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Cinco días en Saigón

Drama. Romance Lan, azafata de vuelo, llega cada semana al aeropuerto de Ho Chi Minh y se dirige al mismo hotel cada vez. Hai, un guarda de zoo, vive tan sólo para sus animales hasta que su jefe le anuncia que su apreciado elefante será trasladado a un zoo indio. Thuy vive en los suburbios de la ciudad y no tiene más opción que trabajar en una fábrica de bambú. Ninguna otra opción hasta que decide escapar hacia la ciudad. En cinco días, tres extraños ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
22 de julio de 2009
21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una lástima el caso de ‘Cinco días en Saigón’. Ante el clásico bombardeo veraniego de blockbusters, el público más deseoso de abrirse a propuestas distintas, vería en el filme de Stephane Gauger algo parecido a un oasis. No en vano, no todas las semanas llega a nuestras pantallas una película vietnamita. Desgraciadamente, la nacionalidad asiática sólo se ve reflejada en las localizaciones usadas para rodar la historia. Lo que apuntaba a una experiencia de lo más exótica acaba cayendo en los convencionalismos del cine de calado más occidental.

La razón de este desfase entre expectativas y resultado final puede hallarse en la propia biografía del director. Nacido en Vietnam, Stephane Gauger no tardó mucho en mudarse por razones familiares a tierras californianas, donde se educaría y formaría como cineasta. Esta perceptible mezcla cultural (con un tanteo claramente favorable a la influencia americana), que tan buenos frutos podía dar es la que acaba provocando una pájara mental considerable al cineasta, resintiéndose así un producto que precisamente nunca parece encontrar su lugar.

Con los compases de una banda sonora con tintes de insoportable pseudo-espiritualismo, avanza una trama torpe, ñoña y de escaso interés. Sólo tiene números para salvarse de la quema la lucha por la supervivencia de la joven Thuy. La explotación infantil, así como la pérdida de la inocencia y el desamparo de una niña perdida en una caótica y peligrosa urbe, es un frente en el que se puede construir un discurso atractivo a la vez que crítico. Pero la película no persigue estos objetivos. La única licencia que se permite al respecto es un vergonzoso medio minuto en el que se nos muestran a unos cuantos chavales presuntamente sin nadie que cuide de ellos. Un recurso lamentable usado para ablandar el corazón del espectador que, acabada la película, se abalanzará al teléfono para donar dinero a la primera ONG que se le ocurra (claro, habría que ser un monstruo para no hacerlo).

Asomos lacrimógenos aparte, ‘Cinco días en Saigón’ es un fallido drama romántico que pierde el rumbo cuando el guión ya no puede ocultar más el poco atractivo de sus protagonistas... y esto sucede demasiado pronto. No hemos llegado ni a mitad de los cinco días prometidos y hace tiempo que toda esperanza puesta en la historia se ha desvanecido. Es en este momento de desolación cuando uno espera al menos llevarse una postal de recuerdo. A falta de una trama interesante, es de esperar que Gauger tendrá la decencia de ofrecer buenas panorámicas de Saigón. Ni eso. Thuy, Hai y Lan están siempre delante, privando al espectador del chapuzón en el “océano sensorial” asiático que tanto publicita el director.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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5 de abril de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera incursión en el cine como director, del vietnamita-americano Stephane Gauger, que hasta el momento había desarrollado sus funciones dentro de este arte como guionista, director de fotografía y otros empleos técnicos en diversos cortometrajes y documentales. Con “Cinco días en Saigón” ha sabido construir una historia agradable que tiene la capacidad suficiente para ser hermosa, dibujando algunos momentos de gran belleza e impacto que la benefician considerablemente. Prepara una pequeña lista de historias paralelas para intentar llegar a un punto en el que todas o algunas de estas puedan llegar a cruzarse y dar así rienda suelta a la imaginación del guión escrito por el propio Gauger, que combina el realismo descarnado con el melodrama obligado, teniendo como resultado una buena película cuya fuerza dramática, pese a no alcanzar una cima que llene la pantalla de desesperanza, ofrece diversas experiencias de marcado interés.

Por las calles de Saigón (que hoy es conocida como ciudad de Ho Chi Minh a pesar de permitir el uso popular de la otra denominación) vagan diversas almas en pena. Una solitaria pero bondadosa azafata de vuelo cuyo nombre es Lan (Cat Ly); Hai (The Lu Le), un joven encargado de un zoológico local encerrado en la melancolía que despierta el hecho de haber sido rechazado en matrimonio por la que iba a ser su mujer; y Thuy (Han Thi Pham) una adorable niña pequeña huérfana que se ha escapado desde la fábrica en la que trabajaba bajo las órdenes de su estricto tío Minh (Nguyen Hau). Mientras que la azafata, a pesar de su belleza y definida personalidad, lleva una vida bastante apartada del resto de la sociedad con el deseo de querer encontrar a su príncipe azul entre tanta penumbra, Hai vive con el miedo en el cuerpo de que le arrebaten a lo único que le queda por querer en este mundo: el preciado elefante que ha cuidado desde que nació el animal, y que hoy las autoridades locales pretenden venderlo a un zoo de la India. La pequeña Thuy, aturdida por una vida de “sólo trabajo” en la fábrica de persianas de su tío, recorre en solitario las calles de Saigón con la infante ilusión de hacer su propia vida, mientras vende postales y flores entre los mares de bicicletas que invaden Ho Chi Minh.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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10 de febrero de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Digo yo que existe la manía, en cierto tipo de cine, de atormentar al espectador con el uso desmesurado de lo que se ha terminado definiendo como “cámara al hombro”, que es el apelativo más agradable de su verdadera definición: “no tengo duros pa' comprarme un trípode”. Sus defensores hablan de la realidad que adquiere este tipo de cine, mientras que sus detractores fundamentan sus iras, con la opinión de que ante la impericia del director de crear un plano que merezca la pena, salvan la situación con el recurso de cabalgar cual jinete con la cámara en mano. S. Gauger es de estos directores que conociendo sus limitaciones, nos atormenta con movimientos de índole pélvica.

Lo peor que se puede decir de una película asiática es que conceptualmente, parece yanqui. Pues bien, esta película narrativamente es casi tan yanqui como el ex presidente texano G. W. Bush y algo menos que “Independece day”. No existe personalidad propia puesto que huele como casi todo lo que sale de la industria pastelera de Hollywood: huele a producto precocinado.

Puede que películas con mejor resultado huelan menos a phò; y no percibamos con la misma soltura el aceitoso Ke Ga, pero existe medio minuto pseudo-documental en “Owl & the Sparrow” que es de auténtica vergüenza, y sólo por ello, su director no merece hacer más cine.
Chagolate con churros
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17 de abril de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece que uno de los errores más evidentes de esta película está en la traducción del título original. Si la tradujéramos comprobaríamos que hay algo que no cuadra, ya que de "El Búho y el Gorrión" a "Cinco días en Saigón" hay una pequeña diferencia, más que nada por lo que te pueda sugerir en un principio el contenido. Porque esta claro que la persona que pensara que iba ver ilustrada la ciudad de Saigón o propiamente la misma cultura vietnamita, se llevaría una autentica desilusión. Vamos que podría haber sido la misma tanto si es rodada en cualquier ciudad de los países colindantes, o hasta incluso cualquier otro país del mundo en las puertas del desarrollo, como lo está Vietnam. Y menos mal que no la tradujeron como: "Cinco días en Ho Chi Minh".

Por el auténtico título me surgiere que la película es como una especie de fábula. Una fábula que es idealizada por la niña que compara a la pareja de protagonistas con animales y nos transporta a un mundo infantil con argumento muy sencillo y conmovedor.
La idea general de la película, o por lo menos es lo que a mí me parece, es la de alabar y conmover con una bonita y delicada edad como es la infancia. He aquí la explicación a esa escena fuera de argumento de escaparate de niños que se nos ofrece a poco de terminar la cinta.

Una de las cosas que más fastidiaba de esta película son los movimientos de la cámara a modo de cámara domestica, que aunque entiendo es para hacer más cercana la historia, en un punto hace que incluso moleste con tanto movimiento brusco y zooms de chiste.
La película viene amenizada con una música intimista con un toque a lo post-rock que en algunas ocasiones resulta poco apropiada y algo repetitiva pero que le da el sentimentalismo a la historia.

En resumen una película que para nada es de género étnico que con pequeños tintes hollywoodenses la dejan con el culo al aire y de lo que únicamente salvaría sería su idea de salvaguardar la infancia, que muy bien resume esta frase que dice la protagonista a la niña:
"Thuy aún eres una niña y sigue siéndolo tanto tiempo que puedas".
Rubiolvera
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18 de agosto de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tener la oportunidad de ver una película vietnamita en los cines de una pequeña ciudad es casi un milagro. Como milagro, podíamos calificar la historia de esta película, tres personajes cuyas vidas acaban por cruzarse por puro azar. Una niña, maltratada por un tío que la explota laboralmente y que decide huir en busca de nuevas oportunidades. Un joven cuidador de animales que subsiste trabajando en un zoo a punto de cerrar. Una joven azafata de vuelo sin rumbo fijo y en busca del amor desesperadamente. Finalmente todos acaban compartiendo sus vidas en un final feliz y un poco forzado. También resulta milagroso que el título internacional La lechuza y el gorrión, que se citan, por cierto, en una escena, se haya convertido en cinco días en Saigón.
Lo mejor: transmite paz y sosiego, un buen rollo existencial.
Lo peor: está cogida con alfileres, y hay que poner mucho de nuestra parte, demasiado previsible.
La escena: el retrato de una ciudad como Saigón, a veces, casi podemos oler las frituras callejeras.
Para hambrientos de cine asiático en sala de cine.
lughnasad
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