El onanismo masculino existe. Así lo debió entender el perpetrador de este telefilm con medios llamado "El bar coyote". Y es que para que pensar en tramas complicadas o en análisis de las complejidades humanas, cuando puedes poner a 4 buenorras bailando sobre una barra y calentando al personal.

Nada más sencillo que eso para mantener al público másculino contento, calladito y babeante, y de paso sin lamentar por una vez, haber acompañado a la parienta a ver una de esas pelis con historia romántica de fondo. Todo aquí es tópico, una historia mil veces contada, unos personajes cuyos roles están más gastados que los neumáticos de un fórmula uno despues de una carrera....Pero sorprendemente todo funciona. Sí, no es que sea una buena película, de hecho está a millones de kilómetros de eso, pero puede que por las canciones o seguramente por la obnubilación que producen unas camisetas mojadas uno no piensa que es mala hasta que ya es demasiado tarde. Es decir, cuando has confesado que te la esperabas peor y ya no hay margen para rectificar.

Así pues, nada a destacar que no sea la capacidad del film para contentarlos a ellos y a ellas. De lo demás mejor no profundizar, no sea que no hayan suficientes sinónimos de mierda para rellenar una crítica.

Lo mejor: Las jamelgas.
Lo peor: Sobra baile y faltan tetas.