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Revancha

Drama. Acción Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se rinde y toma la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer (Rachel McAdams) y su hija. (FILMAFFINITY)

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Críticas 88
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2015
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Southpaw no ofrece nada nuevo que añadir al subgénero de "deportista traumatizado y perdido en la vida que ha de encontrar una vez más su camino, competición y deporte mediante". Es más, sigue al milímetro los tópicos de toda película de esas características que se precie: boxeador temerario en el ring que sufre una tragedia, brutote pero de buen corazón, que se hunde en las drogas y los excesos, cuya relación con su hija se resiente, encuentra un mentor que lo reconduce por el buen camino y al final, por supuesto, hay una batalla que ganar (en este caso, un combate de boxeo) que pone todas las cosas en su sitio.
Eso es Southpaw. Un tópico gigante detrás de otro. Y encima es larga. Larguísima. Dos horas casi de drama deportivo sin un ápice de originalidad y, lo que es peor, sin un ápice de emoción. Las escenas no son emotivas, y aunque está correctamente rodada por Antoine Fuqua, no hay un solo momento donde el corazón del espectador se encoja de angustia por las cosas que le ocurren al protagonista. Por suerte, ese protagonista está encarnado por Jake Gyllenhaal, uno de los actores más en forma del mundo actualmente, que hace fácil el difícil arte de la interpretación y que aquí entrega otra actuación soberbia. Lo mismo se puede decir de una breve Rachel McAdams o de Forest Whitaker.
Lástima que el conjunto sea tan poco emotivo, porque se queda en película correcta de tarde de domingo cuando podría haber sido más, mucho más.

Lo mejor: Su clásica fotografía "de boxeo" (ya saben, luces escasas y grisáceas, aspecto "sucio" de todo...) y Jake Gyllenhaal.
Lo peor: Es un conjunto de tópicos uno detrás de otro, y no emociona nada.
Sibila de Delfos
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2 de setiembre de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El más grande director de fotografía en la historia del cine fue —según mi limitada opinión— el mexicano Gabriel Figueroa (muy superior incluso al sueco Sven Nykvist o al español Néstor Almendros) y su dominio de la luz junto a los hermosísimos encuadres eran tan extraordinarios que muchas veces fue criticado porque su trabajo hacía que la fotografía se destacara por encima de la dirección, del guión o de la interpretación actoral y que a veces sus imágenes estaban debido a su belleza descolocadas del resto del film. A mí me parece que algo similar ocurre con el fantástico Jake Gyllenhaal en esta "Southpaw", quien por su cada vez más refinado oficio interpretativo sobresale de tal manera que el resto de la película pasa a un oscuro segundo plano.

Una vez más se sometió a un intenso entrenamiento físico para dar con su rol de boxeador intelectualmente más o menos limitado, caído en desgracia luego de estar en la cima a causa de una cascada de desgracias familiares y su esfuerzo por levantar cabeza nuevamente. Hay que sacarse el sombrero ante la medida pero intensa expresividad de su mirada y su maltratado rostro, por los emotivos tonos de voz (véase una y otra vez la escena en que abraza a su mujer, o cualquiera de las secuencias en las que interactúa con su hija) y dejarnos admirar por el magnífico dominio corporal arriba del ring. Por todo ello es que su extraordinaria actuación sobrepasa la historia y la forma en que está contada, pero sin embargo eso no importa puesto que el guión cuenta algo que hemos visto infinidad de veces, es previsible y lleno de clisés.

Solamente el trabajo de Gyllenhaal hace entretenida a esta película.
Atilio
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7 de octubre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista en versión original sin conocer absolutamente nada de su trama ni de haber abierto previamente esta página la sorpresa que me he llevado ha sido mayúscula. Me ha atrapado totalmente esta película. El subgénero pugilístico es uno de mis preferidos. Su estructura contiene los elementos diferenciadores de este tipo de films. Si bien una de las estructuras más clásicas es la ascensión y caída de un boxeador ("El ídolo de barro", "Más dura será la caída" o "Toro salvaje"), en este caso nos encontramos a su protagonista ya de inicio en el cénit de su carrera. Al igual que sucediera en "Cindirella man", el guión se las ingenia para construir una caída prematura que motiva la redención y revancha de su protagonista.
Ese hecho argumental, cogido por los pelos en un guión repleto de licencias, lo he conprado casi en su totalidad por la gran convicción que muestra su reparto en las interpretaciones y la fuerza con la que lo relata su director.
Jake Gyllenhaal está inmenso. Rachel McAdams preciosa, la actriz infantil muy aceptable, y cuando la película podía ir de bajón, ahí tenemos a Forest Whitaker para despertar de nuevo un interés inusitado, en una composición de lo más agradecida que cómo casi todo lo que toca este hombre lo borda.
Como ya he comentado, su guión no es la excelencia, pero la energía que desprende la interpretación de Gyllenhaal y la brillantez de Fuqua, en su película más completa, me ha llegado. Incluso, lo reconozco, quizá porque sea padre y diez años antes hubiese perdonado menos sus trampas, me ha emocionado hasta tal punto que cuando pueda la volveré a ver para comprobar si realmente no ha sido un espejismo.
waldeker
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4 de setiembre de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adrenalina, emoción y superación. Una película de boxeo tópica en su género, pero desarrollada con maestría.

Desde el primer minuto te tiene enganchado a la trama y no desconectas pese a algunas situaciones previsibles. Vives y sufres las emociones del protagonista gracias a la interpretación de Jake Gyllenhaal. Sublime e inmejorable. Todo el reparto hace un trabajo sobresaliente (50 Cent nos sorprende). Tiene momentos lacrimógenos bien controlados que llegan al espectador y que no deben quitarle mérito. Sin ninguna duda, Jake Gyllenhaal se come entera toda la película, pero aun así, ésta es sensacional. No debemos pensar en "Rocky" o en otras cintas del mismo género sino solamente sentarnos y gozar de esta perla de película.

Aplauso por la banda sonora del compositor James Horner y el pequeño homenaje que le hacen. Quien le guste a este músico llorará al final. Tomad tiempo para digerir tal película.

Más críticas en https://cinezin.wordpress.com
Arnau
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5 de noviembre de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los dramas deportivos sobre el boxeo (con un protagonista que franquea y traspasa adversidades y desdichas hasta triunfar, no solo en su deporte, sino como ser humano) no son precisamente unos desconocidos en el séptimo arte. Desde "Toro salvaje" hasta la ultima entrega de Rocky (pasando por cintas dramáticas como "Campeón" de 1979, la soberbia "Million Dollar Baby" de Eastwood, "Cinderella Man" de Ron Howard...) el cine nos ha deleitado con historias de superación personal ambientadas en este violento y apasionado deporte (admito que, aun no siendo precisamente uno de mis favoritos, en el cine sus emociones quedan deliciosamente expuestas). Y ahora llega el diestro Antoine Fuqua y nos ofrece en "Southpaw" otra historia de "boxeador que cae a los infiernos y que deberá aprender a mejorar como deportista y ser humano para triunfar en el deporte". Una historia ya conocida y ciertamente trillada en la gran pantalla, pero en la que Fuqua hace maravillas para mostrárnosla como sorprendente y portentosa.

En "Southpaw" nos topamos con Billy Hope (un sobresaliente y de lo más destacado Jake Gyllenhaal), un triunfador del boxeo profesional... pero también un ser fácilmente irritable e incapaz de controlar sus prontos violentos. Tras un trágico incidente, Hope se deja llevar por todos sus defectos y se sumerge en las tinieblas. Nuestro protagonista debe de ser capaz entonces de volver a levantarse de ese pozo (y para ello contará con la ayuda (como no) de un pertinente y paternal mentor (un notable Forest Whitaker) que le ayudará a limar su carácter).

"Southpaw" es una trama ya sabida, es cierto. Pero su apetitosa y atrayente fórmula siempre resulta eficiente y perdurable si se sabe llevar a escena con madurez, juicio, talento y nervadura... y afortunadamente este es el caso. En "Southpaw" el espectador se puede dejar llevar con emoción, gusto e hipnotismo por los caracoleos que la vida le asesta a Billy Hope.

La trama no solo es lo suficientemente entretenida, evolutiva y potente, es que además cuida sus detalles. Con unos diálogos pujantes y cultivados (ya sean en el drama más sincero y básico o en las raudas puyas humorísticas), y con unas situaciones y momentos cargados de una dualidad de sutileza y garra, "Southpaw" se vuelve magnética por (muchos) momentos.

Y en eso ayuda sobremanera una puesta en escena aun mejor que su propio guión. Antoine Fuqua logra para su historia de boxeo y redención una plasticidad para el recuerdo. Lo cierto es que el director procede del mundo del videoclip y eso se nota constantemente en "Southpaw", donde todos sus recursos funcionan en esta trama en particular con una congruencia pocas veces vista en el cine. La capacidad y nervio que imprime Fuqua es algo de los más destacado. Con un extraordinario dinamismo en su edición, con un grandioso uso de los planos medios (picados y contrapicados) en su agitada y vehemente cámara, con una maestría para insertar los slow-motion en los segundos más necesarios, y con un uso del foco alterno avezado... Fuqua se luce en su dirección como jamás lo había logrado (y eso que la plasticidad de sus films siempre suele ser lo más reseñable del conjunto). El fallecido James Horner pone por su parte un aliciente en los segundos de suspense e intriga con una banda sonora de lo más adecuada, el sonido es inconmensurable (impresionantes graves), y Mauro Fiore nos regala una cinematografía deliciosa y limpia, con una fotografía inmejorable y elegante de azules, ocres y claroscuros.

Y por si esto fuera poco el film se eleva con unas buenas y naturales interpretaciones (donde destaca por supuesto Jake Gyllenhaal en una de sus mejores (sino la mejor) interpretaciones de su carrera. Y esto lo digo sin ser muy fan de este actor precisamente, el cual siempre me ha dado la impresión de presentarse en sus personajes como excesivamente apacible y tierno (aunque eso no quite para que realizara interpretaciones de lo más naturales y capaces de sostener un drama (me vienen a la cabeza films como las maravillosas "Donnie Darko" o "Brokeback Mountain" o las interesantes "Prisioneros" o "Zodiac")), Gyllenhaal es el principal valuarte de "Southpaw". Con una interpretación profunda, humana y multifacética, Gyllenhaal se carga de complicidad y emoción para con el espectador haciéndole partícipe en primera persona de todas sus aflicciones y luchas. El actor logra (algo que jamás pensé que diría) mimetizarse con un hombre violento y extremo lleno de prontos y ofuscaciones). Con esta superlativa y del todo memorable interpretación, no sería de extrañar que el actor obtuviera una nueva nominación a los premios Oscar). Whitaker está tan notable como acostumbra como educador y consejero también sufridor en la vida, y Rachel McAdams, a pesar de contar con un papel testimonial, resulta natural e intensa... así como el resto de secundarios desde el amigo incondicional del protagonista hasta la sufridora hija pre-adolescente.

Así pues "Southpaw" es un drama deportivo intimista formulaíco en su premisa, sí... pero también completamente eficiente, intenso, plástico y con una interpretación (en realidad dos) para el recuerdo. Pues, no solo el guión se comporta como una columna vertebral para el film siempre apetecible, sino que "Southpaw" además está inspirada en los detalles de drama y es astuta en su puesta en escena (desde luego "Southpaw" es mucho más nervuda, vehemente, juiciosa e inspirada que "Cinderella Man").

A pesar de su revista trama, "Southpaw" se disfruta sin remedio y con mucha intensidad y emoción gracias a la abrumadora calidad de todos sus aspectos. "Southpaw" es de lo más suculenta y gustosa, y aunque el guión no evite algún punto un tanto pronosticable y vacuo (básicamente en la presentación de los personajes y sus momentos familiares), estamos desde luego ante excepciones que se pueden permitir dentro de un buen conjunto. Merece la pena sin lugar a dudas.

Lo peor: Su primer tercio es menos cuidado a nivel de guión...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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