Siguiendo la estela de El tren de las 3:10 parece que se está asistiendo a un revival del western, género por otra parte, que ya nos está acostumbrando a resurgir y desaparecer cada cierto tiempo. En este caso en forma de western clásico, más cercano al cine de Ford que al formato crepuscular de Leone o de Eastwood.

El segundo trabajo como realizador de Ed Harris ofrece una lección de dominio de los códigos del género, predilección por los planos generales paisajísticos, duelos resueltos a gran velocidad, definición maniquea del héroe (en este caso héroes) como portador de virtud e intachable sentido de la moral y la justicia frente al villano cínico e inteligente, e incluso el plano final recurrente del jinete cabalgando hacia el horizonte en busca de la nueva frontera.

Sin embargo el film de Harris resulta fallido por diversos factores. En primer lugar el excesivo celo académico dota al conjunto de un ambiente frío, despasionado, lo que impide la conexión empática con los personajes. Si bien es cierto que la simbología romántica del personaje interpretado por Mortensen está perfectamente detallada, en el ya citado plano final, la domesticación del propio Harris está demasiado enfocada de forma superficial, sin el tratamiento lumínico adecuado para representar un fin de era.

Pero lo que definitivamente arruina al conjunto es sin duda el personaje de la Zellweger. Su rol en la historia no es la de tradicional mujer florero en el western sino que una de los puntales dramáticos gira en torno a ella. La inserción del triángulo amoroso dramático y la consiguiente desestabilización emocional que ello conlleva al mundo masculino e invariable de los protagonistas masculinos es absolutamente inverosímil debido a su lamentable interpretación, cuya ausencia de registro es substituida por una retahíla de pucheritos y de inexpresividad que convierten cada aparición suya en un plano pesadillesco e insoportable. Su única virtud es que consigue que hasta Ariadna Gil luzca bien en su papel.

Así pues Appaloosa es un western nada desdeñable, bien filmado y que demuestra que este es un género que no debe ser condenado al ostracismo mientras pueda ofrecer productos de cierto empaque. Lástima que un simple error de casting pueda lastrar a todo un conjunto que, de otra manera, podría haber derivado en algo más que en un simple catálogo de buenas intenciones.