Los tres mosqueteros

Esta de Stephen Herek de 1993, es una versión de "Los tres mosqueteros" que me gusta mucho por razones personales y por su tono ligero y su esencia tan despreocupada. No hay que esperar de ella una adaptación profunda sino una película sin pretensiones más allá de entretener y hacer que las palomitas sepan mejor de lo habitual.

Disney creó para esta peli un guión sencillo con personajes muy caricaturescos, y se buscó un fenomenal grupo de actores que tiene ese deje de "rebelde sin causa" que tanto marcó mi generación con películas como "Línea mortal", "Arma joven" o "Jóvenes ocultos". Esa misma generación de actores son hoy estrellas bien reconocidas por su talento y aportación al cine y la televisión de los últimos 25 años. Kiefer Sutherland, Charlie Sheen y Oliver Platt, junto a Rebecca de Mornay y Tim Curry hacen que la historia brille con esplendor al son del tema "All For Love" interpretado por por Bryan Adams, Rod Stewart y Sting. Un cóctel muy comercial, sí, pero a mi entender destiló una película de calidad respetable, con alma transparente, acción trepidante, con valores como la amistad, el amor y el honor, para toda la familia.

"Los Tres mosqueteros" en Dvd, es el primer título de mi videoteca que compré allá por el 95 y conservo con mucho amor en la estantería, en un ya decrépito estuche, listo para ser visionado una y otra vez...

Charlie Sheen como Aramis, Kiefer Sutherland como Athos, Oliver Platt como Porthos, Chris O'Donnell como D'Artagnan, Tim Curry como Cardenal Richelieu... Sin duda alguna, uno de los peores castings de los últimos años. La única adecuada es Rebecca de Mornay como Milady De Winter.
¿Bryan Adams, Sting y Rod Stewart cantando el tema central? ¡¿Pero qué mierda comercial es ésta?!

¿Para cuándo una adaptación de los tres mosqueteros que valga la pena? Hay que ir olvidándose de comercialidades, de los mosqueteros circenses de antaño y demás gilipolleces. Necesitamos a un director serio que, con los recursos técnicos de que disponemos ahora, sea capaz de ofrecer algo más oscuro, enfrentamientos florete en mano más realistas ("Los duelistas" de Scott es un buen modelo en que fijarse) y traiciones acechantes. Y si para ello hay que retocar la historia original para que los familiarizados con la novela de Dumas no nos anticipemos a todo, pues un par de cojones y adelante.

Adaptación del clásico de Alejandro Dumas del que tantas versiones se han hecho para la gran pantalla.
En este caso, no se trata de la versión más fiel, sino de una cinta de aventuras muy entretenida para ver sin grandes pretensiones, con buen ritmo y sentido del humor y que se toma unas cuantas licencias con el guión en pro del entretenimiento y la diversión.

Un cine de aventuras con aroma clásico muy disfrutable, especialmente si se ve durante la juventud o la niñez, como es mi caso, que desgasté la cinta VHS en la que la tenía a base de verla, ya que es una de esas películas tan entretenidas y con tanto ritmo que puedes volver a ver una y otra vez sin cansarte de ellas.

El casting es uno de sus mayores aciertos, Kiefer Sutherland es un taciturno y honorable Athos, Oliver Platt un humorístico Porthos, Charlie Sheen un carismático Aramis y como antagonistas Tim Curry cómo el Cardenal Richelieu junto con Rochefort, a los muestran como grandes villanos más que confabuladores, además de Rebecca De Mornay cómo la mejor Milady De Winter que he visto y Julie Delpy cómo Constance entre otros.

Pese a que hay ya desde hace mucho tiempo varias versiones basadas en la legendaria novela de Alejandro/Alexandre Dumas, esta es para mí la más redonda, o por lo menos la más divertida. No voy a compararla con la última del año 2011 porque sinceramente no vale la pena averiguar que película es mejor que otra ya que ambas merecen la pena por su calidad, de hecho a mí me gustan las dos, pues son geniales.
El caso es que esta versión de antaño tiene la ventaja de tener a actores conocidos, por lo que es doblemente buena en comparación con otras, claro que eso no quiere decir seguro que vaya a ser una obra maestra, ya que a veces hay films que cuentan con un montón de actores conocidos y son bodrios, pero por suerte este no fue el caso.

En definitiva, que esta peli merece la pena verla, en especial a los que les gustó la novela homónima, porque estoy seguro de que no les defraudará (no)

Recuerdo que allá por 1993 la versión cinematográfica de la novela más famosa de Alejandro Dumas, es decir, "Los tres mosqueteros" (1844), no fue buen recibida a pesar del esfuerzo de propaganda con la que se acompañó su lanzamiento. En este sentido, ayudó mucho la grandísima canción de Bryan Adams, Rod Stewart y Sting, "All for Love", que tuvo más recorrido que la propia película. Los puristas criticaron su juvenil casting, aunque de la quema se salva unánimemente Tim Currey y una hermosa Rebecca De Mornay, que crea una gran Milady, de largo el personaje más interesante; la poca fidelidad al texto original, sus licencias históricas, la representación de un siglo XVII demasiado limpio, pero sobre todo, su carácter tirando a infantil, cosa que no debe extrañarnos si sabemos que está producida directamente por Disney. De tal modo que, aunque salvó la cara en las taquillas, 30 millones de presupuesto para recaudar 53,9, se quedó lejos del éxito esperado.

De todos modos a mi siempre me pareció una excelente muestra de cine de aventuras de los de capa y espada, hecho a la vieja usanza. Todo lo que se dice sobre su inventada trama es cierto pero no lo es más que si lo que importa es que una obra sea entretenida, "Los tres mosqueteros" lo cumple con creces. Es más, es una película que se puede ver en familia, en Estados Unidos tuvo la misma clasificación moral que "Liberad a Willy" (1993) o "Beethoven 2" (1993), en la que la amistad, el honor, la lealtad, el valor y el perdón, se enfrentan al mal y a la ambición desmedidas en medio de una trama que combina la acción, el humor y el romance. En el fondo es extraño que una república democrática como la norteamericana exalte el antiguo régimen de un modo indirecto pero lo que hoy es casi imposible, en la primera mitad de los noventa era aún habitual. Se ve que les fascinaba ese mundo sin sentirse culpable por ello, ni tampoco lo enfrentaban con la democracia contemporánea.