Orgullo contra orgullo

Robert Parrish nos ofrece esta película que pasó tan desapercibida entonces como ahora en la mejor década de Charlton Heston, los años 50 junto a Jane Wyman en la historia de Lucy Gallant, una mujer empresaria que sueña con montar un emporio en una ciudad petrolera de Texas, en contra de toda convención.

Ayudada por Casey Cole, un granjero que pronto encontrará petróleo como tantos otros del pueblo, pero desprovisto de toda avaricia, se establecerá entre ellos una amistad que será la base de toda la trama.

Rodada a un ritmo trepidante, Jane Wyman hace una interpretación de la que podíamos destacar su sobriedad frente a un Heston crecido, componiendo un personaje guerrero, que da lo mejor de su pasión, de su fuerza, de toda la impotencia de ver a la mujer que ama seguir su camino y se devana los sesos pensando cómo lograr ser feliz con ella o sin ella.

La historia cuenta con el aliciente de ser precursora en la época de mayor puritanismo en la industria Hollywoodiense, como de engrosar la lista de aquellas historias sobre mujeres que ponen en la mesa la independencia femenina frente a una vida familiar tradicional. Expone Jane Wyman de tal manera estos valores que nos acerca a repasar una vez más su extensa filmografía para darnos cuenta que su "Belinda" como su Lucy Gallant intentan lograr una conciliación entre la libertad personal y el amor, siendo de estas primeras actrices encantadas de con su arte servir para concienciar de una igualdad necesaria entonces y aún ahora perseguida por los más inteligentes.

El resto del reparto está compuesto por personajes escritos a pinceladas, pero carismáticos, puntuales, pero válidos.
Vecinos, amigos, los más cercanos a Casey Cole, a Lucy, están allí al principio y al final.
Es esta una película de cine clásico encantadora, sin grandes interpretaciones además de Heston, es cierto, pero con un gran trasfondo, en ausencia de la química entre Wyman y Heston.
Qué se va a hacer Jane Wyman es una gran actriz pero no es para Heston lo que Anne Baxter era.

Dos orgullos, un amor, una historia correcta y muy buena mano a la hora de plasmar la diferencia entre dos caracteres es lo que encontraréis en esta gran producción.

Los melodramas norteamericanos de los años 50 me parecen unos magníficos escaparates en los que poder contemplar y analizar la situación de la mujer, lo que se esperaba de ella y el rol que se le adjudicaba después del impasse que supuso la II Guerra Mundial. La toma activa de la mujer, en ella, colaborando en el sostenimiento de un país y el frustrado intento de sacarla del terreno de juego una vez acabada la contienda.
Pero ya era tarde...Y aunque todavía faltaban algunos años para que la mujer se desabrochara el sostén y el advenimiento de la píldora proclamara que, por fin, era totalmente dueña de su destino, el cine ya empezaba a perfilar tímidamente un modelo de mujer insatisfecho, con ambiciones, con ansias y sueños por cumplir y un orgullo y fe en sí misma que nada tenía que ver con el hombre o con la maternidad que iba en el mismo pack.

Y no es que esta película rompa ninguna de las directrices en las que se movían las productoras hollywoodienses, al revés, se muestra de lo más obediente con ellas y es por eso que, vista hoy, nos va a chirriar una barbaridad el combate a diez asaltos que librarán Heston y Wyman en un desafío bastante amañado ( spoiler) que no va a terminar de dejarnos satisfechos.

Robert Parrish consigue aquí una buena película, muy elegante y muy descriptiva en la situación en la que se encontró Texas cuando floreció el petróleo y los pequeños pueblos ganaderos experimentaron un desarrollo sin precedentes. Con un estilo visual cálido y vibrante que nos acerca mucho al maestro Douglas Sirk, con intérpretes de carácter y secundarios imponentes ( aunque no les saca el partido que debieran) y en la que debemos prepararnos para escuchar a un empecinado y rudo Heston, en su papel de ganadero texano, soltar frases bastante fuertes a nuestros susceptibles e hipersensibles oídos feministas, que una dulce y refinada, pero igualmente fuerte Wyman, tratará de contrarrestar sin dejarse someter.
También " Gigante" de George Stevens, puede tener cierto precedente aquí.
La película es muy disfrutable a pesar de lo que señalo abajo. Búsquenla.