Basket Case ¿Dónde te escondes, hermano?

Todo doctor Jekyll tiene a su Mr.Hide, esa cosa que nos hace darle corriendo al botón del ascensor cuando oímos que se aproxima algún vecino. Esa dualidad que nos permite estar en equilibrio.

A Duane le separaron de su diablillo interior cuando sólo era un niño. Por suerte “cosita” (denominada así a partir de ahora) no murió, lo que hubiera propiciado, al igual que en la novela de Stevenson, la muerte de nuestro protagonista.

Ahora Duane, al igual que su mata de pelo, ya esta crecidito. Es hora de ir Nueva York, al mugriento y mítico Hotel Broslin, en busca de venganza.
“Cosita” no parará hasta dar captura a los causantes de que su alma pulule en dos cuerpos distintos. Es preciso calmar la rabia de este insólito dúo-hombre condenado a convivir con una cesta de mimbre de por medio.

Mientras, Duane disfruta del pecado y la lujuria de la gran manzana. Y hasta se enamora en una cita idílica, fruto de la no presencia de “cosita”, que deja fuera los instintos más animales de Duane, que harían de ese platónico encuentro una mera estrategia para echar una canita al aire.
Pero “cosita” no puede dejar el tema así y necesita ir a hacer una visita a la novia de Duane (que también es la suya, con todas las de la ley) para hacer realidad sus pensamientos más lascivos, tocándole una teta.
Los hombres somos las dos caras de una misma moneda, indivisibles. Por eso chicas, causantes de nuestros más puros y lascivos deseos, no seáis tan estrechas. O "cosita" os atacará por las noches.

Esta es mi lectura, busca tú la tuya. Las hay a decenas.

Eso es lo que la hace grande.

Le doy un 9, pero necesita una explicación, que la cosa tiene tela:

Técnicamente la película es muy floja: malos actores, sobreactuaciones increibles, efectos especiales muy malos, cambios de escena muy bruscos, poquísimos medios y cosas así.

Pero la película tiene algo, no sé el que, pero algo que la hace increible. No es por su cutrez, es algo más. Quizás sea por la seriedad que busca, que le da encanto, pero no lo sé a ciencia cierta. Solo sé que me lo he pasado genial viéndola y que me ha llenado mucho para lo poco que es.

Y no le doy un 10 porque creo que con más gore hubiera alcanzado el más alto nivel.

Cuando uno se dispone a ver una película con semejantes carátula y sinopsis, su cerebro se dispone a encajar un maremagnum de violencia, humor y guarrerías sin demasiado sentido ni trascendencia. Por eso esta peli fue para mi una sorpresa, no porque no tenga los ingredientes anteriormente recetados, que los tiene y en grandes cantidades, sino porque, sin llegar a entender muy bien cómo, Frank Henenlotter los combina dando lugar a este singular pastel, quizá no apto para todos los paladares.

Basket Case nos traslada a lo mas sucio de un Nueva York lleno de letreros luminosos, camellos insistentes y personajes hostiles y alienados, con una atmósfera cargante que nos conduce al malsano Hotel Broslin, donde tendrán lugar las inquietantes aventuras de dos hermanos irremediablemente separados y, también irremediablemente, unidos.

Una maravilla de película, pozo de inagotables lecturas escondidas entre su exagerada violencia y apestoso aspecto técnico. Un alarde de imaginación que da forma a un terrorífico drama de lo mas trastornado. Irrepetible

Un contundente y demoledor exponente sobre cómo hacer terror con dos duros, sobre cómo se puede generar un argumento extremadamente dinámico con variantes rústicas a más no poder, sobre cómo no hacen falta actores de renombre para lograr transmitir las sensaciones -aunque sea con tosquedad-, sobre cómo se puede encontrar un equilibrio entre el sugerir (en la primera parte) y el exhibir alevosamente mediante gore (en la última etapa del filme), sobre cómo a falta de recursos el ingenio prima y saca adelante una cinta clase Z que tiene todas las de perder y sin embargo nos demuestra lo efectiva y divertida que resulta.
Terror sobre un humanoide deforme, sobre un monstruo muy particular que impacta desde su cutrez. Pero no todo es horror ligero, sino que hay un trasfondo sentimental y psicológico importante en esta cinta pues se apela a una cuestión ética de fondo sobre el derecho a la vida y al sentimiento fraternal a pesar de todo.
Una obra notable, no importa que sea BERRETÍSIMA desde lo técnico, es una obra maestra digna de todos los aplausos porque demuestra cómo generar zozobras mediante un argumento áspero y truculento, sin dejar de lado cierto aire de comicidad indirecta emanada de la extravagancia de las situaciones y de la impronta estrafalaria de los personajes interactuantes.
Lo dicho, una opción entretenidísima de principio a fin, que irradia salvajismo y desparpajo por cada poro. Terror baratísimo pero sumamente efectivo siempre y cuando el espectador no tenga prejuicios sobre las cintas clase Z, esas producciones que nada tienen para perder de tan pestilentes que resultan a priori.
Nadie que ame el terror bizarro y chapucero debe darle la espalda a esta cinta que es la máxima expresión dentro del estilo, un sórdido y oscuro relato sobre cuán miserable puede convertirse el ser humano cuando se le discrimina y cuando no puede llegar a la dignidad por los prejuicios estéticos que impone la frívola sociedad.

Aún resultando bastante conocida en ciertos ámbitos uno tiene la sensación de que a Basket Case no le ha llegado aún el reconocimiento que se merece. Pionera del cine gore más clásico, ese que mezcla en una irresistible coctelera, terror de serie b, sangre, comedia e higadillos, es mucho más que todo ello gracias a que tiene una trama divertidísima que te mantiene entretenido de principio a fin. Realizada con un presupuesto ínfimo que como guiño de sus responsables se enseña en el film (el fajo de billetes que Duane muestra al pagar su habitación de hotel es el presupuesto integro de la película) es la receta perfecta para echarse unas risas con las desventuras de los hermanos siameses en su particular venganza contra todos aquellos que en el pasado intentaron separarlos.

Resulta digno de halago como se consigue mantener el suspense hasta la primera aparición de Belial el hermano monstruoso y deforme que Duane transporta a todas partes en una cesta. La manera en la que esta medido el tempo en este primer tramo de película hace que nuestro interés por saber que demonios se esconde ahí vaya in crescendo no resultando además en absoluto decepcionante la entrada de Belial en escena si no todo lo contrario. El monstruo es simpático, está muy conseguido y como iremos viendo está lleno de matices que van desde la ternura hasta las necesidades sexuales, siendo esto último el único motivo que le hace celarse e envidiar a su hermano.

Envuelta en una historia sencilla acorde con las estructuras de la serie b, Basket Case también despunta como una comedia bizarra de crímenes sangrientos, entre personajes secundarios a los que se les coge afinidad y cariño. Y es de nuevo Belial el que tiene los mejores momentos de comicidad como cuando lo intuimos devorando hamburguesas escondido en su cesta o también cuando después de uno de sus típicos enfados no encuentra otro sitio en el que esconderse que el váter de la habitación del hotel, por citar solo dos momentos de rebosante hilaridad. Por eso, al ser mencionada a menudo como la predecesora de la que se considera la obra magna del género “Brain Dead” no se puede estar más de acuerdo con dicha definición.

Posteriormente se rodaron dos continuaciones de Basket Case que no he visto e independientemente de que sean o no películas aceptables me resulta desconocida la estratagema que utilizaron para revivir la trama puesto que Basket Case se cierra en si misma con un final que en principio no admite continuación, como la película redonda que es, un clásico indiscutible, tanto dentro como fuera de su género.

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