Una mujer en la diaria rutina del hogar, un padre de familia frustrado, un pederasta marcado de por vida por sus delitos, un ex-oficial de policía con problemas personales y poca capacidad para manejarlos. Todos ellos personajes que día a día se confunden en una sociedad cada vez más absorbente, estresante, insana.
Personajes que podrían ser tus vecinos, amigos, hermanos, o podrías ser tu mismo. El retrato de la vida sin vida, de cumplir la responsabilidad porque tienes que cumplirla aunque esto signifique muchas veces no saber el por qué y el para qué, y pierdas el sentido de vivir.
“Little Children” juega con muchos sentimientos, y los utiliza de tal forma que te ves envuelto con la historia desde el arranque hasta el final. Te hace odiar al que merece ser odiado, para luego mostrártelo como un ser indefenso, enfermo, frustrado, pero al fin y al cabo un ser humano que merece vivir, amar y ser amado.
Además condena la infidelidad pero la adopta como parte de un camino que te puede llevar a un cambio, intenta penetrar en tu conciencia para librarte de las hipocresías pues, como te ofrece esta película, hasta los más buenos pueden ser hipócritas, los más moralistas pueden entender que la justicia no siempre está en sus manos o los más malos pueden intentar revertir su maldad.
Sin duda, “Juegos secretos" es un tatuaje de la vida narrada de forma sencilla, amena, discreta, coherente. Si eres de los que gusta visionar, al menos de vez en cuando, una película que te deje pensando, ésta es una buena opción. Quizás hasta llegue a ser terapéutico para ti.