Alerta global

Esta película no es un desastre, como afirma la primer crítica que leí por aquí. El problema es que narra demasiadas historias, algunas de ellas muy atractivas, pero no profundiza en ninguna. O sea: asistimos a una sucesión de historias un tanto inconexas cuya amalgama no cuaja. Además eso genera personajes un tanto planos, sin carnadura en lo real.

Es entonces un bodrio? No, para nada. Es una película interesante a la que le faltaron un par de vueltas de tuerca en el guión para transformarla en muy buena. Si te gustó (como a mí) la serie "Black Mirror", "Warning" te va a interesar.

Warning quiere ser Black Mirror. Y no lo es.
Un pastiche de subtramas y géneros que busca la crítica social a partir de la distopia.
Contiene alguna situacion interesante (ese Dios 2.0), pero el conjunto es muy endeble, con diálogos y personajes muy toscos.
No es un despropósito, pero tampoco va a ningún lado.

Película que intenta mostrar de forma impostadamente cruda una serie de reflexiones sobre la tecnología futura y la miseria humana. Está más trabajada a nivel visual que a nivel de guión y se nota en los diálogos, que son tirando a pobres, o los personajes, que no tienen ningún carisma ni despiertan mucha empatía.

La sátira o el humor negro que muestra son tan extremadamente livianos que no sé muy bien si es intencional o un fallo. Intenta querer mostrar una cruda realidad pero es tan sumamente superficial y obvia que no acierta a dar ningún golpe de la multitud que le suelta al público.

Mi nota es un 5'8

Numerosos plumillas, a sueldo y aficionados, han señalado el parentesco entre esta película y «Black Mirror» (ídem, 2011-2019). No les falta razón; de hecho, «Alerta global» parece una temporada, varias incluso, de la icónica serie creada por Charlie Brooker —y luego desvirtuada por Netflix— condensadas en apenas 80 minutos.
Semejante esfuerzo de concisión resulta encomiable, si bien conlleva varios problemas. El primero, la irregularidad del conjunto, con subtramas interesantes y otras definitivamente prescindibles. Otro, el escaso desarrollo de la media docena de historias entrelazadas que la componen, recorridas por unos personajes que no pasan de meros esbozos.
Con todo, la cinta de Agata Alexander no carece de mérito, y la comparación con una de las producciones más influyentes del audiovisual contemporáneo tampoco me parece algo de lo que avergonzarse, más bien al contrario. En efecto, su visión de la distopía, lúdica y desoladora a un tiempo, y a la vuelta de la esquina —2028, tal como se desprende de una noticia oída al vuelo por uno de sus protagonistas—, resulta ciertamente sugestiva.
También me ha gustado la estética retrofuturista, con sus paredes empapeladas y teléfonos analógicos. Y esa especie de Alexa totémica dada en llamar, no demasiado sutilmente que digamos, «Dios». Un puñado de encuadres de surreal belleza lynchiana ponen el lazo a una obra un tanto deslavazada en el plano argumental, pero que visualmente se antoja impecable.

La película intenta transmitir una idea en base a contar varias historias que se entrecruzan. Planteada así, la película es profusa en situaciones y personajes que al final da como resultado un film con tramas muy poco coherentes y personajes sin ninguna profundidad. Por lo tanto quedan situaciones sin desarrollar ni completar las ideas, los personajes, las tramas, etc.

El guión parece con intenciones de contar las cosas con fatalismo y sordidez típicos en la literatura barata (pulp fiction), el cine gore y de comedia negra.

El plantel actoral realiza un trabajo aceptable en donde nadie se destaca.

Esta producción está al nivel del "telefilm" barato con que suelen rellenar los espacios los canales de TV.

Se puede ver como entretenimiento pasatista, pero no es para nada una buena película.