Parece ser que, principalmente, todos los que suspendieron esta película lo hicieron porque el personaje de Cyrano es interpretado por un enano y no por un narizudo, cuando este es uno de los mayores aciertos de la película. Ni mejor ni peor que un tío con una nariz enorme pero un acierto se mire como se mire. Aparte que en ningún momento falta el respeto a la obra original ni a las distintas versiones como parece querer hacernos creer ni, por supuesto, cambia nada la historia por este pequeño cambio. Si a esto sumamos que Cyrano es interpretado por un actor tan enorme en talento como en presencia como es el enorme Peter Dinklage, la película es una versión a tener en cuenta.

Vamos a lo que no me gustó que tiene más que ver con la escenografía que con lo que cuentan, ya que la veía tan preparada que se hacía demasiado falsa, así como el exceso de maquillaje de los personajes que me recordaba al capítulo de Los Simpsons sobre Mozart y Salieri, detalle que la vuelve demasiado paródica aunque no sea su intención.

Ahora lo que me gusta, empezando por, como ya dije el cambio del defecto físico de Cyrano y la interpretación de Peter Dinklage del mismo, así como una encantadora Roxanne interpretada por Haley Bennet (encantadora entre comillas ya que da por hecho que un feo no puede decir ni escribir palabras bonitas). Los números musicales que se van creciendo a medida que la película avanza y gana en intensidad dramática y los desgarradores momentos finales. Este que aquí se escribe tuvo dos momentos en que hizo pucheros.

Y por supuesto no olvidar el mensaje de la película: No callarse, aunque no sea propicio el resultado.