Quentin Tarantino. Un director por el que he perdido todo el enorme respeto que una vez le tuve. Un genio que me ha defraudado enormemente. Un tipejo que me ha hecho salir de una sala de cine completamente indignado como nunca antes me había pasado.

Me parece que el de Tennessee ha perdido el norte. Sí, siempre había estado muy loco y no me quiero ni imaginar lo que habrá llegado a pasar por su cabeza, pero ya ha llegado a un extremo en el que piensa que todo vale. Lo que ha hecho es muy grave. Esto NO se hace. Le podría perdonar que hiciese una película insulsa a estas alturas, en la que parezca que ha perdido el interés, todos los genios tienen alguna metedura de pata, todos los grandes músicos sacan un disco malo. Pero esque ha hecho Death Proof con todas sus ganas. Y ha herido mi orgullo.

Los filmes de Quentin siempre habían tenido unas cuantas toneladas de diálogos a cada cuál más perlita, personajes muy bien trazados, con grandes personalidades, charlas de muchos kilates, superlujo. La Royal con queso, la discusión sobre Madonna, el señor Lobo y su Acura, Marcellus Wallace, por favor. Pues en aqui nos mete a unas señoritas que nos torturan con interminables charlas que parecen sucedáneos del peor capítulo de Sexo en NY, con todo el mal gusto y la menor chispa. Princesitas camioneros que al tercer "se la chupas" ya deseas que aparezca Uma y les de su auténtico merecido. Merecido que debería darles Kurt Russell, que al principio va a ser el gran héroe,el serpiente Plissken de toda la vida, el tipo duro que lleva una chupa espectacular y conduce un muscle car de los 70 que suena como el demonio enfurecido y que sale derrapando de todas partes. Pero el señor Tarantino se empeña en acabar con este mito, de la manera más dolorosa, pisoteándolo y escupiendo en él. Haciendo triunfar a las florecitas rosas y la colonia nenuco sobre el cuero negro y el beber de una botella de bourbon a palo seco con una barba de 4 o 5 días.

Técnicamente es una maravilla. Más le vale. Planos geniales, nada mas empezar, con la cámara siguiendo los talones de la chica corriendo, o la cámara volando por la mesa mientras las arpías cuchichean de sus vanales temas. Ignoro si en sus otras películas Tarantino también se encargaba de la fotografía, pero en esta lo hace de manera mucho más que aceptable. Los pies desnudos de chicas, maldito fetichista, no podían faltar. Alusiones a Kill Bill, unas cuantas. No me molesta que se cite a sí mismo, a estas alturas es algo que se puede permitir. La escena clave de mitad de película le pone a uno los pelos de punta, de lo mejor de Tarantino en cuanto a matanzas. Y la persecución final... más bien me parece un petardo mojado. Podría haberse esmerado y hacer otra más tipo Bullit, los ingredientes los tenía. Y la BSO, siempre ha sido un pilar de sus películas capaz de aguantar todas las toneladas que le quisieras cargar, no puede decirse que sea mala, pero no está al nivel tan alto que había fijado en sus anteriores obras