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Desplazados (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2020). 6 episodios. Las vidas de cuatro desconocidos se cruzan en un centro de detención de inmigrantes en pleno desierto australiano: una azafata aérea que huye de una peligrosa secta; un refugiado afgano y su familia que escapan de la persecución; un joven padre que se aleja de un trabajo sin futuro y un burócrata al que se le acaba el tiempo para ocultar un escándalo nacional. (FILMAFFINITY) Estreno: 1 de marzo en ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
7 de julio de 2020
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
*La dureza de los refugiados

En Desplazados se aborda la crisis de los refugiados en Australia y la forma de proceder del país oceánico, junto con sus leyes y su sistema de inmigración. Los guiones de los seis capítulos que conforman la ficción atinan a la hora de crear una confluencia de relatos, que se ven unidas por el espacio que comparten, pero expresan las dos visiones que forman parte de esta realidad: los de dentro y los de fuera. Además, ofrece dilemas morales y sociales que provocan una reflexión necesaria en el espectador sobre la libertad y explota la complejidad que se forma en torno a ella. Foto de Netflix

Por lo tanto, lleva al público ante una serie necesaria, sobre todo por los tiempos que corren. Luego, los cuatro protagonistas que marcan las líneas narrativas principales de la serie proyectan unas historias personales en las que no juegan únicamente su condición en torno a la inmigración, sino que da esa humanidad tan realista y coherente que muestra una evolución brillante. Desencadena en un final acorde a la identidad de la propia serie. Además, explora las consecuencias de unas vivencias tan diversas e independientes, que les da esa oportunidad de darles su lugar a cada una de ellas. En consecuencia, la serie tiene una calidad más que notable a la hora de afrontar los distintos personajes que intervienen en ella, aunque caiga alguna vez en una oscuridad demasiado marcada en algunos de sus personajes. Aun así, establece un puzzle de vivencias muy enriquecedor.

*Una construcción coral

Uno de los grandes atractivos de Desplazados es la elección de un reparto coral con caras muy conocidas por el público, pero también por dar una diversidad necesaria para este tipo de ficción. En primer lugar, Asher Keddie se encumbra como una de las principales protagonistas. Con una metamorfosis en pantalla, hace que se pueda percibir los cambios y la montaña rusa emocional que sufre su personaje. Luego, Jai Courtney sorprende, alejándose de la imagen de tipo duro al uso, para darle más matices, entre los que se encuentra ese hallazgo del ying y el yang interior. Después, Yvonne Strahovski comienza con una interpretación más tibia, pero termina rompiendo el molde ante un trabajo muy sensible, donde es muy importante la forma de manejar la expresividad. Por lo cual, afronta el reto y consigue sacar partido de él, aunque haya momentos en los que le falte fuerza.

El último protagonista no es otro que Fayssal Bazzi, que, sin duda, se convierte en una de las mejores interpretaciones. Por una parte, tiene ese desgarro interno, esa tristeza combinada por la lucha y supervivencia, pero, a su vez, no pierde su identidad más blanca y se agradece esa combinación artística. Sus actores de reparto tampoco se quedan atrás y realizan una labor a la altura de los actores principales. Un ejemplo de ello es Cate Blanchett, que cautiva en cada una de sus escenas. También destacar el trabajo de Claude Jabbour, Soraya Heidari y Helana Sawires, que llega directo a la emoción del espectador y conecta fácilmente por esa naturalidad tan certera en pantalla. En consecuencia, esta serie es un ejemplo de la importancia de la elección de los actores que intervienen en una serie que necesita tantos intérpretes en escena. Sin duda, un realismo actoral que conmociona.

*La aridez de la realidad

Tony Ayres, Cate Blanchett y Elise McCredie son los responsables de Desplazados y obtienen un gran resultado. Para comenzar, se puede ver que tienen muy clara la estética, que busca la diferencia entre los distintos espacios que se plantean. Por un lugar, hay una tonalidad más fría en los entornos fuera del propio centro de detención. Mientras que éste, predomina una aridez más dorada, más parecido al trigo. Da una calidez que muestra esa nostalgia de la soledad y de encontrarse en tierra de nadie. Después, la fotografía de la serie tiene una calidad que mezcla el impacto de la acción con la búsqueda de remarcar aquellos momentos de mayor potencia emocional. Lo mismo ocurre con la dirección de arte que refleja muy bien los sucesos que se narran, con sumo cuidado en cada escenario que se representa.

Por otro lado, se comprueba que la dirección ha sabido cohesionar cada episodio con el anterior y el siguiente, ofreciendo un trabajo conjunto excelente y donde no se pierde el hilo conductor en ningún momento. Por lo cual, el espectador se encuentra sumergido fácilmente en la ficción y le permite disfrutarla de una forma cómoda y con sentido. Es de agradecer que se haya planteado desde una vertiente bien ejecutada con las piezas bien unidas, sobre todo por tener tantas historias en paralelo que se unen en una común. Luego, la composición musical, al igual que la mezcla sonora, se basa en dar mayor importancia a los efectos de sonido, aunque saben dar su lugar a los momentos musicales. En su conjunto, la serie obtiene una buena realización estética y sonora. Marca perfectamente el sello artístico que se busca por la temática que se aborda.

*Conclusión

Desplazados es una serie visceral, un conglomerado de líneas narrativas con coherencia y unos libretos llenos de humanidad, tensión y reflexión. Además, es totalmente necesaria en la actualidad, siendo un imprescindible al mostrar distintos puntos de vista de una situación muy candente. En algunos momentos, hay una oscuridad y claridad demasiado marcadas, pero se equilibra con los dilemas morales introspectivos que se plantean. El reparto coral es maravilloso, todos los actores brillan en sus papeles y conforman un equipo actoral con un gran talento. Luego, a nivel artístico, hay una identidad con personalidad. También tiene un montaje muy bien cohesionado y una creación audiovisual acorde a la historia que se explora en pantalla. El grito ahogado de los refugiados que busca el debate y una conversación imprescindible.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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15 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La miniserie ‘Desplazados’, estreno de Netflix, se acerca a la problemática de la inmigración con honradez intelectual, aunque atesora una evidente falta de chispa. Contando con Cate Blanchett entre los creadores de la propuesta (también se luce en un papel secundario) es uno de esos productos que sucumben ante su propia corrección. Nos sitúa en Australia. Sobre su yermo y gigantesco desierto se ubica un centro de internamiento para inmigrantes irregulares y refugiados.

Sobre las vivencias de cuatro personajes que coinciden en aquél lugar, la serie nos sumerge en las complejidades inherentes a la gestión de una odisea colosal. Una alta funcionaria estatal comprometida en su trabajo (Asher Keddie), un guardia del centro (Jai Courtney), un refugiado afgano que ha perdido a parte de su familia en el camino (Fayssal Bazzi) y una mujer con problemas mentales (Yvonne Strahovski) sirven para que la propuesta toque numerosos palos, recreándose en el matiz.

‘Desplazados’ esquiva el estereotipo y nos muestra una realidad enrevesada, dónde no caben los juicios precipitados ni las aseveraciones a bote pronto. Refleja la dureza del internamiento, la burocracia martilleando a personas con sueños e ilusiones, acentuando los males provocados por la ausencia de expectativas y la prolongación en el tiempo de coyunturas a priori interinas. Pero no sucumbe a la tentación simplista de crucificar al sistema (pese a sus fallos y deficiencias). Lo retrata a través de las vivencias de sus trabajadores. Veo funcionarios no intrínsecamente malos, con dudas, bajo presión, debatiéndose entre tesituras de gran calado y carga emocional, lidiando con activistas, opinión pública y el cumplimiento de su deber en un desempeño ingrato.

Sin embargo, la serie adopta un tono en exceso aséptico, por lo que la narración se torna mecánica, el ritmo plano y los elementos dramáticos pierden fuerza. Falta el toque personal, el sello distintivo de una obra con pretensiones de trascender. De ir más allá de una acertada exposición de motivos. Yvonne Strahovski anda resuelta en su papel de mujer con el juicio extraviado. Ella es otra cara de los desplazados. Aquellos que la propia sociedad se encarga de arrinconar. Y ofrece un lado enormemente perturbador.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es
Juan Pablo
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15 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cate Blanchett es la creadora y productora de esta miniserie australiana de seis episodios, donde también se reserva un papel secundario.

Un centro de detención de emigrantes en medio del desierto de Australia es la base para cuatro historias con diferentes puntos de vista sobre el tema de los refugiados. 

Sofie Werner, interpretada por Yvonne Strahovski, (El cuento de la criada) es una azafata australiana que sufre graves problemas de salud mental provocados por un trauma experimentado mientras estuvo metida en una secta religiosa, al final suplantando una identidad falsa de una mochilera alemana acaba encerrada por error. Ameer (Fayssal Bazzi) es un refugiado afgano detenido en el centro en espera de que le concedan el asilo político en el país, a él y a su hija. Cameron (Jai Courtney) es un hombre de buen corazón que comienza a trabajar en el centro de detención para sacar a su familia adelante, pero no está muy de acuerdo con lo que está viendo. Y por último Clare (Asher Keddie) es la nueva directora del centro que intenta darle la vuelta a la mala fama que tienen estas "prisiones" por parte de la prensa.

Los líderes de la secta son Cate Blanchett y Dominic West, que aparecen en los dos primeros capítulos y en algunos flashbacks. Pero el peso de la serie lo lleva Yvonne Strahovski, un gran papel de una chica con esquizofrenia y con una difícil relación con su familia. Basándose en la historia real de Cornelia Rau una chica australiana que permaneció encerrada durante 10 meses en 2005 hasta que se pudo identificar como una mujer desaparecida.

Este drama humano puede extrapolarse a nuestro país perfectamente, donde también hay centros de internamiento de inmigrantes. La serie te permite ver algunos de estos serios problemas de esta gran injusticia, con un guion sumamente interesante que consigue engancharte de principio a fin. 
Destino Arrakis.com
videorecord
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19 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción se centra en un centro de internamiento de solicitantes de asilo político en pleno desierto australiano. El argumento se fija, principalmente, en un padre e hija afganos, en una azafata australiana que ha acabado allí tras una azarosa huida, primero de una secta y después de su propia familia, en un guardia de seguridad del recinto que no encaja con su trabajo y en una funcionaria a quien su labor en ese lugar parece venirle grande.

Miniserie de seis capítulos, de una duración, cada uno, de unos 55 minutos, cuyo mayor gancho para conseguir audiencia es que Cate Blanchet ha participado en su idea, guion y dirección.

He de partir, a la hora de analizar este trabajo, de que la intención de llevar a cabo esta obra televisiva es muy loable. La denuncia de la situación en los centros de internamiento de refugiados en Australia, aunque la acción se sitúe hace quince años, es valiente y necesaria. Hoy en día, en el inmenso país oceánico, lo único que ha cambiado al respecto es que a los refugiados les es muchísimo más difícil llegar a la costa australiana de lo que ya les era por entonces. La serie deja de manifiesto que el Gobierno de aquel país no permite al ACNUR (Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados) que se instale en su territorio, algo que toda Europa también hace, y que las labores de mantenimiento, cuidado y vigilancia de tales lugares le son cedidas a una empresa privada; lo que repercute negativamente en los internos.

Técnica y artísticamente 'Stateless' ('Apátridas', título original, me parece mucho más adecuado que el que se le ha dado en España) está pulcramente realizada. Se nos muestra una crudeza que al espectador le resulta realista (no olvidemos que la historia de la azafata está basada en un hecho real) y queda bien resuelta, sin cabos sueltos por medio. Lo peor, desde mi punto de vista, es que le sobra metraje, que esta historia se podía haber contado con mayor eficacia en un largometraje, y que aquí, los capítulos intermedios, resultan un tanto reiterativos mientras la narración apenas avanza. Otro defecto, muy común en muchas series o miniseries, es que la escasez de presupuesto resulta evidente.

Las interpretaciones, en su conjunto, resultan aceptables.
Juan Ignacio
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1 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desplazados - Stateless

“Desplazados” es una miniserie australiana de 6 episodios que corta el aliento y nos parte el corazón, sobre todo cuando nos informan de que los hechos que presenciamos no se han originado en la imaginación de un brillante guionista sino que responden a una realidad tan angustiosa y deprimente que parecen ficción. Han pasado 20 años desde el comienzo del nuevo siglo y continuamos caminado en la dirección equivocada. En el año 2000, cuando se desarrolla la trama y al igual que hoy, millones de refugiados huían del hambre y de los horrores de la guerra que asolaban sus países de origen con la esperanza de encontrar un futuro y una vida mejor en los paraísos occidentales. En ese largo éxodo de final incierto se embarcaban millones de infelices arriesgando sus propias vidas y la de sus esposas e hijos. Sólo un reducido número de ellos conseguía finalmente su objetivo después de sortear todo tipo de peligros, incluyendo a las mafias que no sólo les despojaban de lo poco que tenían sino que, en muchas ocasiones, les abandonaban a su suerte. Pero los más privilegiados, aquellos que vislumbraron su radiante Ítaca y permearon sus sagradas fronteras, ignoraban el nuevo infierno que les aguardaba.
Esta descarnada historia tiene lugar en algún lugar del desierto australiano. Llegados de Afganistán, Pakistán y otros zonas limítrofes, emigrantes mulsulmanes son confinados bajo un sol abrasador en campos de concentración protegidos por vallas insalvables. Humillados, despojados de derechos, privados de dignidad y tratados como animales por guardianes poco escrupulosos, esperan que el Departamento de Inmigración de Australia decida su destino. Muchos permanecen durante años atrapados en un tortuguismo burocrático deliberadamente lento con la única finalidad de dificultar su normalización. En medio de esta insoportable pesadilla, la desesperacion y la rabia se apoderan de ellos y algunos brotes de insurrección rompen la tensa calma del recinto para de inmediato ser brutalmente sofocados por sus implacables carceleros.
Y en este limbo siniestro, debido a un incomprensible error administrativo, cayó la joven Cornelia Rau, nacida en Alemania. Cuando apenas contaba con 18 meses de edad, sus padres emigraron a Australia para reiniciar una nueva vida. Sobre la bellísima actriz australiana Yvonne Strahovski recae la responsabilidad de interpretar a Cornelia -afectada de un grave trastorno mental- que por razones que este cronista desconoce recibe en la serie el nombre de Sofia Werner. Su trabajo es sobrecogedor, nos transmite todo el dolor y sufrimiento que esta criatura padece, su situación de indefensión, el grado de degradación y trato inhumano a la que durante más de seis meses fue sometida antes de ser liberada. Y lo hace con tal realismo y convicción, inspira tal compasión, que uno es incapaz de desentenderse de la tensión dramática que inyecta a su personaje.
Y hoy, dos décadas después, la situación no ha cambiado. Al contrario, mientras miramos hacia otro lado, un ejército aún mayor grita aterrado, golpea desesperadamente el muro de nuestras fronteras y malvive hacinado en porquerizos insalubres, carentes de higiene y de un mínimo de servicios e impropios para cualquier ser humano. Newton nos demostró que cada acción tiene su reacción, un ley física que también encuentra su aplicación en la conducta humana. Así que ojo, no vaya a ser que un día seamos nosotros los que llamemos a las puertas de aquellos que hoy olvidamos.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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