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Chagolate con churros rating:
5
Drama Fresh faced and naive, 17-year-old Bennie arrives in Buenos Aires to search for his older brother who has been missing for more than a decade. The family had emigrated from Italy to Argentina, but with the great musical success of their father Carlo, an acclaimed symphony conductor, the family moved from Argentina to New York. When Bennie finds his brother, the volatile and melancholy poet Tetro, he is not at all what he expected. In ... [+]
Language of the review:
  • es
June 30, 2009
38 of 49 users found this review helpful
Coppola estrena. Y a pesar de los continuos batacazos, cuando se dice “Coppola estrena” el mundo cinematográfico se para. Y queréis que os diga algo, que me parece perfecto. No existe en la faz de la tierra un director en activo que haya dado el cine lo que Coppola le ha dado. ¿Y debemos por ello darle tanta atención? Al menos, debemos darle respeto e interés. Al menos nos deben dar la oportunidad de poder ver sus películas. Cosas sencillas que no pasaron con su anterior trabajo. Cosas sencillas que la industria cinematográfica niega a uno de los directores que más ha hecho por la industria.

La familia Coppola.

Karl Maria Brandauer (Carlo Tetrocini) le dice a su hijo Lucas di Conza (joven Tetro): “Sólo puede haber un genio en la familia."

“Tetro” es excesivamente personal y por supuesto imperfecta. Las personas tenemos la manía de no ser perfectas y los directores que no rinden cuenta tienen la costumbre de llenar las películas de manías. Pienso que “Tetro” es un alarde indiscutible a nivel técnico y tecnológico. Y que diga eso no viene a decir que me guste el blanco y negro que usa, porque no me gusta mucho. Pero es que yo también tengo mis manías y para mí el B/N es el de toda la vida (que usó de manera soberbia en “La Ley de la calle”) y no un B/N modernete donde ni el blanco es White ni el Black es negro.

Existe un tratamiento del color diferente para las escenas comprendidas en el pasado. Entre estas sobresale, quizá mi escena favorita, cuando el joven Tetro lleva a su joven novia a que conozca a su padre. La escena en sí, es todo un homenaje a cierto cine ya extinto, es un homenaje a Sirk y su “Imitación a la vida”. A ese color pastel nada real pero siempre cercano al polvo de las estrellas. Y es ese color, lo único que yo recuerdo de “Imitación a la vida”.

No sé si cuando Coppola escribía el guión tenía en mente al manchego Almodóvar. Pero uno empieza “Tetro” y piensa que va a empezar un espectáculo y termina de ver “Tetro” y piensa que ha visto a un flojo Almodóvar: con una Maura almodovariana, con una trama almodovariana y con pocos reflejos de calidad de lo que en su día fue el director estadounidense más respetado de Hollywood.

Entonces, “Tetro” es ni más ni menos que una mala historia. De esas de casi culebrón, de esas de entonar los ojos y casi avergonzarse; pero tiene la osadía de romper los esquemas del melodrama y montar un buen número de escenas que escaparían a la lógica del bueno de Douglas Sirk. Y aquí es donde gana la batalla Coppola. En el momento donde olvida el melodrama (y con ello a Almodóvar y Sirk) y su independencia crea libertad; y la libertad una rebeldía difícil de calibrar.

Puede que “Tetro” peque, como dije en un principio, de excesos pero tampoco veo extraño que la película pueda ganar en el futuro. Demostrando que el arte está vivo y que en muchos casos, es la forma de mirar el arte lo que debe cambiar.
Chagolate con churros
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