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Héctor A Martínez rating:
7
Comedy The Reverend Fred Sultan, an ebullient, underhanded boxing promoter, is upset that his Black champ, James Roper, is not exactly raking in the dough. Sultan thinks that the solution is to have Roper fight a White boxer -- who will bring in White fans. But there are no Caucasian contenders, leaving him to recruit Irish Terry Conklin, a one-time boxer who defeated Roper when they were amateurs. The stage is set for a lucrative prize fight, ... [+]
Language of the review:
  • es
March 17, 2013
2 of 2 users found this review helpful
Esta es una de esas películas que nunca entiendes por qué pasan desapercibidas dentro de la cultura cinéfila. La he visto reiteradamente y cada vez me sorprendo más y más de la fineza que tiene la cinta en manejar de forma crítica, satírica y burlesca una temática tan compleja y tan apasionada como es el del color de la piel. Asimismo, el desarrollo de la misma es una excelente representación caricaturesca sobre los entramados de uno de los deportes más lucrativos pero a la vez más polémicos de la sociedad moderna, el boxeo.

Interpretada por nombres que en su momento ya se mostraban como futuras promesas de Hollywood, tal como Jeff Goldblum, Jaime Foxx y Peter berg, entre otros, “La gran esperanza blanca” es un filme de humor que tiene como principal argumento el trasfondo del boxeo, con sus intimidades, secretos y corrupción interna, así como el uso irónico del racismo y la polaridad étnica de la sociedad norteamericana. Es sólo humor inteligente, no hay que pedirle más de lo que ofrece.

Su trama muestra al “Reverendo” Fred Sultanel (interpretado por Samuel L. Jackson), un gurú y magnate del boxeo que no tiene escrúpulos algunos en hacer que su cuenta bancaria crezca (su performance recuerda al famosos promotor Don King), que al observar como el espectáculo de boxeo que él promueve comienza a decaer a causa de la falta de un rival digno para el campeón mundial de boxeo, James “The Grim Reaper” Roper (un afroamericano de malos modales y ego desbordante interpretador por Damon Wayans), apuesta por encontrar al único hombre que venció al campeón, Terry Conklin, un hombre blanco de poca inteligencia, que se convierte en la esperanza de millones de estadounidenses por ver a un hombre blanco convertido en campeón mundial de boxeo. Con este panorama se hace presente el personaje Mitchell Kane, encarnado por Jeff Goldblum, un periodista independiente que se propone como meta desenmascarar los negocios y trampas del “Reverendo” Fred Sultanel, y cuya aventura de denuncia social terminará por dar un giro inesperado.

Lo mejor de la cinta es que con su trama y personajes tienes garantizado un buen número de risas. La dinámica de la película te atrapa y el desarrollo y evolución de los personajes con el trasfondo de la lucha étnica, está bien ejecutado. Hay que decir que la “La gran esperanza blanca” funciona como sátira de una sociedad como la estadounidense, que aún a finales del siglo XX, presenta un gran morbo racial por por algo tan intrascendente como una pelea de boxeo entre un hombre de color y uno blanco. El filme explora de manera interesante el papel de los medios de comunicación y el sensacionalismo de los mismos por explotar el icono de "la gran esperanza blanca”.

Tal vez en su afán de recrear un mosaico que tuviera como fin representar el mundo interno del boxeo, el filme maneja una cantidad excesiva de personajes que poco o nada aportan a su desarrollo.
Héctor A Martínez
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