Revancha

La verdad es que si nos atenemos al guión y a la historia, "Redención" la hemos visto mil veces, tanto por temática (caída y búsqueda de perdón) como por subgénero (boxeo). Pero si la "aderezamos" con un siempre convincente y solvente Jake Gyllenhaal, con una dirección como la de Antoine Fuqua, una buena ambientación y fotografía y unos secundarios como Forest Whitaker o Rachel McAdams, la verdad es que estamos ante una película muy entretenida y bastante notable dentro de un cine más blockbuster y que, sabiendo a lo que nos enfrentamos, no defrauda en absoluto.

Redención no es, en absoluto, una mala película. Sin embargo, su historia resulta tan previsible que cuando la ves, te quedas exactamente igual que antes de verla. Por ello, este es un film pasable que no vas a recordar a la semana de visionarlo. Y es que si has visto la saga de Rocky, la cinta que nos ocupa entre poco y nada te va a aportar, ya que no ofrece nada nuevo. Seamos serios, estamos ante el típico drama de deportes que da lo que se espera de él, ni más ni menos. De modo que sabes perfectamente lo que te vas a encontrar, y tomarlo o dejarlo es ya decisión tuya. Al menos, tenemos a Jake Gyllenhaal, que siempre es un seguro, dándolo todo para elevar el nivel de la cinta. También están Forest Whitaker y Rachel McAdams aportando con unas interpretaciones convincentes. Y poco más que añadir. Drama convencional lleno de clichés que entretiene.

Si bien los primeros minutos son de una necedad enojosa, pronto la poesía del oprimido logra salir a flote y, gracias al talento del equipo artístico, levantar vuelo como un dragón melancólico. Estamos frente a un producto fuertemente definido por la mentalidad opresora, que, en su triste ignorancia, parece querer postergar hasta los confines del error su inevitable despertar, involucrando en un tan evitable infierno a tantas almas jóvenes que, lógicamente, no ven la luz al final del túnel a través de tanto humo de glicerina, pólvora y combustiones toxicas.