I Am Not a Serial Killer
4.103
Thriller. Terror. Drama
John Wayne Cleaver es un adolescente obsesionado con los asesinos en serie que, pese a sus tendencias sociópatas, hace todo lo posible para no convertirse en uno de ellos. Cuando el frío pueblo del Midwest americano donde vive se ve acechado por una ola de sangrientas muertes, John decide perseguir al culpable, bajo la amenaza de descubrir que él es mucho peor que su enemigo. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al terminar de verla me dejó con esa sensación. No sabia cual era mi opinión, tiene cosas originales y interesantes, su forma de contarlo, me atrajo, tiene momentos altamente disfrutable, pero sucede todo lo contrario, tiene momentos aburridos y le falta chispa, tanto a nivel de actores como en dirección. No terminó de engancharme.
Esta es de las películas que necesita otro visionado para disfrutar de ella mas y saber apreciarla. Me gustó la historia sicopata tras sicopata con alguna sorpresa, pero no es una película redonda, una pena. Es fácil que cambie la crítica tras un segundo visionado, pero es lo que pienso de ella ahora. Un placer.
Esta es de las películas que necesita otro visionado para disfrutar de ella mas y saber apreciarla. Me gustó la historia sicopata tras sicopata con alguna sorpresa, pero no es una película redonda, una pena. Es fácil que cambie la crítica tras un segundo visionado, pero es lo que pienso de ella ahora. Un placer.
11 de junio de 2017
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
I Am Not a Serial Killer del director irlandés Billy O’Brien, consiguió el Premio a la Mejor Película en la Sección Panorama del pasado Festival de Sitges, además de, Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor (Max Records) en el Festival de Cine de Terror de Molins de Rei 2016. La historia de un joven sicópata que lucha por frenar sus impulsos homicidas, al mismo tiempo que persigue a un asesino en serie suelto por la ciudad, está protagonizada por Max Records (Donde viven los Monstruos), Laura Fraser (Destino de Caballero) y Christopher Lloyd (saga Regreso al Futuro). Estreno 16 de junio.
La historia de I Am Not a Serial Killer se centra en John Wayne Cleaver (Max Records), un adolescente que lucha contra su personalidad asesina, contra una voz diabólica que lo pueda conducir a la locura y a un deseo irrefrenable para matar a alguien. Está diagnosticado como psicópata al cumplir la tercia de rasgos de la personalidad que conforman el denominado Conjunto McDonald o la Tríada de MacDonald. Se trata de la teoría formulada por el psiquiatra forense neozelandés, John Marshall MacDonald, y publicada en 1963 en la revista American Journal of Psychiatry, según la cual, hay tres características comunes en la mayoría de psicópatas y sociópatas: enuresis nocturna, piromanía y maltrato animal.
John Wayne Cleaver consciente de su disfunción lleva un estricto seguimiento médico con visitas regulares a un psiquiatra (Karl Geary), además controla cuidadosamente su comportamiento con una serie de reglas, cuyo fin es mantener sus propios instintos asesinos bajo control y llevar una vida adolescente normal. No es tarea fácil para John al ser el blanco de los matones de la escuela, que lo provocan constantemente y cuestionan sus tendencias homicidas. Al mismo tiempo, John está obsesionado y fascinado por célebres asesinos en serie como Dennis Rader (el asesino BTK) o Jeffrey Dahmer, de los que se documenta y recopila información, para luego dejar sus reflexiones en especie de ensayos sobre la personalidad de cada uno de ellos.
La presencia en la pequeña ciudad de una serie de extraños asesinatos, con brutales mutilaciones como denominador común, parece indicar la aparición de un asesino en serie. La obsesión de John por estas muertes y la detección de algunas pistas perdidas por la policía, hacen que se embarque en una investigación para dar caza al criminal suelto por la ciudad, y a participar en un mortal juego del gato y el ratón con un enemigo insólito, así como a luchar contra sus propios demonios internos. Estos asesinatos irónicamente contribuyen a aumentar los ingresos del negocio de su familia, una morgue. En ella, John ayuda a su madre (April Cleaver) en el proceso de preparación de los cadáveres antes del servicio funerario.
En lugar de mantener la intriga hasta el final, la identidad del asesino se revela rápidamente en I Am Not a Serial Killer. Con este aspecto, se crea cierta sensación de que Billy O’Brien y su guionista Christopher Hyde podrían haber alargado un poco más la incertidumbre a la hora de enseñarnos al homicida, y de esta forma haber conseguido intensificar más la tensión y el clímax. Sin embargo, el interés de la película se centra en la forma que tendrá John de elaborar trucos ingeniosos para derribar al monstruo asesino ya que cuando avisa a la policía sólo conduce a más víctimas.
Con I Am Not a Serial Killer tenemos la percepción de estar viendo una original e intrigante B-Movie (o cine de serie B) con ambiente de los años 80, en gran parte por estar filmada en 16 mm y por ciertas pinceladas de humor negro distribuidas de forma ingeniosa a lo largo del metraje. Es una película difícil de catalogar ya que ni sigue la estructura de un film de asesinos en serie ni tampoco se la puede etiquetar como una cinta propiamente de terror, y esto que, en teoría, puede dificultar notablemente su comercialización, sin embargo, para mí, es donde reside su originalidad e interés y lo que convierte a I Am Not a Serial Killer, en un elegante y seductor thriller.
Billy O’Brien tiene la habilidad de encontrar diferentes maneras de hacer que lo trivial parezca amenazante, y su director de fotografía Robbie Ryan la maestría para usar con efectividad los contrastes de luz y sombras. Esta película de cine indie optimiza de forma increíble su modesto presupuesto de menos de un millón de euros con una más que digna producción y, consigue que su final a penas se resienta, a pesar de sus limitaciones, a la hora de filmar con imágenes generadas por ordenador (GGI).
Cuenta también con la esplendidas actuaciones del veterano actor, Christopher Lloyd, al que todos asociaremos rápidamente como el profesor chiflado de la trilogía del Regreso al Futuro, y la de un joven actor, Max Records que, en Donde viven los Monstruos (Spike Jonze, 2009) ya dio muestra de su saber hacer. Excelente duelo interpretativo mantenido por ambos, con una actuación cuidadosamente contenida de Max Records, y un genial Christopher Lloyd, en un papel muy diferente al que nos tiene acostumbrados, retratando a un vecino bondadoso, afable y débil que vive al otro lado de la calle. Sin embargo, más tarde, conoceremos su verdadera y siniestra personalidad.
La peculiar atmósfera de suspense generada por sus paisajes nevados, el tono de la trama salpicado de comedia negra y su rodaje en Minnesota nos recuerda irremediablemente a Fargo. De alguna manera podríamos decir que I Am Not a Serial Killer se sitúa a medio camino entre la obra maestra de los hermanos Cohen, la exitosa serie de Netflix, Stranger Thing y alguna de las muchas adaptaciones de novelas de Stephen King. A pesar de todo, al final, me queda la sensación de oportunidad desperdiciada, quizás, por la falta de medios y, porque hay muchas subtramas abandonadas sin desarrollar.
Cinemagavia http://cinemagavia.es/critica-pelicula-i-am-not-a-serial-killer/
La historia de I Am Not a Serial Killer se centra en John Wayne Cleaver (Max Records), un adolescente que lucha contra su personalidad asesina, contra una voz diabólica que lo pueda conducir a la locura y a un deseo irrefrenable para matar a alguien. Está diagnosticado como psicópata al cumplir la tercia de rasgos de la personalidad que conforman el denominado Conjunto McDonald o la Tríada de MacDonald. Se trata de la teoría formulada por el psiquiatra forense neozelandés, John Marshall MacDonald, y publicada en 1963 en la revista American Journal of Psychiatry, según la cual, hay tres características comunes en la mayoría de psicópatas y sociópatas: enuresis nocturna, piromanía y maltrato animal.
John Wayne Cleaver consciente de su disfunción lleva un estricto seguimiento médico con visitas regulares a un psiquiatra (Karl Geary), además controla cuidadosamente su comportamiento con una serie de reglas, cuyo fin es mantener sus propios instintos asesinos bajo control y llevar una vida adolescente normal. No es tarea fácil para John al ser el blanco de los matones de la escuela, que lo provocan constantemente y cuestionan sus tendencias homicidas. Al mismo tiempo, John está obsesionado y fascinado por célebres asesinos en serie como Dennis Rader (el asesino BTK) o Jeffrey Dahmer, de los que se documenta y recopila información, para luego dejar sus reflexiones en especie de ensayos sobre la personalidad de cada uno de ellos.
La presencia en la pequeña ciudad de una serie de extraños asesinatos, con brutales mutilaciones como denominador común, parece indicar la aparición de un asesino en serie. La obsesión de John por estas muertes y la detección de algunas pistas perdidas por la policía, hacen que se embarque en una investigación para dar caza al criminal suelto por la ciudad, y a participar en un mortal juego del gato y el ratón con un enemigo insólito, así como a luchar contra sus propios demonios internos. Estos asesinatos irónicamente contribuyen a aumentar los ingresos del negocio de su familia, una morgue. En ella, John ayuda a su madre (April Cleaver) en el proceso de preparación de los cadáveres antes del servicio funerario.
En lugar de mantener la intriga hasta el final, la identidad del asesino se revela rápidamente en I Am Not a Serial Killer. Con este aspecto, se crea cierta sensación de que Billy O’Brien y su guionista Christopher Hyde podrían haber alargado un poco más la incertidumbre a la hora de enseñarnos al homicida, y de esta forma haber conseguido intensificar más la tensión y el clímax. Sin embargo, el interés de la película se centra en la forma que tendrá John de elaborar trucos ingeniosos para derribar al monstruo asesino ya que cuando avisa a la policía sólo conduce a más víctimas.
Con I Am Not a Serial Killer tenemos la percepción de estar viendo una original e intrigante B-Movie (o cine de serie B) con ambiente de los años 80, en gran parte por estar filmada en 16 mm y por ciertas pinceladas de humor negro distribuidas de forma ingeniosa a lo largo del metraje. Es una película difícil de catalogar ya que ni sigue la estructura de un film de asesinos en serie ni tampoco se la puede etiquetar como una cinta propiamente de terror, y esto que, en teoría, puede dificultar notablemente su comercialización, sin embargo, para mí, es donde reside su originalidad e interés y lo que convierte a I Am Not a Serial Killer, en un elegante y seductor thriller.
Billy O’Brien tiene la habilidad de encontrar diferentes maneras de hacer que lo trivial parezca amenazante, y su director de fotografía Robbie Ryan la maestría para usar con efectividad los contrastes de luz y sombras. Esta película de cine indie optimiza de forma increíble su modesto presupuesto de menos de un millón de euros con una más que digna producción y, consigue que su final a penas se resienta, a pesar de sus limitaciones, a la hora de filmar con imágenes generadas por ordenador (GGI).
Cuenta también con la esplendidas actuaciones del veterano actor, Christopher Lloyd, al que todos asociaremos rápidamente como el profesor chiflado de la trilogía del Regreso al Futuro, y la de un joven actor, Max Records que, en Donde viven los Monstruos (Spike Jonze, 2009) ya dio muestra de su saber hacer. Excelente duelo interpretativo mantenido por ambos, con una actuación cuidadosamente contenida de Max Records, y un genial Christopher Lloyd, en un papel muy diferente al que nos tiene acostumbrados, retratando a un vecino bondadoso, afable y débil que vive al otro lado de la calle. Sin embargo, más tarde, conoceremos su verdadera y siniestra personalidad.
La peculiar atmósfera de suspense generada por sus paisajes nevados, el tono de la trama salpicado de comedia negra y su rodaje en Minnesota nos recuerda irremediablemente a Fargo. De alguna manera podríamos decir que I Am Not a Serial Killer se sitúa a medio camino entre la obra maestra de los hermanos Cohen, la exitosa serie de Netflix, Stranger Thing y alguna de las muchas adaptaciones de novelas de Stephen King. A pesar de todo, al final, me queda la sensación de oportunidad desperdiciada, quizás, por la falta de medios y, porque hay muchas subtramas abandonadas sin desarrollar.
Cinemagavia http://cinemagavia.es/critica-pelicula-i-am-not-a-serial-killer/
12 de junio de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se ha ido haciendo hueco en el mercado internacional tras su paso por diversos festivales: El Festival de cine de Toronto, el British Independent Film Awards (BIFA) en el que obtuvo tres nominaciones, el Festival de cine de Terror de Molins de Rei en el que obtuvo los galardones a Mejor película, actor y director en la Sección Oficial, y en el Festival de Sitges donde se alzó con el premio a la Mejor película de la Sección Panorama.
La película sigue la historia de John Wayne, un adolescente que trabaja en la morgue familiar. Su extraño gustos por los cadáveres y su enfermiza personalidad le obligarán a seguir unas estrictas reglas con el objetivo de no llevar su sociopatía al siguiente nivel. Debido a las misteriosas muertes que azotan el pequeño pueblo, el joven John empezará una búsqueda del asesino en serie que está actuando impunemente.
Basada en la novela del mismo nombre de Dan Wells, y dirigida por Billy O’Brien, la película se mueve entre géneros como el thriller, el terror sobrenatural o el fantástico. Se trata de una película diferente, auténtica e independiente. Otro de los aspectos fundamentales es la ambientación: Situada en una pequeña localidad del medio éste norteamericano durante los meses de otoño e invierno, los paisajes helados de los que presume terminan por filtrarse en el distanciamiento con que son representados los hechos.
El director consigue mantenerte vivo y sin aburrirte durante todo el metraje, la película tiene una buena mezcla entre escenas impactantes y golpes de efectos visuales, con escenas mucho más pausadas y diálogos entre los personajes, el ritmo y la música consiguen que nos vayamos metiendo en la película y que conozcamos y empaticemos con los personajes. La cinta aunque es muy sencilla, no peca de pretenciosa, tiene unas buenas interpretaciones.
En cuanto al elenco de actores destaca la pareja protagonista con un Christopher Lloyd (“Regreso al futuro", "La Familia Adams", "Quién engañó a Roger Rabbit?”) que cumple de sobra con su papel de anciano reservado pero bastante amable con todo el mundo y el joven actor Max Records, quién lleva el peso de la película en muchísimos momentos de la misma.
Lo mejor: La ambientación de la historia
Lo peor: Le falta algo de ritmo en algún tramo
La película sigue la historia de John Wayne, un adolescente que trabaja en la morgue familiar. Su extraño gustos por los cadáveres y su enfermiza personalidad le obligarán a seguir unas estrictas reglas con el objetivo de no llevar su sociopatía al siguiente nivel. Debido a las misteriosas muertes que azotan el pequeño pueblo, el joven John empezará una búsqueda del asesino en serie que está actuando impunemente.
Basada en la novela del mismo nombre de Dan Wells, y dirigida por Billy O’Brien, la película se mueve entre géneros como el thriller, el terror sobrenatural o el fantástico. Se trata de una película diferente, auténtica e independiente. Otro de los aspectos fundamentales es la ambientación: Situada en una pequeña localidad del medio éste norteamericano durante los meses de otoño e invierno, los paisajes helados de los que presume terminan por filtrarse en el distanciamiento con que son representados los hechos.
El director consigue mantenerte vivo y sin aburrirte durante todo el metraje, la película tiene una buena mezcla entre escenas impactantes y golpes de efectos visuales, con escenas mucho más pausadas y diálogos entre los personajes, el ritmo y la música consiguen que nos vayamos metiendo en la película y que conozcamos y empaticemos con los personajes. La cinta aunque es muy sencilla, no peca de pretenciosa, tiene unas buenas interpretaciones.
En cuanto al elenco de actores destaca la pareja protagonista con un Christopher Lloyd (“Regreso al futuro", "La Familia Adams", "Quién engañó a Roger Rabbit?”) que cumple de sobra con su papel de anciano reservado pero bastante amable con todo el mundo y el joven actor Max Records, quién lleva el peso de la película en muchísimos momentos de la misma.
Lo mejor: La ambientación de la historia
Lo peor: Le falta algo de ritmo en algún tramo
24 de julio de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película protagonizada por el para mí desconocido Max Records (El Canguro, 2011) y por un correcto Christopher Lloyd (Regreso al Futuro, 1985).
John Wayne Cleaver es un adolescente obsesionado con los asesinos en serie que, pese a sus tendencias sociópatas, hace todo lo posible para no convertirse en uno de ellos. Cuando el frío pueblo del Midwest americano donde vive se ve acechado por una ola de sangrientas muertes, John decide perseguir al culpable, bajo la amenaza de descubrir que él es mucho peor que su enemigo.
Película que mezcla de forma muy sutil el thriller con el terror y fantástico que pretende que nos adentremos en la mente de nuestro protagonista, lo cual hace de forma magistral no siendo nada fácil si tenemos en cuenta la naturaleza mental de este. En cuanto a su trama, la cinta avanza a fuego lento, con un inicio de puro thriller con aires ochenteros cuando John se interesa y empieza a investigar al asesino, esto cambia a medida que avanza la trama y su investigación para ir introduciendo poco a poco el terror a la par que la cinta combina con la lucha interna del protagonista, elemento que me pareció lo mejor de la película, para que, a medida que se acerca el final de esta, convertirse en una cinta de terror puro.
Esta adaptación de la novela homónima cuenta con un muy buen guión que provoca que esta mezcla de géneros no decaiga, unas más que correctas interpretaciones y una gran dirección que mantiene la película en alto, eso sí, con un ritmo que a algunos les puede parecer demasiado pausado.
-Nota personal 7/10
Críticas, noticias y recomendaciones en https://instagram.com/elchicodeloshorrores?utm_source=ig_profile_share&igshid=15t600ok3rat8
John Wayne Cleaver es un adolescente obsesionado con los asesinos en serie que, pese a sus tendencias sociópatas, hace todo lo posible para no convertirse en uno de ellos. Cuando el frío pueblo del Midwest americano donde vive se ve acechado por una ola de sangrientas muertes, John decide perseguir al culpable, bajo la amenaza de descubrir que él es mucho peor que su enemigo.
Película que mezcla de forma muy sutil el thriller con el terror y fantástico que pretende que nos adentremos en la mente de nuestro protagonista, lo cual hace de forma magistral no siendo nada fácil si tenemos en cuenta la naturaleza mental de este. En cuanto a su trama, la cinta avanza a fuego lento, con un inicio de puro thriller con aires ochenteros cuando John se interesa y empieza a investigar al asesino, esto cambia a medida que avanza la trama y su investigación para ir introduciendo poco a poco el terror a la par que la cinta combina con la lucha interna del protagonista, elemento que me pareció lo mejor de la película, para que, a medida que se acerca el final de esta, convertirse en una cinta de terror puro.
Esta adaptación de la novela homónima cuenta con un muy buen guión que provoca que esta mezcla de géneros no decaiga, unas más que correctas interpretaciones y una gran dirección que mantiene la película en alto, eso sí, con un ritmo que a algunos les puede parecer demasiado pausado.
-Nota personal 7/10
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22 de noviembre de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“I am not a serial killer” es una mezcla de géneros muy interesante. Película indie con toques de thriller, terror y fantástico. Centrada en los problemas de un adolescente con tendencias sociópatas en un pueblo marginal de los Estados Unidos, en el que se están cometiendo una serie de asesinatos. Es una propuesta original, que peca de un ritmo demasiado pausado (se hace lenta en algunos tramos) y que sirve para recuperar a Christopher Lloyd en la gran pantalla, aunque éste sea eclipsado por el protagonista de la película: Max Records.
Más críticas de cine y series (y algun que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
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