Regreso a Córcega

*Mirar al pasado

Cuando somos pequeños nuestros padres toman decisiones por nosotros en función de sus valores, estos pilares inquebrantables son lo que nos van construyendo como personas. Esa admiración y ausencia de duda sobre la toma de decisiones, se ve atravesada diametralmente por la adolescencia o la premadurez, en la que comenzamos a cuestionarnos el papel de nuestros progenitores, llegando a rememorar ciertos momentos para comprender qué es lo que nos ha provocado ser como somos.

En esta historia una madre y dos hijas se ven obligadas a volver a sus orígenes para reconectar consigo mismas y con el entorno familiar que les rodea. Khédidja, la madre, trabaja para una familia adinerada en París que le ofrece cuidar de los niños durante el verano en Córcega. Esta es una oportunidad para ella de regresar a la isla que dejó atrás hace años junto a sus hijas, Jessica y Farah. Las tres tratan de encontrar su identidad en un espacio que habitaron previamente.

Esta revisión del pasado es llevada a cabo por las tres a partir de sus distintos puntos de vista, muy marcados por los valores de la familia que han creado y por diversas cuestiones identitarias que les hacen replantearse lo que ha sido su vida hasta el momento, e incluso, lo que significa la unión familiar para ellas estando en etapas vitales muy distintas, con conflictividades diferentes.

*Identidades difusas

Dentro de la estructura de Regreso a Córcega podemos observar tres puntos de vista distintos, que están entrelazados de una forma magistral, al igual que pasaba en su anterior y maravillosa obra, ‘La fractura’ (2021), donde el motor era la diferencia de clases, un tema que, a pesar de estar presente en esta trama, tienen más presencia el amor y la búsqueda de la identidad; sexual, intelectual y de pertenencia.

Si bien es cierto que la estructura tiene una vocación didáctica y está construida partiendo de una narratividad simple para poder cuadrar cada una de las historias y enmarcarlas en un marco conjunto, es igualmente disfrutable dada la sencillez y humanidad de lo que nos está contando. Consigue sin grandes aspavientos acercarnos a la incertidumbre y el dolor de una madre que hizo lo que creía conveniente, de una hija que no es capaz de encontrar su sitio o de otra hija que no acaba de aceptar su propia sexualidad. Desgraciadamente todos los temas se quedan en el aire dejando demasiadas preguntas abiertas a la interpretación del público.

Pero todo se sostiene gracias a las increíbles actuaciones de Aïssatou Diallo Sagna, Suzy Bemba y Esther Gohourou, que realizan un trabajo actoral impecable, mostrando las luces y las sombras de unos personajes llenos de complejidad interior, que llenan la pantalla en todos los sentidos.

*Conclusión

En Regreso a Córcega Catherine Corsini demuestra una vez más su gran capacidad para trabajar con la realidad y moldearla a su gusto como una alfarera del tiempo y las historias. Sin embargo, la simpleza de su estructura y el trazo gordo de su narrativa emborronan la importancia de la esencia de la historia y de los distintos temas que esta trata.

El punto fuerte sin lugar a dudas son las actuaciones, pero la cámara y el color no ayudan a que estas se luzcan de una forma magistral, con una imagen ciertamente plana, narrada con simpleza y en ocasiones feísmo. Aún así, debemos dejarnos arrollar por historias como esta en la que cada frase tiene importancia y donde prima lo emocional ante todo.

Escrito por Santiago Varela Antúnez

Interesante, pero a la vez irregular, drama francés, que aborda diversas cuestiones, no siempre presentadas de forma clara y convincente.

Se ve fácil, no es farragosa en su narración, pero tampoco emociona y al final deja una sensación de haber visto algo digno y respetable, pero no demasiado atractivo.

Lo mejor son las interpretaciones de las tres actrices principales, la madre, con encontrados sentimientos y las hijas, las dos bien diferentes... o quizás no tanto en el fondo, plasmando sus problemas personales con el entorno y con la unidad familiar, que se puede resquebrajar a causa de secretos del pasado y mentiras que viajan del pasado al presente y pasan factura.

No me ha gustado demasiado en cuanto a entretenimiento se refiere pero tampoco me ha disgustado. Tan sólo la olvidaré pronto sin mayor problema.

https://filmsencajatonta2.blogspot.com/

Una modesta película francesa que pudo verse en el Festival de Gijón, es «El retorno» (Le retour) una historia sencilla, tratada con bastante ternura, que consigue conmover. Gracias en parte a sus tres protagonistas principales, la madre y las dos hijas, las cuales desprenden mucha energía aportándole al film mucho interés.

Khédidja, es una empleada de hogar que es contratada como niñera de una familia de París adinerada. Para ello tiene que viajar a Córcega donde pasaran las vacaciones de verano. En la isla vivió y enviudo, marchándose después con sus dos hijas a Francia para no volver. Sus dos niñas hoy son dos jóvenes adolescentes, Jessica y Farah de 18 y 15 años, que vuelven con su madre a la isla. La madre convive con sus recuerdos de su marido fallecido al recordar su vida anterior, mientras las hijas hacen amistades nuevas, y participan en fiestas, pero descubren algo de su pasado…

El guion y dirección es de Catherine Corsini, una realizadora que estrenó hace dos años entre nosotros la interesante «La fractura», sabe manejar muy bien a los actores y a un personaje más llega a ser la Isla mediterránea. Las actrices están estupendas y muy creíbles, Aissatou Diallo Sagna como la madre, una mujer luchadora e inspiradora y las dos hijas son Suzy Bemba y Esther Gohourou. En papeles más pequeños tenemos a la pareja rica que son Denis Podalydes y Virginie Ledoyen.

Los fantasmas del pasado, el despertar sexual, o el racismo se plasman bien en la película, que sin ser nada especial aporta bastante realismo y sentimiento a la hora de plasmar las ideas.
Destino Arrakis.com

Catherine Corsini es una guionista y directora francesa con bastantes largometrajes a sus espaldas. Su cine pretende ser de denuncia social, pero sin gran profundidad.

Tuvo una gran idea al emprender el guion de "Regreso a Córcega": un drama familiar interracial, intergeneracional e inter clases-sociales, si se me permite el término. El planteamiento interesante estaba servido y los primeros diez o quince minutos del metraje la realizadora los desarrolla con sugerente belleza. A partir de la llegada a la isla, se acaban las ideas y cualquier atisbo de profundización o reflexión. El relato se estanca constantemente ya que, lejos de mostrarnos el interior de las personas o desarrollar nuestras propias ideas al hilo de los diálogos, Corsini deambula sin ritmo coherente en lo que parece un documental turístico de la isla salpicado de soflamas panfletarias y simplistas.

El buen trabajo de los actores, sin duda lo mejor, por no decir lo único bueno, del film transcurre con la misma resignación que los supuestamente explotados trabajadores. Son llevados por la directora a través de fiestas desbocadas a relaciones sexuales caprichosas y abusivas sin que nada de ello muestre lo que, según parece, pretende denunciar. Algo que, por otra parte, en este bien entrado siglo XXI está más que visto.

Una pena que se haya desperdiciado el papel de Farah, la hermana pequeña, que, como el Guadiana, va apareciendo de vez en cuando representando lo único realmente auténtico, creíble y, en parte, original de esta película.

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