de presos afines, asalto a la sede del partido Comunista, el castigo con aceite de ricino a un izquierdista, los disparos a desertores, …).

Se hace escarnio en como el fascismo ‘vendía’ que venía acabar con los privilegios de la aristocracia y terratenientes (venían a ser lo mismo),... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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