Ríos y mareas

Curiosa y original aproximación a la obra de Andy Goldsworthy, artista plástico que trabaja con materiales como piedras, agua, hielo, hojas de los árboles o ramas con las que compone efímeras esculturas que quedan perfectamente integradas en la naturaleza, precisamente por formar parte de ella misma. Es también la propia naturaleza la que se encarga de hacerlas desaparecer, sin causar impacto, sin provocar ningún daño, volviendo a adueñarse de los elementos que le fueron arrebatados, reintegrándolos de nuevo a su primitivo origen.

Si no fuese por la fotografía o el cine, este particular desarrollo artístico sería tan limitado que no quedaría constancia de él y es por eso que en este documental no sólo se nos acerca al proceso creativo y a la concepción artística de su creador, sino que se logra inmortalizar algunas de las más bellas obras de Goldsworthy, para acercarlas a ese potencial público, amante de las artes plásticas, que nunca tendría la oportunidad de disfrutarlas en vivo.

"Ríos y mareas" no es una película corriente por lo que no gustará a los espectadores acostumbrados al cine más convencional. De ahí que, a priori, este documental parece más bien destinado a ser proyectado en museos que en las salas cinematográficas convencionales.

Recomendable para todos aquellos que disfrutan con la escultura, la pintura y la fotografía o para los que están interesados en contemplar el desarrollo de una idea artística desde su concepción inicial hasta su materialización, todo ello explicado por el propio artista.

Esta obra es una joya que contiene escenas maravillosas. Escenas de arte para soñar que al ser humano le queda la esperanza de ser libre y estar en armonía con la naturaleza. ¡Tópico conseguido! Libertad de crear un mundo propio donde vivir plenamente. Para pasárla al Ipod junto con "Tierra" de la BBC. Gracias.

"Ríos y Mareas" no es una cinta comercial al estilo de Hollywood. Para nada es así sino más bien todo lo contrario, ya que puede resultar extremadamente soporífera para aquellos que no entienden la magia del silencio, del bosque, del agua.

Se trata de un más que merecido homenaje a la Tierra y a sus recursos naturales porque, aunque Andy Goldsworthy juega con ellos y, en cierto modo, los manipula para obtener un resultado distinto al natural, lo hace desde el respeto que lleva implícito la manipulación sin agresión. En realidad Goldsworthy juega con los elementos y el resultado es espectacularmente bello, visualmente hablando. Además, el hecho de que se trate de arte esencialmente efímero lo eleva a una categoría superior, porque su disfrute es un regalo para los sentidos.

El documental es uno de los géneros cinematográficos que más me gusta. Sobre todo aquellos que no se limitan a contar algo de forma convencional, si no que bien recurren a una narrativa especial, bien lo que cuentan, es algo excepcional que cambia tu modo de ver el mundo, o al menos una parte de él. Ríos y mareas del alemán Thomas Riedelsheimer es uno de esos. Un documental de una belleza indescriptible y que a través de esta belleza va liberando cargas de profundidad que tocan lo más interno, removiéndolo, dejando aflorar sentimientos profundos y escondidos. Del mismo modo que las aguas frías del océano profundo afloran en verano, trayendo a la superfice una enorme riqueza en forma de nutrientes, Rios y mareas consigue congelarte en su belleza y nutrirte en lo espiritual.
El acierto no sólo se debe a la magnífica dirección de Riedelsheimer, a la fantástica fotografía, o la perfecta comunión empática entre director y artista, o la obra artística que intenta mostrar. El acierto también se debe a la figura magnética del escultor, ambientalista y visionario Andy Goldsworthy. Un hombre cuya obra se mimetiza con la Naturaleza, de tal modo que uno no sabe donde empieza o acaba lo que hace, de hecho, arte y Naturaleza forman un todo único, indivisible, complemantarios, uno no es posible sin el otro.
Con un material así la película sólo podría ser buena, sería casi imposible mancillar esa belleza, sin embargo, la cámara no se limita a mostrar la obra, consigue hacernos partícipes de esos momentos mágicos en los que la Vida engulle al arte y lo transforma en algo único. En ese momento, y si estamos preparados, las imágenes nos trascienden y los sentimientos afloran, las enseñanzas que llevaban tiempo ocultas afloran a superficie y cuando acaba la película no somos las mismas personas que cuando comenzamos a verla. Riedelsheimer y Goldsworthy nos han hechizado, el cambio es inevitable, irreversible.

Para los que buscan.
Lo mejor: todo, no sobra ni falta nada. Descubrir a un artista como Andy Goldsworthy.
Lo peor: no haberla visto antes, aunque quizás haya llegado en el momento justo a nivel personal.

"Rivers and Tides" es una joia de documental que, a través de planos exquisitos y música hipnotizadora, nos muestra el vínculo entre Andy Goldsworthy y la naturaleza. Arte en la más pura esencia.

Estamos ante una experiencia sensioral que nos fascinará. Sentiremos una immensa admiración por la forma con la que Andy vive, siente y ama la naturaleza. Definitvamente nos enamorará y hará que envidiemos esos vínculos que le unen a la tierra y al agua. Vínculos que perdimos ya hace mucho tiempo y que ahora él, a través de sus vivencias, pone en valor.

Lo que hace Andy Goldsworthy es simplemente genial, pero no hay que olvidar el excelente trabajo de Thomas Riedelsheimer y su equipo por contárnoslo con esta delicadeza y maestría.

Pocas veces pondré un 10, pero este fabuloso documental se lo ha bien merecido.